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"No podemos estar en Urgencias 15 horas trabajando sin descansar"

  • Médicos de este servicio en Jerez relatan episodios de ansiedad y piden más personal y medios. Un residente: "He llegado a tener cuarenta pacientes solo a mi cargo".

Ni Administración, ni altos cargos, ni sindicatos. En estas líneas leerán testimonios de personas, de las mismas que hacen un informe, le invitan a sentarse en la consulta y deciden su medicación. Testimonios de profesionales que viven en Urgencias, auscultando un escenario colapsado y un servicio... en el que faltan servicios.

Desde hace ya demasiado tiempo las Urgencias son, casi a diario, protagonistas de noticias que lejos están de ser positivas. Las cámaras captan unas salas desbordadas, en las que durante horas los usuarios están esperando. Se han recogido las declaraciones de los familiares, las denuncias de los sindicatos y las promesas de la Administración. Precisamente, las reiteradas críticas por un sistema con evidentes fallos, obligó a la Junta de Andalucía a aceptar que hacía falta un refuerzo en la plantilla para asumir lo que llaman 'picos de alta frecuentación'. Buena intención, pero insuficiente. Este escenario, que sigue padeciendo las mismas debilidades, tiene como resultado una gran presión sobre los médicos. A continuación leerán las palabras de quienes sufren esta saturación.

"Hay colapso desde el momento en el que para atender a un paciente hay una demora de al menos dos horas. Y hablo de un paciente de 70 años con fiebre 38 y que lleva mal dos o tres días", reconoce a este medio uno de los profesionales de las Urgencias de Jerez. Pero no sólo hay colapso en la primera atención, sino que -como señala el personal (que prefieren no desvelar sus nombres para no ser identificados por la dirección)- pueden llegar a pasar hasta dos días desde que el médico de Urgencias indica que el paciente ingrese en planta, hasta que finalmente se ejecuta la orden, aguardando mientras tanto en la sala de Observación. "Han habido casos de varios días, pero la media está en unas 18 horas esperando. Como puede haber al menos 30 pacientes que ingresen al día, son 30 personas que están 12, 18 ó 24 horas esperando en una cama o en un sillón. Son 30 personas necesitando cuidados, vigilancia de enfermería, auxiliares, lavados, higiene y atención médica de tratamientos que están en un sitio en el que no deberían estar. Así que al día siguiente, los nuevos pacientes ya se encuentran con un tapón de 30 personas ocupando camas y sillones. Y aquí hay algo que debe quedar claro, un sillón es para estar unas 3 horas, no estar 18", dice.

Otra de las situaciones llamativas que se han dado en Jerez es que un residente (médico en formación) con pocos años de experiencia ha llegado a tener a su cargo hasta 40 pacientes durante varias horas de la madrugada: las 31 camas de la Observación más los usuarios de las dos salas de tratamiento habilitadas, en ocasiones, como sala de observación. "Son 40 pacientes para ti solo, muchos en estado crítico y terminales que requieren una vigilancia mayor", apunta uno de estos médicos residentes en Jerez. "No son pacientes estabilizados en una planta. Son pacientes con diferentes patologías, desde el que se ha roto una pierna y está a la espera de una intervención quirúrgica, hasta la persona que se asfixia o está con dolor abdominal...", relata el facultativo. Son cuarenta personas con cuarenta patologías y sus 80 familiares por detrás. Y eso, teniendo a dos familiares por persona, "normalmente son más. Con que cada familiar te pregunte sólo una vez al día, son 80 interrupciones, una cada 15-20 minutos".

¿Qué necesita Urgencias?, pregunto. "¿Qué se quiere cubrir?", responden. Con esa interrogante en el aire se ponen sobre la mesa varias cuestiones. La primera: falta personal. El volumen de trabajo provoca que haya ocasiones en las que ni dé tiempo para cenar o se tenga que 'engullir' la comida en poco más de quince minutos. El estrés es tan excesivo que es habitual, sobre todo entre los residentes de primer año, los ataques de ansiedad y tener que parar diez minutos por no poder ni teclear tras tanta extenuación. "No se puede tener a una persona en la puerta de Urgencias trabajando sin descansar desde las tres de la tarde hasta las cinco de la mañana", denuncian.

Desde mediados de enero se ha reforzado el turno de tarde con dos facultativos. Se anunció a bombo y platillo estas incorporaciones por parte de la Junta de Andalucía, como si ya estuviera todo hecho. Pero además de ser insuficiente -solo hay que acercarse cualquier día para comprobarlo- estos contratos se renuevan cada ocho días aproximadamente. Sí, cada poco más de una semana se 'reactivan' estas incorporaciones, dejando entrever que pasada esta 'alta frecuentación', todo volverá a su origen.

Otro ejemplo de falta de facultativos es que sólo hay uno por cada dos residentes, cuando lo correcto sería uno médico especialista por cada uno de los MIR (Médico Interno Residente). "Lo ideal sería tenerlo siempre al lado y las primeras guardias hacerlas dentro de la consulta con un adjunto. Por lo menos al principio. Hay que decir que la supervisión es hasta las nueve de la noche, después (hasta las cuatro de la madrugada) no tienes tutor, sino que el que esté por ahí, realizando cualquier labor asistencial, tiene que ir a ver lo que estás haciendo. Y los fines de semana solo hay tutorización hasta las dos de la tarde", relata el MIR, quien reconoce que "esta situación también se da en otros hospitales, pero por ejemplo en el Macarena, el residente de primer año no está solo en la consulta, sino con un residente mayor".

¿Qué necesita Urgencias?, ¿qué se quiere cubrir?. Recurro de nuevo a esta frase para poner en evidencia otra de las carencias: falta de instalaciones y reestructuración de las mismas. "De haber más médicos, estos se quedarían sin consultas. Estas urgencias se abrieron en 2001 y estaban muy bien para ese momento, pero ahora son insuficientes", cuentan. Y no sólo eso, sino que reclaman que las Urgencias debería ser una zona de acceso restringido. "El usuario debería saber que, por el bien de todos, no debería tomarse como sitio de paso, pero se considera como un derecho. Si voy al banco, ¿tengo que guardar la cola o me meto por detrás del mostrador para ver cómo el empleado cuenta el dinero? ¿Me puedo meter en el despacho del director y ver qué está haciendo? Si voy a una carnicería ¿puedo entrar en la nevera para ver cómo está la carne dispuesta? ¿Puedo entrar en un restaurante y ver cómo están cocinando? Aquí te abren la puerta y se meten", declara el médico.

Estas libertades provocan además situaciones de tensión y violencia. El descontrol en el paso y la demora en la asistencia llegan a traducirse en agresiones. "Hace unos meses un usuario sacó una navaja e intentó a agredir a una enfermera. No lo consiguió, pero esta enfermera está de baja y tiene miedo a incorporarse. Hay amenazas de muerte, te dicen 'te voy a pegar dos tiros', 'te voy a esperar en la calle', hay insultos..., es relativamente frecuente", reconocen.

Los facultativos han remitido una carta a la dirección gerente y a la jefa de servicio denunciando el deterioro en la calidad laboral y asistencial. A raíz de esta carta, "se ha encontrado una disposición positiva y nos gustaría que no se quedara solo ahí y que se plasmara, en un plazo corto-medio, en acciones que mejoren las Urgencias. Hacen falta puertas para cortar el paso, educación, dejar trabajar al personal y creemos que si se exige más trabajo, debe haber un aumento de plantilla en todos los turnos. Hemos querido lanzar el grito de: necesitamos ayuda".

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