Salud

Larga vida después de una ostomía

  • La Asociación Gaditana de Ostomizados (Agado) cumple 20 años desde su fundación en Jerez. Su presidente relata los problemas a los que se sigue enfrentando el colectivo.

En ocasiones hay casualidades que marcan y, sin pretenderlo, parece que guían o dotan de significado un momento. Algo así le pasó a Salvador Pizarro, actual presidente de Agado (Asociación Gaditana de Ostomizados) y, sobre todo, superviviente de un cáncer de colón que le llevó a sufrir una colostomía, una ostomía digestiva que se practica en el aparato digestivo. Fue tras sobrevivir este trance, con fecha del 27 de diciembre de 1993, cuando el jerezano se dio cuenta de que no existía ningún organismo, al menos al alcance, que le acercara la información necesaria a una persona que como él había acabado de sufrir una operación de este tipo. Empezó a moverse, y justo el 27 de diciembre de 1994 nació Agado, casualidad mediante.

Cabe explicar que una ostomía es la comunicación artificial de un órgano con la pared abdominal mediante una operación que facilita la salida al exterior de los productos de desecho del organismo. Asimismo, se distinguen a groso modo entre digestivas (que se practican en el aparato digestivo) y urológicas (en el aparato urinario). Como consecuencia de esta intervención, las personas con ostomía tienen que disponer de los dispositivos adecuados (o también llamados bolsas) para la excreción de heces u orina.

El presidente de Agado recuerda que "al principio, acabado de operar, no quería que la gente bajo ningún concepto supiera que yo tenía una bolsa. Solo lo conocía mi familia". Precisamente, la primera gran labor que esta asociación lleva a cabo desde hace dos décadas es la psicológica, ya que los nuevos socios entran por las puertas de la sede en la calle Pizarro "realmente tímidos y hechos polvo, cosa que es normal, porque tú te ves con 18, 30 o 50 años llevando una bolsa de forma definitiva o temporal. ¿Qué haces en la playa? ¿Qué haces para vestirte? ¿Cómo llevas tu vida con la bolsita? Esas son las primeras preguntas que nos hacen al entrar por la puerta y desahogarse", relata Pizarro.

El mayor ejemplo de superación para estas personas es el de Salvador Pizarro, al que no es raro ver con un cigarrillo en la mano o, si llega la hora del tapeo, con una cerveza. "Es lo primero que me dicen, si pueden fumar. Yo les digo que fumar está muy mal, estés ostomizado o no, pero que no tienes que dejar de hacerlo tras la operación". Tal es la reivindicación del fundador de Agado que fue el autor de 'El deseo de vivir. Vivencias de un ostomizado', en cuya solapa, sobre su biografía, aparece una foto suya fumando. "No veas lo que me criticaron", bromea Pizarro.

La labor de Agado es esencial, ya que es la única asociación de la provincia con esta labor, el problema reside esencialmente, según el presidente, "en que los hospitales no informan ni de que existimos. No hablo solo del centro de Jerez, sino de cualquiera de la provincia, la gente sale sin saber que estamos aquí y le vamos a ayudar". Esto lleva a que Salvador Pizarro llame al sistema sanitario "la inseguridad social. Ojo, los profesionales son estupendos y no tengo ninguna queja, pero el sistema en que trabajan no puede ser peor. Y así como te lo estoy diciendo se lo he hecho saber a su directora, pero aquí todos se lavan las manos, Ahora, al menos, después de años de quejas han puesto un ostoterapeuta en el hospital de Jerez y la verdad que estamos un poquito mejor".

Tras cumplir 20 años desde su fundación y con más de 500 socios, el fundador de Agado recuerda que todo echó a andar "a trancas y barrancas. Y así seguimos. Podemos decir que estar abiertos nos cuesta el dinero, pero nos puede el ímpetu de ayudar". En el local de la sede, mantienen una enfermería donde atienden los problemas de las personas que pasan por esta operación, ya que "cuando llegan no saben que hay distintos tipos de bolsas y hasta cuatro laboratorios que avanzan en el terreno".

Este tipo de operación, además, no entiende de edad ni sexo. Con el paso de los años, Salvador Pizarro entiende que "lo principal es dar visibilidad a este tipo de situaciones. Somos gente normal, que más allá de realizar labores que requieran mucho esfuerzo, llevamos una vida como cualquier otra persona, pero aún nos queda mucho por andar y luchar".

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