Óscar Cosano no puede disimular su indignación. El pasado lunes llevó a su hija de once meses a las Urgencias pediátricas del Hospital y la experiencia le ha llevado a poner hasta una queja formal al centro hospitalario. No fue el trato del personal sanitario el motivo de su enfado, sino la falta de seguridad en la sala de espera de estas Urgencias, en la que al no contar con una vigilancia fija se producen momentos como el que relata Cosano: "Llegué a las cuatro de la tarde y allí había una mujer toxicómana cargando el móvil. Sí, sí, en la sala de espera. Cada dos por tres intentaba tocar a la niña y la verdad es que nos estaba incomodando".

Este padre recuerda -y así lo hizo constar en su reclamación- que "al poco llegó un hombre, de unos 35 a 40 años con una gorra blanca. Se colocó detrás mía y empezó a hablarle a mi niña, a la que tenía yo en brazos. No era nadie conocido, ni venía con ningún niño. No paraba de decirle cosas a mi hija y me levanté. Pero seguía". En la sala en la que se encontraba esta familia es un espacio al que se puede acceder desde la calle, no tiene cámara de seguridad ni vigilancia fija. "Este señor se metió corriendo en el baño y se quedó un rato, al salir le volvió a decir cosas a mi hija y cuando me vio que iba a buscar a un celador para avisar de que este hombre estaba haciendo cosas raras, salió corriendo, vamos, que casi tira a una señora que llevaba en brazos a un niño", señala.

"Yo no sé lo que llegó a hacer en el baño, pero no es normal lo que ocurrió ahí", declara Cosano, quien con su denuncia pública también quiere hacer hincapié "en la falta de seguridad de esta sala en la que hay niños". "Pido que esta puerta se cierre. Las familias podemos acceder por la entrada en la que se encuentra la administrativa, en la que hay cámara y por la que tienes que pasar por el triaje", solicita Cosano.