–¿Cómo afronta estas Navidades el comercio tradicional?

–Siempre miro hacia adelante con positivismo. No es fácil porque sinceramente la situación económica del país, por no decir del mundo, hizo que el consumo disminuyese bastante y que afluyan nuevas fórmulas de venta o una competencia desleal que hace que mucha gente compre cosas de peor calidad o en sitios que no tienen sus garantías porque quizás su economía no da para comprar en otro sitio.

–¿Qué armas tiene?

–Nos duplicamos en esfuerzo con la tienda on line, atendiendo al cliente por Whatsapp, Facebook, Twitter, email..., ¡vaya, como podamos! Nos tenemos que multiplicar para dar el servicio de siempre a través de otras redes y líneas de distribución para cumplir con el objetivo de la campaña que no es más que pagar a los proveedores, los trabajadores y seguir manteniendo las puertas abiertas.

–¿Ha logrado, entonces, plasmar el carácter del negocio tradicional a través de las nuevas plataformas?

–La personalidad y el carisma del comercio tradicional se va a plasmar independientemente de la forma de venta que estés haciendo. Eso va también en las necesidades del cliente, hay quien compra ‘fríamente’ con tan solo un click a tiro hecho y hay quien necesita o requiere mucho más y eso es lo que nosotros le damos.

–¿El empresario descansa en algún momento?

–No puede. Te hablo de al que le gusta y se implica porque yo puedo decir mira estoy cansada, cerramos y punto, pero la meta de alguien que emprende es seguir en esto mucho tiempo. No hay descanso porque el mismo mercado te va pidiendo y tienes que pensar nuevas fórmulas, bien a través del marketing y la publicidad o a través de esas redes de distribución tanto de información como de venta. Buscar nuevas fórmulas para ahorrar en gasto fijo de forma que te deje respirar un poquito... Hay tantas cosas en las que pensar que no descansas.

–La conciliación familiar y la vida del autónomo siguen sin llegar a un encuentro.

–No tienes tiempo libre. Es verdad que hay que pensar en la familia y si estoy con mis hijos, estoy con ellos, pero como tu necesidad es mantener tu negocio porque a fin de cuentas es lo que mantiene a tu familia te lleva a seguir trabajando en tus momentos de ocio. No es fácil. Eso de la conciliación de la vida familiar sirve cuando tu empleo es por cuenta ajena porque aquí tienes que marcarte tus límites y normas y no es fácil porque hay que seguir vendiendo. Hacemos encajes de bolillos.

–Carrusel Juguetes ha cumplido diez años de vida, ¿cuándo decide montar su propio negocio?

–Llevo viviendo muchos años en Jerez más que en mi pueblo, San Martín del Tesorillo. Vivía en el centro y para mí es que la vida de la ciudad parte desde aquí. De hecho, aunque viviera en las afueras vendría aquí porque es desde donde emana la cultura, la tradición, la vida de la población. Coincide que mi madre siempre había sido autónoma y había vivido desde pequeña el mundo del negocio y el cierre de la juguetería Álvarez, todo un referente.

–Como comerciante que desempeña su trabajo en el centro, ¿cómo afronta que estén cerrando negocios tradicionales que llevan décadas en la ciudad?

–Y a su vez abren otros. El centro está vivo y por eso cambia. Por supuesto que te da pena ver cuando una persona tiene que echar el cierre, pero así es la vida. Es algo que veíamos venir porque este mes vencía el plazo que dio el Gobierno para regular todo el tema de las rentas antiguas, y claro, en el momento que estamos, muchos no habrán podido ponerse al día.

–¿Es cierto que comprar en el centro es más caro?