Economía municipal

Una solución coyuntural, no definitiva

  • El gobierno local salvará la perentoria falta de liquidez con un anticipo del Estado pero aún tiene que concretar sus planes para resolver el déficit y hacer frente a una deuda de 1.000 millones.

El pasado miércoles, la alcaldesa, Mamen Sánchez, apuntaba que los presupuestos de 2016 serán un verdadero "reto" -los de este año, que se presentarán en escasas semanas, serán de transición-. Y a esa afirmación no le falta razón porque en ellos su gobierno deberá conjugar sus promesas con la carestía de ingresos, la obligación de afrontar la deuda y la contención de los gastos.

Y, si no fuera ardua esta tarea, tiene que lidiar, además, con una galopante falta de dinero en la caja municipal. El problema no es que los presupuestos de ingresos y de gastos se incumplan, pues las desviaciones presupuestarias no alcanzan niveles preocupantes tal y como reflejan las liquidaciones de los últimos años, sino las entradas de dinero no suelen ir al ritmo que requieren los pagos, de ahí que surjan tensiones tesorería que provocan más retrasos con los proveedores e incrementos de la deuda por los intereses de demora.

Este asunto apremiante de falta de liquidez se tratará de resolver, mal que le pese al gobierno local y a buena parte de la oposición, con la petición de un anticipo al Estado de 49 millones, que se tramitará en las próximas semanas. Esta potente inyección de dinero irá destinada a pagar facturas, lo que permitirá 'liberar' el resto de ingresos previsto hasta final de año para otras obligaciones (pagar nóminas, transferencias a las empresas municipales y afrontar los débitos bancarios).

De este modo, el gobierno local salvará su primer 'set ball', recurriendo a términos tenísticos, del mandato pero aún le queda mucho para superar el 'match ball' en el que la hacienda local está sumida de manera endémica. En los últimos años se hicieron avances en la contención del gasto y en la reducción del déficit pero el Ayuntamiento está lejos aún de estar económicamente equilibrado. Y apenas hay margen de maniobra para los próximos ejercicios.

Durante el pasado mandato, el PP recurrió a las medidas extraordinarias brindadas por el Ministerio de Hacienda para salvar los ejercicios (planes para pagar a proveedores, anticipos del Estado, préstamos sobre préstamos...), unidas a medidas de alto coste político como un ERE en el Ayuntamiento o el traspaso de la gestión del agua. Ahora, el PSOE tendrá que seguir recurriendo a medidas extraordinarias procedentes de Madrid y adoptar otro tipo de decisiones, que aún tiene que concretar, porque ingresos y gastos siguen sin casar, y todo ello con la obligación de reducir una deuda que supera los 1.000 millones.

Los mayores débitos son con las entidades bancarias (más del 50%) y con el Estado (Seguridad Social y Hacienda). Durante el pasado mandato se suscribieron préstamos, que luego fueron refinanciados, y se llegaron a acuerdos con el Estado para devolver la deuda en cómodas cuotas al principio e inasumibles después -ya entonces se reconocía que no dejaba de ser una solución coyuntural pues era necesario seguir negociando para alargar los plazos de devolución-. Un dato que corrobora la necesidad de refinanciación es que este año el Ayuntamiento debería destinar unos 10,8 millones para deudas. En cambio, para el año próximo tendrá que reservar unos 36 millones y en 2019 en torno a 65 millones (casi un 30% del presupuesto). De hecho, el Ayuntamiento reconoce en su plan de ajuste que dentro de 20 años, y siendo escrupuloso en los pagos, aún seguirá debiendo más de 135 millones a los bancos. Por lo tanto, al Consistorio no le queda otra que afrontar los préstamos con nuevos créditos que le permitan tener cuotas más asequibles para que los recortes no sean tan grandes o evitar que los impagos se incrementen aún más. Es más, este documento ya prevé seguir pidiendo prestado a los bancos en torno a los 49 millones de euros cada año con los que afrontar, precisamente, sus gastos financieros.

Pero, por otro lado, tendrá que esforzarse en equilibrar las cuentas. La magnitud que lo corrobora es la comparación de los ingresos y gastos de las denominadas operaciones no financieras (se excluyen las amortizaciones de créditos). Según el avance de la liquidación de 2014, el Ayuntamiento cerró en positivo, pero entre los ingresos estaba el segundo y último pago del traspaso de la gestión del agua, de 40 millones (242 frente a 220 millones). Por lo tanto, aún queda mucho camino por hacer en este ámbito y será en el presupuesto del año próximo donde deberían verse las primeras líneas en este sentido, aunque por el momento no se ha avanzado nada al respecto. Todo un reto, en definitiva, tal y como apuntara la alcaldesa.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios