La noticia publicada en primicia por este Diario sobre la detención de un ex policía nacional como presunto autor del 'ataque yihadista' al convento de las monjas de Santa Rita corrió ayer como la pólvora más allá de las calles de la ciudad. Hay que recordar que el pasado mes de enero, el hombre detenido aseguraba haber impedido que tres encapuchados, que se comunicaban entre ellos en idioma árabe, incendiaran el templo religioso con cócteles molotov tras realizar una pintada con spray negro en la pared del templo que ponía 'yihadista'. Una hazaña por la que acabó con una puñalada y varias magulladuras que mostró en multitud de entrevistas a medios locales y nacionales debido a la transcendencia del suceso. La gravedad del asunto hizo que agentes expertos en terrorismo de Madrid investigaran el caso en Jerez. Todas las reacciones tienen un factor común, el porqué un ex policía de 70 años llegaría a inventarse algo así.

La comunidad árabe de la ciudad, representada por el mediador intercultural y presidente de la asociación Al Adl Pro Inmigrantes, Ahmed Khaldi, fue la primera que ayer se sintió "aliviada" tras leer la noticia en titulares. "Lo hecho, hecho está y no podemos hacer ni decir nada más, lo único que pedimos es que si este hombre termina siendo culpable tanto de las pintadas como del intento de incendio pida perdón, tanto a Jerez como a la comunidad musulmana, ya que nos ha hecho muchísimo daño".

Ahmed recordó ayer amargamente cómo "la gente nos empezó a mirar a los inmigrantes por las calles después de este suceso. Sobre todo en una ciudad como Jerez, en la que nunca hemos tenido ningún tipo de problema y de buenas a primeras nos miraban como puros terroristas". "El daño -continuó el mediador intercultural- fue bastante grande. Este hombre promulgó por programas de televisión nacionales el suceso, haciéndose el héroe. Precisamente por eso nos alegramos de la gente sepa ahora que los musulmanes no hemos tenido absolutamente nada que ver". Aún así, el presidente de la asociación Al Adl Pro Inmigrantes aseguró que "es muy raro que un ex policía haga algo así, pero si un informe de Madrid lo señala, no hay más que decir. Que pida perdón", insistió.

A los que no sorprendió tanto la noticia es a los vecinos de San Mateo. Desde la asociación de vecinos del Casco Histórico, su presidente Alejandro González confesó que "los vecinos estábamos seguros de que el tema de las pintadas y el intento de quemar el convento de Santa Rita no había sido un acto terrorista, ya que son muchos años los que llevamos en Jerez y nunca habíamos sufrido un suceso de esas características. Es más, cuando los policías y expertos nos preguntaron les dijimos que dejaran de buscar fuera del barrio. Sabíamos que había sido alguien de San Mateo y, efectivamente, el ex policía al que acusan es de aquí".

"Lo que se me escapa del entendimiento es la motivación que puede tener alguien para inventarse algo así", se preguntó González en voz alta. El presidente de la asociación de vecinos estableció que "por lo menos nos queda el alivio de que han podido coger al supuesto gamberro, aunque nos resulta increíble que pueda ser un policía retirado de 70 años".

El sindicato de la Policía Nacional, SUP, fue el organismo que se mantuvo ayer más cauto a la hora de mostrar sus reacciones ante la noticia. Un representante del sindicato pidió, sobre todo, "que se tenga en cuenta y se cumpla la presunción de inocencia de este hombre. Nos cuesta creer que un funcionario retirado de 69 años se llegue a montar esta película, ¿a santo de qué?. Vamos a esperar que la Justicia actúe a través de los procesos correspondientes y entonces valoraremos lo ocurrido".

El SUP criticó la "temeridad" de la "comisaría de Jerez a la hora de acelerar que este ex compañero es el autor de todos los hechos de aquella noche. La Justicia debe ser quien determine", apuntillaron desde el sindicato. Cabe recordar que sobre el ex policía detenido recaen cargos de bastante importancia, tales como denuncia falsa y daños, los cuales podrían verse ampliados incluso a un delito de incendio en grado de tentativa y posible exaltación del terrorismo.