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Integración

Verano accesible

  • Los socios de la asociación jerezana Adifi disfrutan, desde hace cinco años, de días de playa en las zonas habilitadas para personas con movilidad reducida como las ubicadas en Valdelagrana.

Ir a la playa parece tan fácil como ponerse el bañador, meter los refrescos y la tortilla en la nevera y coger la sombrilla. Pero para muchas personas la historia se complica cuando, al llegar, no pueden acercarse más allá del paseo marítimo. Afortunadamente, los socios de la asociación jerezana para personas con discapacidad física, Adifi, disfrutan de baños en el mar y de jornadas de convivencia en la playa gracias al programa de verano impulsado por los propios miembros. "Hace un tiempo era impensable ir a la playa, pero ahora, gracias a las zonas habilitadas en algunas playas para personas con movilidad reducida, como ésta de Valdelagrana, podemos venir a echar el día y bañarnos cada vez que queramos", afirma la presidenta de Adifi, María del Carmen Menacho.

Cinco años han pasado ya desde el nacimiento de esta iniciativa que, desde aquel entonces, ha ido mejorando en calidad y confort para sus beneficiarios gracias al esfuerzo de los miembros de la asociación. "Este año hemos conseguido contratar a dos empleados. Ellos se encargan de conducir la furgoneta desde Jerez a la playa a la que acudamos ese día, y de lo más importante, de ayudarnos a bañarnos en las sillas anfibias, o 'buggies', como nosotros las llamamos. Es una gran logro para la asociación, pues otros años sólo teníamos un trabajador y un voluntario, y, aunque lo ideal para este tipo de actividades es contar con cuatro monitores, poco a poco vamos haciendo que el programa avance", comenta la presidenta.

La jornada de playa comienza a las 11 de la mañana. Dependiendo del estado del viento, se dirigen a un destino u otro del litoral gaditano. "Solemos ir a la playa de Valdelagrana, Chipiona y Rota, aunque algunos días vamos a otras que quedan un poco más lejos para que los socios conozcan otro tipo de playas", explica Menacho. Una vez allí, se sitúan en los módulos de madera habilitados para personas con movilidad reducida y los más atrevidos inauguran el primer baño del día. Comparten el almuerzo, historias, baños y muchas risas. El café de media tarde es un imprescindible para continuar disfrutando de la convivencia en el mar. Cuando el reloj marca las 7 comienzan a 'levantar el campamento'.

"Este año son unos 45 o 50 socios los que se están beneficiando del programa de verano. La mayoría vienen de Jerez y las pedanías, pero también se unen a nosotros en algunas ocasiones personas que vienen desde Sevilla y Córdoba para que les ayudemos al baño", asegura María de Carmen.

El mayor momento de revuelo del día se produce a la hora de organizar los turnos para regresar a Jerez. "Disponemos tan sólo de una furgoneta con capacidad para 9 personas, así que hay días que los conductores tienen que dar dos y tres viajes para traer y llevar a todo el mundo. El punto de partida es la sede de la asociación, pero a algunos miembros hay que recogerlos en sus domicilios porque, por culpa de lo mal que está el transporte público en Jerez, y especialmente para las personas con movilidad reducida, les es imposible llegar hasta allí. Nos gustaría disponer de más coches, pero de momento no podemos permitírnoslo pues todo lo hacemos con financiación propia", afirma la presidenta. Tanto ella como muchas de las personas allí reunidas se quejan de la falta de adaptación del transporte público en la ciudad y en las pedanías. "Yo misma he llegado a tener que ir por el arcén de la carretera para poder unirme al programa de verano de la asociación. Y es justo en ese momento en el que estás arriesgando tu vida, cuando ves pasar por a tu lado un autobús al que sabes que no puedes subir. Nosotros somos los que más sufrimos las carencias del funcionamiento de este servicio público, porque dependemos en mayor medida de él", explica Menacho.

Pero las ganas de realizar planes veraniegos no impide que los socios de Adifi se sientan afortunados de poder utilizar las instalaciones de playa adaptadas de los municipios costeros de la provincia y, sobre todo, agradecen la labor de Toni y Juan, quienes, durante todo el verano, les acompañan en sus baños marítimos. "Para mi es una experiencia muy buena. Llevo ya tres años trabajando en verano con ellos y siempre recordaré que, durante mi primer año, bañamos a una persona que llevaba 25 años sin bañarse en el mar. También hace poco bañamos a un chico que llevaba 20 años. Compartir estos momentos y hacer que sea posible para ellos volver a sentir el agua del mar, la cual tiene muchos beneficios terapéuticos, te reconforta mucho", explica Toni, uno de los empleados de Adifi durante el verano.

El programa finalizará a principios de septiembre "si el tiempo aguanta" y el próximo año esperan poder repetir. Sin embargo, les gustaría que para entonces se hubieran incluido algunas mejoras en la playa, como, por ejemplo, que los paneles de madera se extendieran hasta la arena mojada y que se adaptara un camino para que las personas con movilidad reducida pudieran pasear por la orilla, pero no sólo en verano, sino durante todo el año, pues, como asegura uno de los miembros de Adifi, "somos muchos a los que también nos gusta venir a la playa en otras épocas del año".

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