María Vargas. cantaora

"Lo que quiero es cantar y recuperar el tiempo que estuve sin hacerlo"

  • La sanluqueña celebra sus 50 años como artista con su regreso a los escenarios y una exposición en el CADF en la que se profundiza en su amplia trayectoria

Su mirada penetrante, su voz poderosa y unos preciosos corales son las primeras cosas que llaman la atención cuando te sientas cara a cara con María Vargas (Sanlúcar, 1947). Su rostro conserva aún esa belleza de la que todas las crónicas hablan, y su espíritu mantiene la ilusión de una novel, más si cabe ahora que ha vuelto a cantar tras varios años apartada.

-Acaba de celebrar sus 50 años como artista y lo hace con una exposición en la que se recorre todo ese tiempo...

-Sí, estoy muy contenta porque una no cumple 50 años de artista todos los días. Esto fue una cosa de Pepe Marín que me lo planteó y bueno, creo que ha quedado muy bien, sobre todo porque también se expone en Jerez que es una ciudad a la que debo mucho, como también se lo debo a mi Sanlúcar y a Madrid.

-¿Por qué ese cariño a Jerez?

-Porque fue Jerez la que me lanzó. Nuestro querido Juan de la Plata me trajo al homenaje que se hizo en Villamarta a Manuel Torre y Javier Molina y a partir de ahí esta tierra me hizo de todo. Fui Reina de los I Juegos Florales del flamenco, me dieron la Copa Jerez, tengo el Premio Nacional de Cante de Jerez...Además, en Jerez he cantado en todos los sitios habidos y por haber, para mí es como si fuese un trocito de mi corazón. También cuando empecé, mi tío Antonio Gallardo me hizo todos los temas que luego me dieron mi nombre, y eso lo recuerdo con cariño.

-Háblenos de ese libro que ha escrito Mariuca Cano sobre su vida y que el otro día acercó al CADF...

-Bueno, creo que es un libro que recoge muy bien todas las cosas de mi vida, es mi biografía, desde que empecé hasta la actualidad. Lo presentamos en Sanlúcar, en Jerez y ahora queremos hacerlo en Madrid. Se llama 'Quejío y compás' y es muy completo porque también hay muchas fotografías de toda mi trayectoria.

-En medio siglo de carrera, ¿hay cosas de las que puede presumir?

-Claro que sí, son muchos años. Mi trayectoria ha sido muy intensa porque empecé muy joven. Yo he coincidido con todos los grandes que había entonces, Antonio Mairena, Juan Talega, Chocolate, Terremoto...los mejores. Además, he tenido el privilegio de grabar con los mejores guitarristas, los Morao, Paco Antequera, Paco de Lucía, Los Habichuela, Manolo Sanlúcar, Paco Cepero...En fin, creo que convivir con todos ellos han sido algunas de las experiencias artísticas más importantes de mi vida.

-Sin embargo, llegó un momento en el que usted se apartó de los escenarios...

-Sí, prefiero utilizar apartarme y no retirarme, porque nunca me he retirado. Llegó un momento en el que decidí cuidar de mis hijos y por eso lo dejé. Ahora, al fallecer mi marido, me siento en la necesidad de volver a cantar y sacar pa fuera to lo que llevo dentro, y gracias a Dios en todo lo que he hecho desde entonces me ha respondido la voz. Lo único que quiero es que la gente se dé cuenta de que María Vargas está aquí y puede tirar con su cante palante.

-Descendiente de Tomás El Nitri, hija de Manuel Vargas, prima de la Perla de Cádiz, ¿tenía que salir artista?

-(Risas) Sí, yo vengo de una familia de cantaores muy buena, el principal mi padre. Él no fue artista pero cantaba que quitaba el sentío, y él ha sido mi maestro desde chiquitita. Yo con siete años ya cantaba por soleá, por bulerías, por todos los cantes porque él siempre me estaba cantando. Luego, mi tío bisabuelo fue Tomás El Nitri, y en mi familia todos han sido cantaores, desde Félix Serrano hasta mi prima la Perla, mi sobrina Aurora (Vargas), que quita el sentío, en fin, eso es cosa de la sangre.

-Volvió a subirse a un escenario a finales del pasado año y desde entonces no ha parado, ¿cómo se siente?

-Pues mira, te voy a decir la verdad, como si estuviera empezando de nuevo. Ahora tengo más madurez y sabiduría, pero quizás más ganas que antes. Mi único objetivo es que la gente se dé cuenta de que María Vargas existe, porque hay mucha gente, sobre todo la juventud, que no me conoce, porque hace tiempo que no canto. Eso es lo que quiero, que me conozcan y eso me ilusiona muchísimo.

