Ana maría bohórquez. ganadera y rociera

"El Rocío es una maravilla que no nos merecemos"

  • Casi seis décadas lleva sin faltar a la aldea para ver a la Reina de las Marismas, una romería de la que ahora muchos "viven una cara que no es la verdadera"

-¿Qué es para usted el Rocío?

-Lo es todo, porque la devoción que le tengo es inmensa desde que en 1956 vine por primera vez. La Virgen nos tiene que ayudar y debemos volcarnos con Ella. Todo esto es una maravilla que no nos merecemos.

-Además, días como el de hoy le recordarán a su marido, que tanto hizo por la hermandad.

-Desde los 14 años lo tenía dentro. Entonces venía con su tío en un 'dos caballos' hasta aquí para vivir el Rocío como entonces se hacía. Yo comencé más tarde. Pero hoy, ante todo, tenemos que rezar, cosa que no se hace, al igual que escasea el sacrificio.

-¿Qué le parece el Rocío de hoy?

-Evidentemente no es el de antes. Percibo que hay menos devoción. Muchos de los que llegan ahora vienen a vestirse, a vivir esa otra cara de la romería que no es la verdadera. Poco menos que vienen a disfrazarse de Rocío. Esto es un pena y tienen que ayudar a que todo siga adelante y a cuidarlo. No obstante, el fervor sigue. Recuerdo que los viejos me contaban que los padres no dejaban a los jóvenes tomar nada de alcohol desde dos días antes de la procesión. Las cosas han cambiado pero lo que debe inculcarse es que todo esto depende de Ella y que sin la Virgen nada tiene sentido.

-¿Por qué vino al Rocío la primera vez?

-Antes de venir con mi marido, tendría unos 17 años, mi hermano Fermín venía en un coche bastante viejo. Pero se encontró con un conocido y me dejó sola sin conocer nada. Un amigo me recogió y me quedé en su casa una noche. Desde entonces enganché con el rocierismo. Un detalle, estaba buscando tener un hijo y un año me dieron de beber agua del pocito que había en la plaza de la ermita. A los tres meses me quedé embarazada de mi hijo Santi. Por esto y mucho más, el Rocío es una maravilla.

-¿Qué tiene, además, de especial el Rocío?

-Es una devoción que empezó campera y en gran parte sigue siéndolo. Recuerdo que aquí los más humildes se quedaban en unas pequeñas chozas pero con toda la felicidad.

-¿De quién se ha acordado cuando estaba ante la Virgen?

-He pedido mucho por mi hermano Fermín, por mis nietos y por mi hijo. Me acuerdo de mi marido que estará con Ella. Y le he pedido que sepamos responderle en todo instante.

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