Vidas perras

La mala pata de 'Bribón'

  • Con año y medio, fue abandonado con un ojo y oído destrozados y un fuerte golpe en la cabeza.

LOS archivos de la organización 'No me abandones' y la memoria de muchos de muchos de sus responsables guardan historias de crueldad infinita, de auténtico horror, hacia las mascotas. Algunas son tan espeluznantes que prefieren obviarse. Por eso hay muchas y muchas.

La del bueno de 'Bribón' no escapa a ninguno. Un perro de año y medio, que apareció el pasado verano amarrado a una valla y moribundo, con el cuerpo comido por los parásitos, la cabeza abierta de un golpe y un ojo destrozado. Tres días llevaba el animal ahí amarrado, ya sin comida ni agua. La presidenta de la organización, Fátima González lo recuerda así:

"Dimos con el perro después de que, casualmente, lo advirtiera alguien que pasó por aquel lugar y vio al perro moribundo. A pesar de cómo estaba, desde el principio nos impresionó su nobleza, alegría y agradecimiento y, mientras que Bea y Ana le atendían y le despojaban de las cuerdas, no sólo no les hizo el más mínimo gesto feo, sino que no paró de mover el rabo. Llamaron para informar y enseguida salieron hacia El Puerto, donde se encuentra la clínica que, generosamente, atiende a a nuestra protectora, la Clínica Santa María; se encontraba de guardia Tere, la veterinaria que atiene a nuestros peludos junto al director Juan Cotilla".

Se descubrió que 'Bribón' tenía chip identificativo y, por tanto dueño. Por el dueño fueron. Con el dueño se habló, se deshizo en mil excusas hasta que comprobaron que el perro había sido abandonado durante tres días. El hombre reconoció los daños que había recibido el animal, aunque trató de descargarse de algo de culpa al decir que, "al amarrarlo, le puse una cadena larga para que no se ahorcara". Pues qué detallazo. Finalmente, la asociación consiguió que el hombre renunciara al perro y cediera la custodia para tratar de sacarlo adelante.

"Bribón' quedó ingresado en la clínica -sigue explicando Fátima. Esa misma noche vomitó un cubo de huesos y de comida putrefacta, indescriptible, lo que nos daba una idea de cómo realmente le trataron. Al día siguiente, fue operado por varios veterinarios: 'Bribón' perdió el ojo y oído derechos. La herida que le habían producido en la cabeza era muy, muy profunda y arrastraba una gran inflamación. Esto nos confirmó que el golpe que había recibido tuvo que ser bestial, con un objeto contundente, posiblemente una barra de hierro".

El perro quedó tres días ingresado y estuvo después de acogida en casa de una voluntaria. Durante ese tiempo, tuvo que someterse a rehabilitación, aprender de nuevo a andar y correr, dado que el problema del oído le hacía perder el equilibrio. Por otro lado, la falta de un ojo reducía y modificaba su campo de visión, provocándole caídas. Pese a todo, logró reconstituirse, su peso subió de 16 a 28 y ya daba sus embestidas a los demás perros.

Pero, ¿cómo se encuentra actualmente 'Bribón'? Que lo diga la propia Fátima: "Actualmente es muy feliz, parece que quiere aprovechar cualquier momento que se le presenta y lo disfruta tope. Ya controla el espacio y no pierde el equilibrio. Además, se ha adaptado y, aunque con un solo oído, oye muy bien. A pesar de todo, es un perro seguro, noble, siempre está muy contento, es bueno con los niños y con los demás perros y, en casa, se comporta estupendamente. Le encanta ir en coche, nunca protesta... En fin, sería un regalo para quien quisiera darle la oportunidad que se merece. Hoy ha llamado la atención en el desfile de San Antón, pues siendo grande, es muy sereno y muy, muy especial".

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