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Fray Juan Carlos del Cerro. Nuevo superior de los dominicos de Jerez

750 años de huella dominica en Jerez se proyectan al futuro

  • La casa dominica de Jerez inicia una nueva etapa que llega de la mano de un cenobio renovado Ilusión y apertura a la ciudad, propósitos del nuevo superior

Juan Carlos del Cerro cuenta 41 años de edad. Es sacerdote y nuevo superior del convento de Santo Domingo Jerez, Orden en la que lleva  21 años. Llega en plena celebración del Jubileo por los 800 años  dominicanos y, particularmente, cuando la casa de Jerez alcanza 750 años de existencia. Es natural de Madrid, fue delegado de Hermandades en Cáceres, lo que pone de manifiesto  su vocación cofrade, ciudad en la que tuvo a su cargo el convento y parroquia de los dominicos de, además de haber sido misionero algunos años. Amoldado a los nuevos tiempos que vive la Orden, llega cargado de ideas y proyectos, pero sobre todo con muchas ganas de conectar con Jerez.

 

-¿Qué le supone llegar a al convento jerezano que tanta historia acumula?   

-Una responsabilidad importante ya que hablamos de una de las casas más antiguas de España. La responsabilidad de estar al frente de la comunidad en el momento actual, la de conservar un patrimonio y un edificio singular por su riqueza; Al fin y al cabo, dar un paso más en esta historia de 750 años en esta ciudad. Es un reto y un desafío muy bonito que además lo hago con ilusión para avanzar en esos siete siglos y medio que cumplimos. 


-La Orden celebra 800 años de fundación, ¿qué significado tiene más allá de la secular efemérides?

-Es un acontecimiento que nos hace dar gracias a Dios. 800 años de historia son muchos con una labor impresionante d ella Orden en la vida de la Iglesia y en la sociedad. Es una llamada a la responsabilidad a los dominicos que hoy se nos ha entregado toda esta historia que debemos continuar con ganas. La Orden tiene su carisma vivo y puede seguir dando mucho a la Iglesia y a la sociedad. Es un acontecimiento muy bonito y muy destacado para nosotros para analizar nuestro presente y proyectar el futuro   


-Un principio que define esta celebración, como se señala en el discurso oficial, es que en estos 800 años no todo han sido momentos de luz, también se cometieron errores, por lo que este año quiere ser ocasión para pedir perdón y solicitar de Dios la ayuda necesaria para saber actuar siempre siguiendo su voluntad. ¿Puede señalarnos cuáles son esas luces y sombras?

-800 años dan para mucho. Es una institución humana y por lo tanto también se mete la pata de vez en cuando. Sinceramente subrayaría más las luces. ¿Las sombras? Siempre pesa sobre la Orden la Inquisición. En verdad era un servicio que se hacía a la Iglesia entonces, desde el punto de vista teológico analizando los casos para ver si había herejía o no. Es la gran losa que pesa sobre la Orden y nuestra mayor sombra, que participó en la Inquisición. Pero también lo hicieron otras órdenes religiosas y el pueblo que lo veía bien. No podemos juzgar con ojos de hoy las cosas que se hicieron ayer. Hoy nos parece que no está bien y por eso caminamos en otra dirección. Por supuesto, si hay que pedir disculpas por algo, pues de pide. De hecho, la Iglesia lo hizo muy solemnemente en el año 2000.

 

-¿Incluso hoy en día esa 'sombra' sigue estando muy presente?

-También porque hay gente con desconocimiento de la Historia rápidamente identifica dominico con la Inquisición. La literatura actual también influye negativamente ya que se queda sólo en ese episodio que no es todo lo que la Orden ha hecho en ocho siglos. Hay luces como los derechos humanos en el XVI, la escuela de Salamanca poniendo las bases del Derecho internacional en ese mismo siglo, Francisco de Vitoria, todo lo relacionado con el Descubrimiento, Bartolomé de las Casas, todo estos temas tan sensibles hoy en día como los derechos humanos, algo que los dominicos han defendido. Hoy hemos madurado afortunadamente y nos damos cuenta de que hay cosas que no están bien.


-¿Sois los eruditos de la Iglesia? 

-No diría tanto. La Iglesia tiene otras órdenes, pero sí tenemos claro que desde un principio los dominicos tenemos un compromiso grande por la cultura y por la formación. Santo Domingo, hombre de letras y estudioso, para toda su tarea de predicación diseña toda una Orden de predicadores que hacía falta para anunciar el Evangelio. Y para poder predicar en condiciones hay que tener una buena formación teológica de la que se carecía en su época, en el siglo XIII. Quiere que sus frailes sean gente estudiosa, culta, que trabajen por la cultura, que es el ámbito donde el ser humano se piensa. Ahí está la Orden dando el mensaje de la Iglesia y del Evangelio en un diálogo contante con el ser humano.


-De hecho el lema del jubileo es 'Enviados a predicar el Evangelio'.

-Claro, es nuestra razón de ser. Peor insisto, para poderla llevar adelante hay que tener unas estructuras intelectuales y de formación importantes; también experiencia de Dios que es conocer el Evangelio y saberlo transmitir. Por eso damos mucha importancia a la oración y a la vida comunitaria. Son los tres pilares que sustentan a los dominicos: frailes orantes, estudiosos y fraternos.   

 

-Es una conmemoración en la que los dominicos plantea cambios como la unificación de la provincia, ¿qué supone esa medida?

-Es una respuesta al momento histórico actual. Hay un problema vocacional que llevamos viendo en la Iglesia desde hace años. Esto nos hace pensar que nos repleguemos y nos reorganicemos para concentrar la fuerza. A lo mejor en el futuro hay un despliegue vocacional importante que nos obliga a cambiar esta estructura de hoy. Perseguimos que nuestro apostolado sea más eficaz. 

