Jerez

Restañando el Jerez del XV

  • En breve comenzará la fase definitiva de recuperación de la histórica capilla de la Jura de San Juan de los Caballeros, un proyecto que impulsa la hermandad de la Vera Cruz y el Ayuntamiento

Seis siglos de la historia de Jerez empiezan a ver la luz en la capilla de la Jura. Seiscientos años de arte y leyenda que se están restañando gracias al proyecto de rehabilitación de este recinto, un trabajo que impulsan la hermandad de la Vera Cruz y el Ayuntamiento. Mucho se ha dicho y escrito sobre la capilla en la que se cuenta que los Veinticuatro de Jerez juraron a Sancho IV, en un documento escrito con sangre, defender la ciudad del asedio a que estaba sometida. Seguramente no se hallarán certezas sobre esta fábula pero sí está dejando al descubierto lo que fue este recinto, su belleza decorativa, para qué sirvió y, también, que barbaridades se cometieron en él en los últimos tiempos.

El arquitecto Francisco Pinto, hijo del recordado Francisco Pinto Berraquero, y con un amplio e importante currículo en intervenciones de estas características, está al frente del trabajo. Pinto explicó a este medio detalles de la intervención sobre un espacio que "a tenor de los estudios existentes, es un espacio funerario fundado en una fecha muy discutida por los historiadores locales, próxima al inicio del siglo XV", una pieza que ha sufrido un proceso de degradación "que pretendió corregirse en el siglo XIX mediante una potente intervención historicista que quedó inconclusa" por razones económicas.

No obstante, subrayó que es un edificio con numerosos elementos originales "de los que carecen otros edificios se su misma época", y añade que es "de gran interés histórico y tipológico, con un importante significado en la historia local, en el que además contemplamos un proceso de intervención decimonónico congelado en el tiempo". Con todo esto "se aconseja actuar desplegando una metodología de intervención que garantice la conservación de sus valores y registre la mayor cantidad de datos posibles, y atienda a las patologías más importantes con unos medios paliativos discretos y sostenibles en consecuencia a los momentos que vivimos". La actuación es de forma gradual con una primera fase basada en el conocimiento del edificio con especial atención a sus paramentos interiores y exteriores, bóvedas y subsuelo.

Pinto reseñó que se parte "de estudios históricos sobre el edificio, recogidos en los trabajos de Fernando López Vargas-Machuca, José Jácome González, Manuel Romero Bejarano y Manuel Barroso Becerra, entre otros, que se han contrastado con la observación directa del edificio, la lectura de las huellas que cada época ha dejado". El objeto es detectar al detalle los elementos a conservar, su puesta en valor, "así como documentar todos lo posible antes de que estos puedan quedar ocultos por la propia restauración".

También se han analizado el origen y las causas de las patologías existentes, trabajos que han ocupado los últimos meses del 2014 y los dos primero de éste. Actualmente se está elaborando el proyecto de intervención. El fin de los trabajos es "recuperar la unidad espacial de uno de los más claros ejemplos de la arquitectura que transitó entre el arte musulmán y el gótico, consiguiendo un rico mestizaje, en un contexto histórico que viene a denominarse mudéjar".

Destacó de esta capilla que "en un solo espacio se recorre los años posteriores a la reconquista, donde Jerez empieza a consolidarse como un centro pujante, que permite dedicar atención a empresas edilicias como capillas funerarias y reformas de unas deterioradas parroquias mudéjares con el lenguaje que por entonces empieza a ser emblema del poder", afirmando que la Capilla de la Jura ha conservado "fragmentos olvidados de esos momentos, piezas frágiles que son esenciales para trenzar la historia de nuestro pueblo, y que deben incorporarse al futuro integradas en el nuevo uso contemporáneo que se le quiere dar a este espacio". Al mismo tiempo, la intervención reparará "las numerosas heridas que le ha provocado el tiempo como las grietas que explican su complicado devenir asociado ineludiblemente a la iglesia de San Juan, cuyo estado es tan delicado como el de la Capilla".

Sin embargo consideró que el edificio "muestra una estabilidad estructural aceptable, que va a reforzarse puntualmente para garantizar su adecuada conservación. Quizás el trabajo más laborioso es la limpieza y recuperación de su espacio interior, así como la recuperación de su volumetría exterior que quedaron inconclusas en las restauraciones anteriores".

La hermandad de la Vera Cruz pretende con esta adecuación su uso como zona expositiva y de iniciación a la visita cultural de la iglesia, reservando unos lugares exponer su historia mediante paneles, proyecciones y otros medios audiovisuales. Junto a una sala de acceso, "la capilla será un espacio que ayudará a explicar su propia historia, haciendo de ella una sala con diversos usos, desde sala de reunión de la hermandad, a sala expositiva y de conferencias". Concluyó diciendo que la "recuperación de la Capilla de la Jura es, por tanto, no sólo la restauración de su esencia material, sino la de su memoria histórica a través del proceso de investigación previo y paralelo a la intervención, así como posibilitar los medios para su difusión al resto de la sociedad, conscientes de que la mejor manera de conservar nuestro patrimonio, es conservarlo en nuestra memoria colectiva".

La redacción del proyecto y los trabajos previos, se han realizado mediante un convenio/contrato de investigación con la Universidad de Sevilla a través de FIUS, que ha permitido contar con un equipo multidisciplinar: José María Guerrero y Francisco Pinto como arquitectos, el arqueólogo Gregorio Mora y el restaurador Agustín Pina junto a la colaboración de profesores de la escuela de arquitectura como Víctor Compán y Ana González, además del historiador Fernando Vargas.

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