La asociación Dislexia Cádiz nació hace sólo unos meses pero no ha parado de quemar etapas. De apenas contar con una red de asociados han conseguido ser recibidos y escuchados por las administraciones de las cuales depende que los afectados por este problema obtengan una mayor cobertura. Su presidenta es la jerezana Lucía Alcántara, madre de un estudiante que estos días afronta la Selectividad tras reponerse a muchos varapalos durante su vida estudiantil. 

Para la puesta en marcha de la asociación, Alcántara se ha basado en el asesoramiento de expertos, pero también en los propios problemas que ella afrontó desde el momento en el que le comunicaron que su hijo sufría de dislexia. "En las primeros ciclos apenas tienes pistas para saber qué es lo que está ocurriendo, porque el nivel de exigencia en Primaria es bajo comparado con la Secundario. De pequeños, cuando ellos ven que no aprenden al mismo ritmo que sus compañeros, de alguna forma se reinventan y están más horas con su tarea o leyendo". 

La ya de por sí complicada etapa de la adolescencia provoca que  la mayoría de padres consideren que el descenso del rendimiento tenga que ver con la rebeldía. "Empiezan a fijarse en los demás, a buscarse parejitas, y no es fácil saber que en realidad no es que no estudie, es que están frustrados". Una de las cifras más reveladoras la dan los expertos. "El 40% del fracaso escolar está relacionado con trastornos del aprendizaje, y la dislexia afecta a un 10% de la población". En ese sentido, es "urgente" que tanto las administraciones como los profesores y los propios padres de alumnos conozcan en qué consiste la dislexia, que "no es una enfermedad ni implica que sean menos inteligentes, sólo que pueden tardar más en aprender lo que aprenden sus compañeros". 

Su propio hijo, revela Alcántara, ha cerrado su expediente de Bachillerato con un 7,5 de media, afrontando además otros actividades como sus estudios de piano. "Ha estado más nervioso estos días por el examen de acceso a la Universidad, pero igual que el resto de sus compañeros". Una de las batallas libradas por el colectivo de afectados es el tema de las 'adaptaciones no significativas'. Éstas son modificaciones puntuales  recogidas en la ficha del alumno que facilitan los procesos de comprensión, como que las preguntas de los exámenes estén escritas en un tamaño mayor de letra o que los profesores pasen a los alumnos el temario de la lección previamente. La incógnita es si con la Lomce y su nueva reválida se respetarán todos los logros obtenidos en los últimos años. "En general, está siendo un cambio complicado porque apenas se ha facilitado a la comunidad escolar el desarrollo de todas esas novedades. En lo que respecta a los estudiantes disléxicos es aún más complicado".

Actualmente, Dislexia Cádiz ya cuenta con grupos activos en Algeciras, San Roque, Chiclana, San Fernando, Benalup, Cádiz, Ubrique y Jerez. Han sido recibidos por Ayuntamientos, Diputación y las delegaciones provinciales de Educación y de Sanidad de la Junta de Andalucía. "Estamos viendo mucha predisposición y ganas de trabajar para mejorar las cosas. Vemos cómo se implican las Ampas y el profesorado. Ten en cuenta que en Secundaria los profesores no son educadores sino profesionales especializados de otras áreas, como las matemáticas o la historia. Las jornadas de formación para profesores o las horas de clases especiales dirigidas a alumnos para que empaticen con los compañeros afectados tienen un fin: "Que ni la familia, ni la comunidad educativa ni el propio niño disléxico tiren la toalla. Que sepan que nosotros estamos aquí para ayudarles, porque con ese esfuerzo se encuentran soluciones", insiste Alcántara.