Hacía años que el plan de verano del SAS para el hospital y los centros de salud no concitaba el rechazo unánime de todos los sindicatos, que ayer, soliviantados, escenificaron en el centro sanitario su crítica hacia una gestión del plan de vacaciones que calificaron de "nefasta" y que "no responde a las necesidades asistenciales sino que únicamente tiene como fin ajustarse al presupuesto". El malestar viene precedido por un lado por la tardanza en recibir información sobre dicho plan y más aún porque esta comunicación se ciñó a una serie de cifras genéricas entre las que no se encontraban ni las camas, consultas y quirófanos que cierran a lo largo del verano, pese a las reiteradas preguntas que los representante sindicales realizaron a la gerente, María Ángeles Prieto, sobre estos asuntos. La escasa información de la que disponen está siendo obtenida sobre el terreno: la planta de Cardiología cerrada dos días antes de que se iniciase el plan de verano, con sus pacientes distribuidos por otras especialidades, mujeres a punto de dar a luz ingresadas en Pediatría, porque también está cerrada ya la planta de Tocoginecología, donde se va a realizar una obra, los quirófanos sin funcionar ya por la tarde, cuando otros veranos no habían dejado de estar operativos hasta el 15 de julio y un servicio de Medicina Preventiva sin médico y sin técnico en prevención de riesgos laborales por lo que ayer ocho trabajadoras embarazadas desconocían aún a qué servicio podrían incorporarse.

Delegados sindicales del Sindicato Médico, el Sindicato de Enfermería (SATSE), CCOO, UGT y CSIF coincidieron en la ocultación que desde la gerencia del área sanitaria se ha hecho del plan de verano, y calificaron de "vergonzosa" la actitud de los cargos directivos. "Nos dicen que la planificación se realiza en base a la experiencia acumulada de otros años y eso es precisamente lo que tememos porque otros años ha sido un desastre. Se pone en riesgo la salud de los pacientes y es un verdadero desbarajuste para los profesionales", afirmó Antonio Prieto, de CSIF. Junto a él, el secretario provincial de Sanidad de CCOO, José Antonio Aparicio, recordó que la gerente adquirió una serie de compromisos con los miembros de la 'Marea blanca', "que no se están cumpliendo. Ahora somos nosotros lo que pedimos que dé la cara, porque la negativa a informar es una falta de respeto absoluta. Que la gerente se vaya por los servicios y pregunte a los profesionales".

Especialmente caótica podría ser la situación en el servicio de Urgencias, debido al cierre de camas, un área además -recuerda Rafael Iglesias, delegado del Sindicato Médico- donde se sigue incumpliendo las directrices del SAS en su plan de mejora de las Urgencias. El servicio parte ya de un déficit de consultas y médicos, por lo que aunque la plantilla no se ve afectada por las vacaciones estivales, tampoco se tiene en cuenta la mayor frecuentación de pacientes. "El problema no es sólo que ante la falta de camas, la gente tendrá que esperar más en Observación y en la sala de tratamiento, es que además la población del área de influencia se incrementa", mantiene Leonor Borrego, de CGT. Unas Urgencias, que en verano, empiezan a llenarse a partir de las ocho de la tarde y que tendrán que soportar también una mayor demanda a consecuencia de los recortes en los centros de salud y el cierre de consultas por la tarde en muchos de ellos. "Si hay pacientes que ya han tenido que esperar hasta 24 y 48 horas para subir a planta, más ahora con menos camas. ¿Por qué si están en reserva como dice el SAS, se tiene a los pacientes esperando en Urgencias?", criticó Rosario Robles, de CCOO. Advierten los delegados que "las Urgencias pueden ser catastróficas para pacientes, familiares y trabajadores este verano".

Alertan también del riesgo que supone que pacientes con muy distintas patologías compartan las mismas plantas y que profesionales que vienen trabajando con un tipo de enfermos sean trasladados a otros servicios en los que tienen menos experiencia "porque la posibilidad de errores aumenta", afirmó Elena Maraver, delegada del Sindicato de Enfermería. "La premisa del SAS es la normalidad, que la población tenga esa percepción y es mentira, no queremos que la gente se sienta engañada".