Una disputa que acabó con un empujón terminó cobrándose la vida de José Luis C.S. en enero de 2006. Los hechos acaecieron en las inmediaciones de la avenida León de Carranza, después que tres jóvenes se enzarzaran en una discusión que tuvo consecuencias fatales.

El caso, juzgado recientemente, se cierra por el momento con la consideración del ministerio fiscal de que tan sólo hubo una falta de homicidio por imprudencia leve y pide una indemnización de 30.000 euros. Por su parte, el abogado del fallecido, que vivía con su madre, no se conforma con tan poca pena y solicitó que se les condene a los dos acusados a una pena de cuatro años de prisión y a una indemnización de 100.000 euros a los dos acusados, Jesús V.M. e Iván G.R.

Por su parte, las defensas solicitaron la libre absolución. Tanto es así que uno de los letrados llega a considerar que la víctima, que murió semanas después tras entrar en coma, falleció por otras causas lo que supone que "al no haber delito no hay autor".

Buena parte de la estrategia de la defensa de los dos acusados se centra en el hecho de que el estado físico de la víctima era cuando menos delicado, ya que padecía graves problemas de salud, entre ellos una hepatitis.

Los hechos vienen a ser los siguientes según la Fiscalía. Los acusados, que carecen de antecedentes penales, estaban la madrugada del día de autos, en un piso bajo de León de Carranza. Fue a la 1,15 horas cuando José Luis C.S. (al que ambos conocían) llegó al piso en estado de embriaguez y dando gritos. Para evitar que despertara al resto de vecinos Jesús decidió dejarle entrar. Para el ministerio fiscal, la víctima siguió armando escándalo y al final, tras despertarse Iván, procedieron a sacarle fuera del edificio. Tras diferentes amenazas, José Luis recibió un empujón y cayó de espaldas dándose un golpe en la cabeza que le dejó inconsciente.

De forma inmediata avisaron al Cuerpo Nacional de Policía y a una ambulancia. La víctima despertó del golpe pero desechó denunciar los hechos e incluso recibir asistencia médica. "Tanto los agentes como Jesús V.M. trataron de convencerle para que la ambulancia le llevara al hospital". Pero salió corriendo a casa de su madre, donde le dijo a ésta que estaba mareado y que por ello se iba a acostar.

Ya nunca más despertaría. Falleció el 16 de marzo tras ser operado por un traumatismo craneo-encefálico con fractura craneal y hematoma cerebral". El caso, que ya ha quedado visto, tendrá una sentencia en breves días.