Jerez

Los 'superhéroes' necesitan tomarse un buen descanso

  • Los autónomos afrontan las vacaciones como un reto económico Unos aprovechan los días festivos; otros quedan pendientes de la producción

"¿Cuánto me cuesta irme de vacaciones este verano?". Esa es la primera pregunta que se hacen todos aquellos que durante el periodo estival van a tomarse un descanso del trabajo. A priori, los costes solo llegarán por el desplazamiento, el alojamiento o la comida para esos días de relax fuera o dentro de casa. Sin embargo, la teoría estipula esto así para un trabajador normal, pero no para un autónomo. Los trabajadores por cuenta propia lo tienen mucho más difícil para irse de vacaciones que un trabajador normal y los costes son mucho más elevados: el precio de las vacaciones no dependerá del hotel donde decida tomarse un descanso -si es que esta opción tuviera cabida- ni mucho menos.

La mayoría de autónomos cuentan con peores condiciones sociales que los demás trabajadores y a la hora de dejar huérfano su lugar de trabajo durante unos días o incluso unas horas sufren multitud de complicaciones. Las bromas con su escaso descanso están muy extendidas y por las calles muchos los tachan de 'superhéroes' o 'extraterrestres'. Del mes que disfrutan los empleados por cuenta ajena, los trabajadores por cuenta propia suelen tener solo una pequeña parte; el que llega a tenerla. Lo normal entre los autónomos es tener en torno a los 10 días de vacaciones, el que llega a tenerlas.

Son muchos factores los que condicionan el periodo vacacional. Normalmente las vacaciones de este tipo de trabajadores suelen coincidir con el momento de menor facturación del sector al que se dedican o con alguna festividad que corte su actividad lo mínimo posible. Respecto al lugar donde ir, también hay que estudiar el idóneo. No es recomendable alejarse mucho de la oficina o el sitio habitual de trabajo -también habrá que llevar el móvil cargado- por si surge algún contratiempo y hubiera que volver.

"Este año no me voy a ir de vacaciones", señala Eva, directora de la Escuela Infantil Pita Pita. Su guardería abre todos los meses del año este curso, aunque en otras ocasiones ha cogido al menos 15 días para descansar en agosto, mes que se suele utlizar de vacaciones en los centros educativos. Esta vez no va a poder ser y tendrá que esperar algún festivo para no abrir las puertas de su centro e irse a disfrutar con la familia. "Tengo que pagar el alquiler del local, los seguros sociales, el agua, la luz... Lo mismo que durante el curso", analiza la docente: "Es que aunque tenga que abrir para un número menor de niños, pero al menos cubro los gastos del mes y saco algo. La única manera de irte de vacaciones es guardar algo durante el resto de meses, pero aún así no todos los años son iguales y se dan las circunstancias idóneas".

Manuel Moreno, por su parte, sí tendrá algunos días de descanso, aunque el mero coste de aparcar su camión ya le supone algún que otro problema. Su periodo vacacional llegará tras la Vuelta Ciclista España. Es el responsable de camiones de este evento deportivo, así que cuando se conozca el vencedor de la ronda española podrá volver a casa para desconectar. "Descansaré diez días en septiembre", afirma. Se trata de la fecha de menos actividad -por eso esta decisión- y la época del año en la que menos costes le supone tomarse un descanso. Aún así, expone que serán algunos miles de euros lo que perderá entre lo que deja de facturar y lo que tiene que pagar de seguros sociales.

En el mismo hilo se muestra Javier Díaz, dueño de un céntrico bar, aunque con una variante: su negocio continuará abierto y ha contratado alguien para que lo sustituya. Cada verano se ausenta durante 10 días para tomarse un descanso, aunque lo de desconectar es otro tema. Le gustaría tener un periodo más largo, pero le resulta inviable económicamente. "Yo, como la actividad continúa, tengo menos pérdidas relativamente por el simple hecho de que no cierro y la gente sigue entrando y sigo facturando", explica antes de dejar claro que no le conviene echar el cerrojo: "Ya no es el hecho de que no entren los clientes y no tengas que meter a nadie, es mantener la clientela habitual del bar". "También me supone el gasto extra de contratar a alguien que me sustituya. Aunque ya te digo que es mejor así que no cerrar. Así también ayudas con lo que puedes a alguien que está en el paro y necesita el dinero", explica.

Si los autónomos normalmente en invierno se quejan de que no pueden ponerse enfermos, en verano el gesto se tuerce por no poder cogerse esas vacaciones tan deseadas para volver con las pilas cargadas. Los festivos ayudan, aunque los puentes demasiado largos vuelven a suponer un problema producitvo. No obstante, es recomendable buscar un hueco para desconectar. Los 'superhéroes' también merecen un descanso.

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