-Juan Miguel, son ya 23 premios los que ha conseguido 'Techo y comida'. ¿Cómo se digiere eso?

-Pues no te quiero ni decir la semana que llevo (risas). Todo el día cogiendo llamadas, dando entrevistas y con gente felicitándome. Pero no puedo quejar, es por algo fantástico como que Natalia ha ganado el Goya. Y si te digo la verdad, no sé ya si son 23 o 24 premios, pero es el récord del equipo. Pienso en el corto con el que gané 15 premios y esto es una satisfacción grandísima, aunque si te digo la verdad lo que hace faltan no son premios, sino seguir trabajando.

-Seguro que estará cansado de que se lo pregunten, pero ¿y ahora qué?

-Pues estoy preparando un nuevo proyecto, que tengo que combinar evidentemente con mi trabajo. Yo no soy un Almodóvar que pueda dedicarme solo al cine, ¡ojalá! Pero estoy muy, muy ilusionado con todo lo que viene.

-Supongo que ese será el objetivo, convertirse en un Almodóvar y que el cine le dé para comer.

-Claro. Siento que gracias a todo lo que me ha pasado con 'Techo y comida' y las puertas que me ha abierto me he hecho un huequito, ahora me gustaría quedarme. Hay gente que antes no me conocía y cuando me presentan como el director de 'Techo y comida' dicen '¡Ah, claro, sí sí!'. Eso ya es un gran paso, ahora tengo que luchar por que me conozcan por mi nombre.

-Esta película se gestó de la forma más humilde, pidiendo ayuda al público a través de crowdfunding, luego se interesó una compañía y la maquinaria empezó a girar. ¿Imaginó que la cosa llegaría tan lejos?

-La cosa es que nunca te imaginas algo así, y no es porque no creas en tu trabajo, más bien al contrario. Pero todo lo que nos ha reportado esta película es un sueño hecho realidad.

-Para Natalia no era la primera vez en una gala de los Goya, pero sí para buena parte del equipo de la película, ¿cómo ha sido la experiencia?

-Parecía que estábamos inmersos dentro de una película o una serie. Muchísimas caras conocidas, gente que admiras, famosos de toda índole... No te da tiempo a digerirlo. Es toda una responsabilidad, además de los nervios.

-A pesar de haber conseguido el Premio a Mejor Actriz, ¿la sintió como una noche agridulce debido a que perdió la categoría de Director Novel?

-Bueno, menos mal que mi categoría fue una de las primeras y cuando la perdí pude disfrutar del resto de la noche (risas). Hombre, la verdad es que te mentiría si te digo que no me hubiera gustado ganar el Goya. Estaba muy, muy hecho a la idea. Incluso en otras ocasiones he comentado que era muy díficil que ese galardón fuera para mí debido a la grandísima competencia que había este año.

-¿Y cuando dijeron el nombre de Natalia?

-Ya me había puesto nervioso antes porque había tenigo una corazonada de que se lo iba a llevar. Por supuesto después muy contento porque es uno de los máximos galardones y al fin y al cabo Rocío es un personaje que escribí yo, es la protagonista de mi primera película, de la forma que he llegado a los Goyas, sin padrinos, y ha hecho que cuatro millones y medio de personas vean la cinta. Es una satisfacción muy grande. Además, al día siguiente las salas se llenaron. Ese es el mejor premio.

-¿Quiere seguir la estela de reconocimiento que ha dejado 'Techo y comida' o va a tomarse su tiempo para gestar una nueva película?

-En principio quiero tiempo para pensar (risas). Tengo ideas en la cabeza y sé que si me pongo ahora en marcha seguiré la misma línea de 'Techo y comida', aunque no cierro puertas. Lo importante es que me enamore un proyecto.

-¿Contará con Natalia?

-Sé que estaría encantada, cada vez que tiene ocasión me lo dice. Nada más felicitarla y abrazarla por el Goya me dijo: 'Juan, para la próxima me llamas aunque sea de figurante'.

-Es una suerte que para su primera película cuente con una buena actriz que además ame de esa forma el proyecto.

-Es una suerte tremenda. Natalia es muy humilde y muy cercana. Los dos hemos tenido suerte, me siento muy contento y muy afortado y aunque me dé tanto las gracias que soy yo el que se las tiene que dar a ella.