Jerez

El Catastro colecciona sentencias en contra de sus valores de jerezanos y también de belgas

La letrada María del Carmen Orihuela acumula una dilatada experiencia ya en la lucha contra las injusticias del Catastro, batalla en la que se ha labrado un prestigio por el que le llueven casos de afectados en otras localidades. Entre los últimos casos ganados por esta letrada con despacho en Jerez, destaca el de un grupo de medio centenar de belgas de la urbanización 'Los Humeruelos', junto al campo de golf de Benalup en concurso de acreedores, que contrataron sus servicios al entender que los valores catastrales asignados a sus viviendas eran disparatados.

Así lo entendió el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía a través de una sentencia por la que anula dichos valores catastrales y en la que se ponen de manifiesto las irregularidades cometidas por el Catastro en la aplicación de la ponencia de valores en dicha urbanización.

La ponencia de este municipio se aprobó en 2003 y en la misma se indica que el valor máximo de repercusión del suelo para la zona en cuestión es de 150 euros por metro construido, estableciéndose un máximo de 187 euros para el municipio. Sin embargo, y el TSJA lo considera un hecho probado, el Catastro aplicó a las viviendas de esta urbanización, que se construyeron con posterioridad a la aprobación de la ponencia, valores hasta cinco veces superiores -más de 900 euros- del previsto en la ponencia para el término municipal.

Curiosamente, en zonas residenciales junto a los campos de golf de la provincia se aplican los valores más altos de España para el metro de parcela. Por citar sólo algún ejemplo, frente a los 900 euros asignados al campo de golf de Benalup, que hoy día no está en uso y es un erial, en la isla de La Toja (Pontevedra), el valor de repercusión del suelo junto a su complejo de golf es de 64 euros, mientras que en Peralada (Girona), donde hay una de las instalaciones para la práctica de este deporte más apreciadas del país, el valor es de 31 euros.

Orihuela manifiesta que "con esta sentencia se vuelve a evidenciar la alegría con la que el Catastro valora los inmuebles, amparados en la dificultad que tienen los ciudadanos de a pie para comprender el complejo proceso técnico-jurídico por el que se obtiene el valor que se utilizará para liquidar sus impuestos".

Los belgas trasladaron a la letrada el estupor que les producía la cantidad de valores distintos que existen en España para un mismo bien. "A estos extranjeros les resulta imposible comprender el hecho de comprar una casa por un precio, que en la tasación del banco para conceder una hipoteca se le asigne un valor distinto, que el Catastro realice otra valoración que no coincide con las anteriores, y que tampoco ésta encaje con la que utiliza la Agencia Tributaria para liquidar impuestos".

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