-A usted le tocó vivir una época gloriosa para el cante pero difícil para la mujer, ¿qué me puede contar de aquello?

-Sí es cierto, no era una época fácil, y quizás una de las causas por las que decidí apartarme fue por eso, porque hubo un momento en el que la mujer estaba como apartada, no te daban tu sitio. Artísticamente sí pasé buenos momentos, recuerdo que con La Paquera echamos muy buenos ratos y cantábamos por toda España. Evidentemente, al volver ahora soy consciente de que no son los momentos de antes, y todo está más difícil pero bueno aquí estoy yo.

-Hábleme de aquellos tablaos en Madrid...

-Uff, eso fue una época muy bonita en aquellos tablaos como Las Brujas o Los Canasteros. Si hay algo de lo que puedo presumir es de haber vivido la época dorada del flamenco, como dicen. A mí me escuchó Caracol en la Venta de Vargas y le dijo a mi padre que en cuanto abriera el tablao en Madrid me llamaba. Pasó el tiempo y mi padre y yo pensábamos que aquello fue por quedar bien, pero no, cuando abrió los Canasteros me llamó e inauguré los Canasteros en el año 62. Allí se vivieron momentos muy buenos, los mejores y los más grandes artistas estaban en Madrid durante aquella época.

-Una artista nunca deja de ser artista, aunque se aparte un poco, pero ¿le ha costado mucho volver a cantar?

-Desde que empecé me ha dado mucho respeto el público, y para mí, el momento previo a salir al escenario te da temor. Hasta que no sales y ves la reacción de la gente tienes esa cosita en el estómago, y eso le tiene que pasar a todo el que sea buen artista. En realidad nunca he dejado de cantar, porque alguna que otra vez he hecho algo, pero bueno, es diferente. Quizás al principio estuve un poco nerviosa pero conforme he ido haciendo recitales me he visto cada vez mejor.

-¿Cómo le ha acogido el público entonces?

-La verdad es que muy bien, e incluso la gente joven que me ha escuchado se ha sorprendido. Gracias a Dios tengo un público que me sigue y en los recitales últimos que he dado han sido un exitazo. He estado en la Sala Berlanga, donde me dieron el Premio de la Sociedad General de Autores, en la Sala García Lorca de Casa Patas, en el Círculo Flamenco de Madrid y hace dos semanas me dieron un homenaje en Marbella. Poco a poco voy recuperando todo ese tiempo que he estado sin cantar, por eso lo único que quiero es cantar, cantar y cantar.

-Una artista como usted, ¿cómo ve el cante de hoy día?

-Respeto a todo el mundo, pero soy de la opinión que el cante flamenco está hecho y el que quiere meterle cosas, fusión y todo eso, lo que hace es equivocar a la gente. Eso es lo que yo pienso. Respeto al que haga fusión pero a mí personalmente no me gusta salirme de lo que es la pureza del cante, de lo tradicional, vamos. Una soleá es una soleá, una seguiriya es una seguiriya y una bulería es una bulería y meterle cosas no lo entiendo. El cante flamenco y el cante gitano están hechos y están ahí y lo demás confunde. Todo el mundo tiene derecho a innovar, porque de hecho yo hice un disco con Alejandro Sanz con canciones por bulerías, pero eso no tiene que ver con el flamenco.

-Con el paso del tiempo, por desgracia, han sido desapareciendo muchos compañeros. Los artistas como usted, ¿os sentís con más responsabilidad por aquello de llevar la bandera?

-Sí, desgraciadamente se nos han ido muy buenos artistas en poquito tiempo, y la verdad es que llevamos una racha...(toca la madera del banco en el que está sentada). La Paquera, El Torta, Moraíto, Diamante Negro, Paco de Lucía, La Sallago...En el cielo habrá una juerga formá que no veas. Pero sí, los poquitos que quedamos tenemos la obligación de no salirnos del cante nuestro.

-Hay una generación de artistas en su tierra, llámese María Mezcle, Laura Vital, Caridad Vega, con muchas ganas de seguir con la tradición, ¿qué opina de todo eso?

-Que me encanta, es un orgullo que los jóvenes de Sanlúcar y en general vengan con esa inquietud. Este Miércoles Santo coincidí con María Mezcle cantando saeta y la verdad es que me gustó. Es bueno que toda esa generación recojan todos esos cantes que ha hecho La Sallago o los que hago yo, porque al fin y al cabo serán ellos a los que les toque conservarlos en el futuro.

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