"Ni he sido detenido ni me he inventado nada", así de tajante se mostró ayer el policía jubilado al que el mismo subdelegado del Gobierno, Javier de Torre, acusó hace dos días como autor de las pintadas yihadistas que aparecieron en el centro de Jerez el pasado mes de enero. Según el hombre, su paso por la comisaría fue "todo un engaño. Me llevaron con farsas, se presentaron en mi casa a las ocho de la mañana y me dijeron que íbamos simplemente para hacer una ampliación de la diligencia presentada por el caso yihadista".

El jerezano narró ayer que una vez llegó a la comisaría "los compañeros me pusieron por delante cinco folios y me dijeron que los firmara. Ya iba escamado porque durante el viaje en coche me habían dicho que tenía enfadado al comisario porque dije que cuando pasó todo no se había preocupado ni en llamar a un ex compañero, cosa que sigo pensando". El ex agente aseguró ayer a este medio "que se negaron, en un principio, a que vinieran mi abogado y el sindicato policial. Una vez que me leen lo que había en los papeles, porque no llevaba las gafas, cuál es mi sorpresa cuando los papeles dicen que me contradigo en las distintas declaraciones".

Según el acta de declaración del pasado martes, esta contradicción se refiere a que en un primer momento el ex policía dijo que observó a varios individuos encapuchados hablando árabe mientras realizaban una pintada con la palabra 'yihadista' en la pared del convento y que tras identificarse como Policía Nacional se abalanzaron sobre él. Mientras que en una declaración posterior, el hombre afirmó que observó a un individuo encapuchado vistiendo ropa oscura teniendo en sus manos una botella de cristal tipo cóctel molotov preparada para tirársela a la iglesia, momento en que se identifica como policía y comienza el forcejeo.

Otra de las causas por la que se le requería en comisaría es porque según los escritos policiales, la ropa que el hombre entregó perteneciente a la noche de los sucesos no tenía restos de carburante, cuando él había alegado apagar un cóctel molotov antes de ser lanzado al convento de Santa Rita. Sin embargo, el informe de asistencia de aquella noche al que ha podido acceder este Diario afirma que el calzado tenía olor a gasoil.

Según estableció el pasado miércoles el subdelegado de Gobierno, Javier de Torre, las pruebas grafológicas que realizó el Cuerpo Nacional de Policía afirman que el jubilado de 70 años es el autor de las pintadas yihadistas que aparecieron en las inmediaciones del barrio de San Mateo. "¿Y cuándo me han hecho a mí una prueba grafológica? -se preguntó ayer el hombre-. No se puede comparar la letra en un escrito a mano con la de una pintada, eso lo debería saber cualquier profesional. Por eso voy a denunciar al señor De Torre", apuntilló.

El hombre además explicó que ha intentado en varias ocasiones aumentar la denuncia tras "observar que desde los acontecimientos me persiguen dos coches, que según he podido averiguar pertenecen a musulmanes. Hice la prueba de parar en el arcén de la carretera durante más de media hora, y ahí seguían. Incluso me encontré los vehículos un día que fui a Trebujena. No parece casualidad". Asimismo, el jubilado presentó una fotocopia de una cuartilla recibida en su casa que rezaba según recoge en sus escritos: "Yihadistas (alahu akbar). Agente, sabemos quien eres y te tenemos en el punto de mira. (EI) (AQMI)".

En estos mismos escritos, el ex policía asegura que debido a los sucesos del pasado enero, tanto él como su esposa se encuentran bajo un tratamiento "brutal" de antidepresivos, "duermo tres horas por la noche. Sé que se van a decir que estoy enajenado mental, porque he escuchado rumores, pero no es así". El jerezano achacó todo lo sucedido y su inculpación como "una venganza del comisario".

Por su parte, la Policía Nacional también insiste en su versión, ya que según fuentes policiales consultadas por este medio las pruebas presentadas contra el ex policía son "fiables e irrefutables".