Educación

La excelencia de la diferencia

  • Un grupo de alumnos del colegio Tartessos ha elaborado un corto que protagoniza un compañero con trastorno del espectro autista, para poner de manifiesto las ventajas de una respuesta inclusiva en la comunidad educativa.

"La excelencia de la diferencia". Este es uno de los lemas que abre, a modo de introducción, uno de los cortos realizados por los alumnos del aula 7 de tercero de Primaria del colegio Tartessos. A esta declaración de intenciones siguen imágenes de los 26 pequeños de entre 8 y 9 años, andando, jugando, leyendo, abrazando y pintando junto a Fernando, el protagonista de 'El chico que cambió los corazones del aula 7', título de la película de diez minutos. A simple vista, nada haría pensar que hay ninguna diferencia entre él y sus compañeros, pues el vídeo está concebido para demostrar que el hecho de que tenga algunas dificultades asociadas al trastorno del espectro autista es, simplemente, una diferencia más.

"¿Te imaginas que todos fuéramos iguales? ¡Qué rollazo!", le dice una compañera a otra en la continuación del corto, otro trabajo audiovisual titulado 'Las diferencias nos hacen geniales'. En esta pieza, los alumnos se comparan entre ellos para resaltar una obviedad: que todos son diferentes. El tutor de la clase de tercero de Primaria, Jaime Gamino, explica que este proyecto surgió porque "intento salirme un poco del libro de texto, haciendo cosas nuevas. El año pasado hice un taller de fotografía que terminó con una exposición y este con este 3º de Primaria es un taller de cine que ha terminado con los cortometrajes. Llevamos grabando durante todo el curso y para los cortos hemos cogido lo más interesante".

Para el tema que iba a tratar, Jaime pensó en Fernando porque "los cortos tenían que tener algo que nos gustara y ahí entró la educación en valores. ¿Quién mejor quev Fernando, que es súper querido en el centro?". El alumno, de siete años, compagina el aula específica del centro con el aula 7, donde junto a sus 26 compañeros lleva una vida escolar normalizada. Hortensia Aranda, maestra de educación especial del centro y tutora del aula específica, comenta que la idea de este corto "es ofrecer una doble vertiente, ya que no solamente Fernando se beneficia de la inclusión con sus compañeros, sino que el resto aprenden de las diferencias y a aceptarse a ellos mismos y a los otros tal como son".

Para que la realización de este trabajo escolar fuera enriquecedor tanto para Fernando como para sus compañeros, los docentes trataron de quitar el tabú a esa idea de que "lo diferente es malo. No, eso es enriquecedor. Qué aburrimiento si todos fuéramos iguales, ¿no?", señala Aranda antes de añadir que "los niños tienen una sabiduría y una esencia auténtica en la que los adultos deberíamos confiar para dejarlos que ellos solo vayan gestando sus ideas y experiencias".

Por su propia experiencia, la tutora del aula especial confiesa que "la realidad supera a la ficción. Los manuales no dejan de ser un manual que ofrecen un modelo tipo de cómo es el trastorno del espectro autista, pero delante de eso hay un niño. Lo que en realidad estás viendo cuando trabajas con ellos como docentes es un niño. Fernando es muy cariñoso, está pendiente de absolutamente todo, es muy táctil, muy sensitivo, le gusta mucho explorar, los sabores, los olores, que le den besos, es muy cercano".

El corto ha transcendido a las cuatro paredes de la clase de tercero de Primaria, ya que durante toda esta semana se ha proyectado para las distintas clases del centro, haciendo partícipe de esta inclusión a toda la comunidad educativa. Incluso se hizo una premiere muy especial a los padres de los alumnos, que según los docentes quedaron encantados.

Las últimas líneas del cortometraje son dedicadas, en especial a Fernando, donde sus compañeros y docentes suscriben, "sabemos el esfuerzo que haces por entendernos, nos sentimos muy orgullosos de ti".

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