Lo que está por venir. Ese fue el leit motiv de la última de las actividades que ocupó el congreso científico celebrado hasta el día de ayer para conmemorar los 80 años de la denominación de origen del jerez. El Consejo Regulador se convirtió así en un mirador hacia el futuro en el que personas tan ligadas a los caldos jerezanos como el presidente de Fedejerez, Evaristo Babé; el experto en vinos Jesús Barquín; el director general de Williams & Humbert, Jesús Medina; y el director general de Barbadillo, Víctor Vélez, esbozaron el porvenir de los caldos jerezanos, moderados en el debate por el director de Diario de Cádiz, David Fernández.

"Se trata de una cuestión complicada -comentó Víctor Vélez, encargado de romper el hielo-. Los datos del Consejo Regulador son desalentadores, por lo que yo hablaría de incertidumbre. Hay una lejanía emocional tremenda con el jerez, se asocia a una cultura andaluza y una alta graduación en alcohol. Sin embargo, por otro lado, está emergiendo un público sibarita relacionado con la cocina y que sabe la personalidad de los vinos y y sus rasgos enológicos. El revival existe, aunque nuestro vino es difícil de entender y poca gente lo conoce". En uno de los aspectos que coincidieron y desarrolló el director general de Williams & Humbert es que "la cantidad de vinos incluidos en la denominación es una fortaleza que ahora mismo se ha convertido en nuestra debilidad. Hay que enfocarse y vender los que yo considero los caldos base: fino, amontillado, oloroso y palo cortado".

El futuro deseado para el jerez parte, según Jesús Barquín, de los propios jerezanos que "deben conocer el vino. Los vecinos y la gente del Marco deben amar el vino, un sentimiento que ha desaparecido por una serie de motivos sociológicos, políticos y trampas de las que los habitantes ha sido conscientes". El presidente de Fedejerez se erigió como una de las voces más realistas de la mesa, explicando que "no podemos caer en el error habitual y decir que el jerez es el mejor vino del mundo y quedarnos ahí. Hay que partir de la realidad, es un vino excelente, pero cuando se habla de cifras su calidad no se corresponde con su rentabilidad. Hay que ser optimistas, pero también congruentes con lo que se dice y hace".

Ese revival o renacimiento del vino a partir del consumo por parte de los jóvenes ocupó el primer tema debate. "No lo veo tan claro, he oído que la gente ha vuelto al vino, pero me gustaría que hubiese un estudio que lo avalase", expuso Vélez y coincidió Medina: "Hay un interés renovado, pero las ventas de jerez siguen cayendo. Hay que aprovechar este interés para crear una imagen alejada del vino tradicional y barato".

La realización de vinos de calidad, alta gama o premium es una de las soluciones más comentadas durante los tres días que ha durado el congreso científico, y en la jornada de clausura no fue menos. Con esta gama más elevada y la consecuente elevación de los precios, los expertos pretenden conseguir, en palabras de Jesús Barquín, "el prestigio perdido. Los jereces naturales ya se vendían en el siglo XIX a precios muy superiores y tenían su reconocimiento". Para este experto vinícola es imprescindible "centrarse en la palabra 'jerez' como el Marco de Jerez y reservarlo para los jereces naturales para así ir desvinculando y soltando el lastre de todo lo ligado a la idea del sherry". Sin embargo, para el presidente de Fedejerez, "estos vinos de calidad premium son fundamentales, pero con este tipo de caldos no pueden sobrevivir las empresas". "Con esto hay que tener cuidado -concretó Medina-. El Marqués de Domecq ya hablaba de la mezcla de los vinos, del laboratorio. Para mí, los jereces son los básicos [oloroso, fino, palo cortado y amontillado] a la hora de la comunicación, pero eso no quiere decir que se hagan los demás porque tienen reflejo en el beneficio de la empresa".

Pero este aumento de los precios ¿devolvería el prestigio a los caldos o asustaría a la clientela jerezana? "El coste es consecuencia de factores que tienen que ver con el pasado -detalló el director general de Williams & Humbert-. Es compatible tener vinos de alta gama y otros más asequibles, aunque estos últimos deben estar en concordancia con la calidad del vino y permitir una rentabilidad lícita". Para Evaristo Babé no hay problema en que un joven pueda beberse una copa de jerez por uno o dos euros , la preocupación llega "cuando ese precio es consecuencia de una estructura descontrolada en la ley de oferta y demanda, aunque ahora mismo está más controlada".

Lo más positivo de esta situación, según los expertos, es que se sabe dónde está el jerez, por lo que se puede avanzar hacia delante con herramientas como la comunicación y el marketing. Una época para trabajar y construir una imagen de excelencia acorde al producto porque "está claro que el caldo jerezano tiene futuro. Solo tiene que reinventarse con el consecuente cambio de mentalidad del sector y las empresas", apuntilló Evaristo Babé.