 

-Al hilo de esto, de Jerez se han ido los franciscanos y los jesuitas, entre otras órdenes. ¿Puede suceder lo mismo con los dominicos?

-Hace algunos años quizás habríamos estado en cierto riesgo. Pero gracias a Dios esta comunidad ha ido creciendo poco a poco y nos encontramos ahora con siete religiosos, que está muy bien para una ciudad como Jerez. Además, con presencia joven en la comunidad. Hoy, ese riesgo no lo hay.

 

-En pocas palabras, la Orden apuesta por Jerez.

-Efectivamente, hace una apuesta por esta ciudad. Interesa esta casa, sin duda alguna. Es una presencia muy antigua.

 

-Además estáis presente en la gestión parroquial de algunas iglesias.

-Nuestra inserción en la Iglesia diocesana es claro; no somos francotiradores que vamos por nuestra cuenta, vamos a la par de la Iglesia de tal forma que lo que se nos pide ahí estamos. 


- Jerez cumple 750 años. ¿Qué implica ese recorrido?

-Esto es muy importante, primero porque delata la importancia que suponía Jerez para hubiera frailes predicadores. Era una costumbre que en la Reconquista; desde que se fundan las órdenes mendicantes, los reyes los llevaban cuando entraban en la ciudad ya que aportaban mucho en la reestructuración de la Iglesia en esas zonas. Por eso cuando Alfonso X llega a Jerez planta aquí a los franciscanos y a los dominicos.  

 

-Más allá del Jubileo Dominicano, en Jerez se prepara un programa particular por su efemérides fundacional.

-Ya hemos celebrado algunos actos como la apertura solemne en noviembre del Jubileo. Hemos ido significando las fiestas más importantes de la Orden. Ahora llega el plato fuerte. En verano celebramos la festividad de santo Domingo de Guzmán, en septiembre celebramos con mayor realce la fiesta de la Virgen de Consolación, dada la relevancia de esta advocación para esta casa y para Jerez. Habrá un triduo y función solemne en un altar especial y estudiamos si podemos hacer algo más. Es copatrona de la ciudad, muy querida en Jerez y muy unida a la m misma historia de los dominicos aquí. Hay que subrayar todo esto. Es un patrimonio histórico y devocional de Jerez. En octubre llegará el mes del Rosario con dos acontecimientos importantes con el Rosario del Beaterio, que como hermandad dominicana que lo son y con las religiosas también dominicas, estamos programando cosas. Por supuesto están los cultos al Rosario de los Montañeses. También ese mes tendremos el encuentro nacional de cofradías del Dulce Nombre, una advocación muy propia de la Orden cuya relevancia en Jerez se pone de manifiesto con la gran capilla y con la magnífica imagen del Niño Jesús que va a restaurar la Hermandad de la Oración en el Huerto, que lo sacará en procesión de este encuentro, todo un evento magnífico que se suma al Jubileo. Los miércoles de noviembre habrá una serie de conferencias sobre la Orden, la Orden en Jerez y, finalmente, el arte en una presentación de la iglesia de Santo Domingo con todos sus pormenores artísticos. En diciembre tendremos un concierto. Será el 22 justo el día en el que se fundó la Orden. La clausura será el 21 de enero con misa solemne.

 

-¿Incluso se podría enseñar el tesoro artístico, documental y bibliográfico del convento?

-Está muy mermado por culpa de la desamortización. Fue un hachazo grandísimo. Pero los padres de entonces pudieron conservar una parte del archivo; gracias a esa conservación nos han llegado a hoy algunos documentos interesantes, no gran cosa pero sí destacado. No tenemos todo lo que había ni mucho menos. Exponerlo supone disponer de unos medios que no tenemos y tiempo para prepararla. Por eso, la última conferencia será interactiva y dedicada a lo artístico; si podemos situaremos en al sacristía algo para su contemplación. 

 

- Aquí tiene tres hermandades: Rocío, Oración en el Huerto y Rosario. ¿Le agrada?

-Me agrada mucho. Además, tiene mucha vida y dan vida al convento y esas hermandades ayudan a que devociones importantísima dentro de la Orden, como Rosario y Dulce Nombre, se sigan manteniendo en la ciudad.  

 

- ¿Quiso fundar una hermandad en Hong Kong?

-(Risas) Eso es más literatura que otra cosa. Estuve allí tres años como misionero y trabajé en colegios. Eso no es más que literatura. Lo cierto es que fui delegado de hermandades en la diócesis de Cáceres, fundé una cofradía en nuestra parroquia en esa ciudad. Por eso de que me gustan las cofradías, a uno se le ocurriría decir que éste fundaría una en Hong Kong. Eso es imposible (más risas).


-¿Una última reflexión sobre toda los acontecimientos que se celebran?

-Solo subrayar que en el poco tiempo que llevo en Jerez he detectado un gran cariño hacia le convento. Por nuestra parte nos resta volcarnos con la ciudad, abrir el convento a la ciudad y que la ciudad y los dominicos sigan siendo una alianza estrecha. Me encanta ver como se frecuenta nuestra iglesia y eso es un aliciente para seguir haciendo un trabajo que hay que mejorar, llevar adelante con responsabilidad y con esa perspectiva de servicio a la Iglesia de Jerez y a su ciudad.

 

-¿Aperturismo?

-Efectivamente, que Santo Domingo sea una casa abierta donde Jerez se encuentre a gusto y nosotros contentos con que Jerez comparta nuestra vida. 

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