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Jerez

Internet sigue a la 'caza' de la abeja

  • Afectados por los pagarés de Nueva Rumasa piden a la Audiencia Nacional, a través de change.org, "justicia efectiva" cuando se van a cumplir cinco años de la caída del holding

Casi cinco años. Es el tiempo que ha transcurrido desde que se derrumbara el holding de José María Ruiz-Mateos, Nueva Rumasa. Las principales diez firmas que componían este grupo se acogían a la situación preconcursal en febrero de 2011. En otras, palabras, estas compañías se declararon insolventes tras las emociones de los famosos pagarés, vendidos entre 2009 y 2011 con una agresiva publicidad y rentabilidades del 12% y en los que cayeron miles de nuevos inversores, en su mayoría ciudadanos de Jerez y ciudades de alrededor. "Si no devolvemos hasta el último euro a nuestros inversores, a las personas que en un gesto de bondad y de confianza nos han depositado sus ahorros, me pegaría un tiro en la cabeza, si es que la fe que profeso me lo permitiera", afirmaba Ruiz-Mateos.

La historia para estas miles de personas que confiaron en el patriarca de Rumasa sigue igual. Por eso, desde hace una semana han impulsado una petición al Juzgado Central de Instrucción número 5 de ña Audiencia Nacional de Madrid a través de la plataforma change.org. En el texto que acompaña este apelo, los afectados piden "justicia efectiva" y "suplican al Juzgado que pasados casi cinco años del 17 de febrero de 2011, se promueva y adopten las medidas legales necesarias que impidan la dilación en la procuración y administración de justicia que vulnera la Seguridad Jurídica y el Derecho Fundamental a la Tutela Judicial Efectiva de las personas, garantizado en los artículos 9.3. y 24.1. de la Constitución Española".

El imperio de Nueva Rumasa se desmoronó dejando en la ruina -en la mayoría de las ocasiones- a 5.000 inversores que compraron pagarés o acciones de empresas de Nueva Rumasa pese a las reiteradas advertencias de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Este organismo emitió hasta siete comunicados advirtiendo de los riesgos de las colocaciones de Nueva Rumasa. ¿Por qué permitió, entonces, el CNMV estos pagarés? Porque estas emisiones no cotizaban y su importe mínimo era de 50.000 euros, por lo que a los clientes no se les consideraba minoristas sino cualificados. A pesar de que el Ejecutivo de Zapatero trató de impedirlo a través de la Ley del Mercado de Valores en 2010, Ruiz-Mateos dejó entonces de emitir pagarés.

Este nuevo grupo de empresas empezó a gestarse en 1993, tan solo diez años después de que el gobierno de Felipe González expropiara Rumasa por numerosas irregularidades. En este nuevo camino hacia el estrellato, Ruiz-Mateos fue disputado en el Parlamento Europeo.

El contexto fue crucial a la hora de 'captar' a estos nuevos inversores. Había acabado de estallar la crisis y Nueva Rumasa prometía dinero fácil y trabajo cuando las cifras de paro comenzaban a ser escandalosas, además de estar avalados por el reconocimiento de las empresas que se encontraban en este holding. La compañía emitía un pagaré y las otras lo avalaban, de forma que todas estaban implicadas en las emisiones. Según expertos y varias publicaciones en medios nacionales y revistas especializadas, el proceso que se llevó a cabo con el tema de los pagarés es muy parecido al de las preferentes aunque más exagerado puesto que las cajas sí podían obtener financiación mayorista pero salía mucho más cara si vendían los títulos a clientes ya que ni la banca ni los inversores institucionales soltaban un duro. Los anuncios incluso llegaron a presumir de que los pagarés ganaban más que la bolsa. "Invertir en tiempos de crisis no es una cuestión de valentía, sino de inteligencia"; "los pagarés han sido un 40% más rentable que en bolsa y además han podido contribuir a la generación de riqueza y nuevos puestos de trabajo". Estos eran alguno de los mensajes.

Nueva Rumasa ofrecía entonces a los españoles compartir el éxito de la compañía, convirtiéndose en algo parecido a accionistas. Todo un efecto llamada aunque el holding empezó a pagar unos dividendos muy por encima del mercado, que está en torno al 3% y con un compromiso de devolución exprés. El grupo además comenzó a crecer y en el momento de su explosión eran lo componían ya 150 empresas.

Cuando se cumplían 30 años desde de la expropiación de Rumasa, Ruiz-Mateos asumía su derrota en una rueda de prensa prometiendo lo citado anteriormente: que todo el mundo recuperaría su dinero. La abeja, símbolo de Ruiz-Mateos, volvía a derrumbarse.

A pesar de su fallecimiento el pasado mes de septiembre, la causa de Nueva Rumasa sigue adelante. Al menos sobre el papel, ya que los inversores no han recuperado absolutamente nada de lo que confiaron al holding. Al frente de la instrucción se encuentra en la Audiencia Nacional el juez Santiago Pedraz por delitos como estafa, falsedad documental, insolvencia punible y delito fiscal.

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