El clásico ambiente precuaresmal ya se palpa en el mundo cofrade y se refleja en las calles así como en los propios templos con los meros primeros cultos y llenado sus casa de hermandad con conferencias y otras actividades como igualás de costaleros y los primeros ensayos propios de este tiempo que empiezan a señalar la próxima Semana Santa. Dos citas significativas ponen el acento cofrade en estos días. De una parte, el final de los cultos de la hermandad de la Sagrada Cena, que son los primeros en desarrollarse tras las fiestas navideñas. El epílogo del quinario tuvo lugar el pasado domingo con el besamanos a Santa María de la Paz y Concordia que en San Marcos llenó de ambiente la jornada en un acto de especial belleza gracias al montaje que dispuso la mayordomía con la Virgen vestida con el manto de salida de Elena Caro, rodeada de centros florales blancos y, detrás, el misterio de La Cena montado al completo tal y como se vio a lo largo del quinario de una hermandad que protagonizará el Via Crucis de las hermandades.

Otro acto de especial alcance y que en gran medida nos adentra en el tiempo penitencial fue ayer el traslado del Señor de la Via Crucis desde su altar, en la capilla del Voto, al de cultos en la iglesia de San Francisco. Fue un acto íntimo, severo y de gran recogimiento, como es norma en la hermandad de las Cinco Llagas. La imagen creada por Chaveli fue portada en unas pequeñas andas portada a hombros y escoltada por hermanos con cera, hasta completar un corto pero intenso recorrido que culminó en el altar mayor donde ya estaba situada la Virgen de la Esperanza. Entre tanto, diferentes piezas litúrgicas fueron cantadas por la coral del Carmen para acompañar esos minutos con un templo en absoluta penumbra, todo en sintonía con las formas de la hermandad de la Madrugada.

El Señor de la Via Crucis fue vestido con su clásica túnica bordada y con un severo arreglo floral a sus pies. Esta cofradía convoca este acto en las vísperas del inicio de su quinario, que desde hoy y hasta el sábado se desarrolla en el templo franciscano predicado por sacerdotes de esta orden desde las 20,30 horas. El sábado comenzará a las 19,30 horas al incluirse en la eucaristía la admisión de los nuevos hermanos, y el domingo tendrá lugar la función principal de instituto desde el mediodía.