Jerez

Jerez sólo tuvo dos días con buena calidad de aire durante el verano

  • Los peores meses fueron junio y julio, con una media de ocho días con malos indicadores. Las grandes partículas en suspensión son el principal problema, junto con el ozono.

Jerez tan sólo disfrutó de dos días con buena calidad de aire durante el pasado verano. El dato dice mucho de la polución que existe en la ciudad, especialmente en las zonas más frecuentadas por el tráfico de vehículos a motor.

Según fuentes de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, las jornadas en las que la ciudad disfrutó de mala calidad del aire fueron 20, mientras que hubo tres (todos ellos en el mes de agosto) en los que la calidad fue muy mala. En el lado positivo, destacar que los días en los que el aire mostró un nivel aceptable fueron 22 en junio, 23 y 25 de media en agosto.

El largo tiempo sin llover, la polución del tráfico así como el alto grado de concentración de partículas en la atmósfera resultaron determinantes en estos tres días. Son muy recordadas en la ciudad esas jornadas en las que, literalmente, llovió barro.

Curiosamente, y pese a los mencionados chaparrones de barro, los peores meses para respirar en Jerez fueron junio y julio, en los que una de cada tres jornadas tuvieron niveles de contaminación alto. Por el contrario, en agosto la contaminación se consideró elevada en un promedio de un día a la semana.

La Junta de Andalucía, a través de sus redes de control, examina el aire de la ciudad en dos puntos concretos: la zona de la Cartuja (Zona Sur) y en las inmediaciones del estadio olímpico de Chapín (Zona Norte). Los malos datos, como es fácil imaginar, son más habituales en las inmediaciones del estadio, una zona con un tránsito alto de vehículos. Hace años el récord se lo solía lleva la estación de control de Madre de Dios que, por razones obvias, ofrecía datos de muy mala (pésima) calidad.

El aire que se respira en la ciudad es de mala calidad, aunque en la última década ha mejorado sensiblemente. La crisis económica suele ser una mala compañera de viaje en estos cálculos medioambientales. No en vano, el impacto de las canteras y graveras al levantar polvo en suspensión provocan que la contaminación por grandes partículas sea especialmente sensible. Igualmente, el tráfico de vehículos cargados de áridos provoca idéntico efecto.

El impacto humano en estas cifras está absolutamente claro. No en vano, se considera que para una ciudad como Jerez el momento para pasear respirando un aire sano sería en el entorno de las cuatro de la madrugada mientras que el peor sería sobre las 10 de la mañana, momento en el que por el fresco ambiente y la masiva emisión de gases que se produce a las 9 (hora de entrada a los colegios) las partículas en suspensión se disparan. Obviamente se depositan bastante horas más tarde por efecto del rocío.

Cabe recordar que las estaciones que realizan estos sondeos reflejan los índices diarios de dióxido de nitrógeno (NO2), partículas en suspensión (PM10), ozono (O3), dióxido de azufre (SO2) y monóxido de carbono (CO). Así, los pasados meses de junio y agosto la calidad mala fue debida principalmente a los niveles de partículas, mientras que en julio las situaciones de calidad de aire malas registradas fueron debidas mayoritariamente a los niveles de ozono.

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