Las empresas que contratan con el Ayuntamiento siguen sufriendo importantes retrasos para cobrar sus facturas. A pesar de que la ley establece a pagar en 30 días, este plazo sigue siendo una entelequia para el Consistorio jerezano. Sin embargo, lo preocupante no es que aún esté lejos de esta obligación normativa sino que no hay síntomas de mejoría en la tesorería municipal puesto los impagos continúan en una tendencia alcista. Esto ha propiciado que, de media, un proveedor ya sufra un retraso de siete meses y medio en recibir su contraprestación económica por sus servicios. 

Según los datos publicados por el Ministerio de Hacienda, en julio el Ayuntamiento de Jerez arrastraba una deuda con sus proveedores que ascendía a 61,1 millones de euros, unos cuatro millones de euros más que en el mismo mes del año anterior. A lo elevado de la cuantía se une que esta magnitud no ha dejado de crecer en lo que va de año. Además, el comportamiento habitual es que esta cifra se incremente en los sucesivos meses ya que esta parte del año suele ser menos favorables para la tesorería municipal. 

De este modo, se corrobora que el flujo de ingresos que tiene el Ayuntamiento sigue siendo insuficiente para afrontar los gastos, una situación que conlleva tensiones de liquidez y, por ende, los retrasos en los pagos a los proveedores, que lo sufren fundamentalmente. No en vano, el Consistorio solo ha logrado rebajar ostensiblemente esta deuda cuando se ha acogido a algún plan extraordinario de liquidez auspiciado por el Ministerio de Hacienda  tales como el programa de pago a proveedores mediante la suscripción de créditos con entidades bancarias o con adelantos de las transferencias estatales. 

De este modo, el Ayuntamiento comenzó el año con unos 40,6 millones de euros en impagos con sus proveedores; siete meses después, se ha incrementado en un 14%. En los meses de marzo y abril logró reducir tanto los débitos como el tiempo medio de pago (se bajó de los seis meses de media de retraso) gracias a que en el final del primer trimestre y en el segundo suelen ser positivos al recaudar buena parte de los principales tributos municipales, por lo que son momentos relativamente boyantes para la caja municipal.

Estas cifras corroboran, además, que el ejecutivo se está alejando de los objetivos de cumplimiento para final de año que se marcó en el plan de ajuste, el documento que establece las medidas para mejorar su situación económica. En la revisión aprobada el pasado verano se estableció que el Ayuntamiento comenzara a abonar facturas en un plazo medio de cinco meses. Sin embargo, y a tenor de la evolución de los impagos en el primer semestre del año, que suele ser mejor que el segundo, todo apunta a que cerrará el ejercicio muy alejado del compromiso. Solo la adhesión a una nueva medida extraordinaria de aquí a final de año podría aproximar al Área Económica al cumplimiento de este plazo. 

A esto se une que el Ayuntamiento jerezano sigue siendo una de las entidades locales más endeudadas con sus proveedores de toda España. Entre los grandes municipios solo le superan Jaén (172 millones), Madrid (112 millones), Barcelona (85 millones), Granada (68 millones) y la localidad madrileña de Parla (63 millones). En comparación con otros consistorios de la provincia, Jerez tiene casi tres veces más débitos que Cádiz o El Puerto.

A este problema se une que el Ayuntamiento también otro importante volumen de facturas que no están, ni siquiera, reconocidas y, por ende, sin consignación presupuestaria. El último dato de esta magnitud, correspondiente al primer trimestre de este año, ascendía este débito a 76,3 millones de euros en contrataciones por prestaciones de servicios y compras que no ha abonado al no tener consignación presupuestaria para ello, otra ingente cuantía al debe municipal.