En 1998, la empresa Tolsa SA sacaba los últimos kilos de atapulgita, un absorbente natural utilizado en la industria y en la higiene de mascotas, de un paraje situado a escasos metros de la localidad sevillana de El Cuervo pero en término municipal jerezano. La explotación minera había dejado un paraje muy distinto a la otrora laguna de Los Tollos. El vaso lagunar originario se había secado y, en su lugar, la actividad extractiva había dejado tres cortas que habían pasado a denominarse por los oriundos del lugar como las charcas honda, grande y larga, que se llenaban en los periodos de lluvias. Como cualquier explotación minera, el enclave distaba mucho de ser un espacio atractivo dado su elevado nivel de degradación.

Dieciocho años después, el paraje de Los Tollos vuelve a parecerse a un humedal y a ser un lugar para presumir y disfrutar. Aunque aún diste de lo que fue antes de que la atapulgita lo cambiara para siempre, la actuación acometida en los últimos años con fondos de la Unión Europea y de la Junta de Andalucía ha propiciado que este enclave se haya convertido en un ejemplo de regeneración medioambiental. La laguna poco a poco va volviendo a tener su extensión originaria-aunque la ausencia de lluvias de este invierno haya provocado que aún no se vislumbre su esplendor- tras el relleno de las tres cortas de la explotación minera y la recuperación de la topografía de la zona para recuperar los cauces de las escorrentías naturales. Con esta actuación se pretende que el vaso lagunar vuelva a llenarse mediante su proceso natural, interrumpido por la actividad minera.

Casi ocho millones de euros ha costado la regeneración de este enclave de unos 174.000 metros cuadrados, incluido ya dentro del listado de los humedales más importantes de la comunidad autónoma. Tras el proceso de restauración de la zona de explotación, se acometió la reforestación de su entorno. En este sentido, se siguen haciendo campañas con centros educativos para que colaboren en esta iniciativa -precisamente ayer había un grupo de alumnos de El Cuervo y de Lebrija que participaron en una reforestación que recibió la visita de la presidenta autonómica, Susana Díaz-. De este modo, se están plantando pastizales (como leguminosas y gramíneas) y arbolado (acebuches o robles). Por otro lado, se han adecuado senderos y miradores (dos panorámicos y un observatorio de aves) y se ha actuado sobre las cárcavas de una finca aledaña para tratar de evitar la colmatación del vaso lagunar con sedimentos.

El proyecto de regeneración de Los Tollos se ha subvencionado en un 40% con los fondos Life+, un instrumento financiero de la Unión Europea dedicado de forma exclusiva al medio ambiente. A esto se unió que a lo largo de la pasada década aumentaron las figuras de protección sobre la laguna. Así, en 2006 fue declarado como Lugar de Interés Comunitario (LIC) y, un año más tarde, pasó a formar parte del Inventario de Humedales de Andalucía.

Al igual que le ocurre al resto de humedales de estas latitudes, Los Tollos se inunda en los periodos lluviosos por lo que las aves suelen poblarlo mayormente durante estos meses migratorios. Chorlitejos, cigüeñuleas, fochas y hasta flamencos son fácilmente visibles en este paraje recuperado para el público en los meses de invierno.

Una vez ejecutada la restauración, se prevé que a lo largo de este año se proceda a la ejecución de la última fase, la difusión de los valores de este espacio mediante un plan de comunicación.