La investigación sobre el robo con violencia perpetrado en una casa del Pago San José continúa abierta con el objetivo de localizar a los dos ladrones que lograron escapar y de esclarecer la motivación del allanamiento. Según ha podido saber este Diario, el individuo que fue detenido después de que cayera a un patio en su intento de huida es un delincuente habitual "de entre 25 y 30 años", bien conocido por los agentes de la ciudad, que lo califican como "peligroso, cargado de antecedentes". Por ello, cuando se vio acorralado en el patio donde había sido encerrado por las personas que había en la casa al percatarse de su caída, fuentes de la investigación consideran que habría intentado "disparar a los agentes que entraron en la vivienda, pero se bloqueó su pistola". Los testigos del suceso habían declarado en un principio que el arma parecía ser de fogueo debido a que no disparaba, un extremo que ayer se confirmó que no era cierto.

En la fotografía que ilustra este artículo se puede comprobar que el cañón del arma está obstruido, algo que se habría producido en la caída desde el pretil del patio por el que intentaba escapar el individuo y que además le "reventó" la muñeca, según apuntaban testigos el lunes. Además de encañonar a los agentes, el individuo también intentó accionar su pistola contra las personas que le increpaban desde las terrazas circundantes, según relataron los testigos. Será a partir del proceso de instrucción penal cuando se determine si realmente esto se produjo, lo que podría complicar la situación penal del presunto autor.

La primera llamada en relación al robo la recibió la Policía Local sobre las cuatro y cuarto de la tarde. Hasta el lugar se desplazaron varias patrullas del cuerpo. Una unidad motorizada se encontraba en ese momento en la avenida de la Cruz Roja, ubicada prácticamente en el otro extremo de la ciudad, pero que cruzó la ciudad en no más de dos minutos. Ya allí, los propios vecinos alertaron de la presencia de uno de los ladrones en una casa contigua a la que había sido allanada, en cuyo patio había caído uno de los encapuchados, mientras que los otros dos habían logrado escapar. Los vecinos ya sabían por entonces que éste había sido encerrado en el patio y que portaba una pistola, con la que había amenazado a los ocupantes de la vivienda, exigiéndoles entre amenazas que le dejaran salir.

Para su suerte, las tres personas lograron refugiarse en un lugar del pasillo donde no podían ser alcanzados. Pero en el momento en el que cinco agentes de la Policía Local cruzaron la puerta, quedaron expuestos al ángulo de tiro del encapuchado. Uno de los agentes que se personaron en el Pago San José contaba ayer que "no llevaban chalecos antibalas, y eso es un peligro, porque el Ayuntamiento no nos lo da, como si lo llevan diariamente agentes de otros cuerpos y policías locales de otros municipios. Es algo que llevamos tiempo denunciando, porque incluso había una partida destinada a su adquisición pero al final decidieron destinar este dinero a otras cosas. Es una parte importante, sobre todo teniendo en cuenta que parece que hay más armas de fuego en la calle. Se jugaron la vida", denunciaba.

Incluso, por lo que cuentan estos miembros del cuerpo, los agentes que efectuaron la detención en el patio "tenían claro que llegado el momento se habría tratado de una situación de autodefensa. En casos como éste, lo que piensa un policía es 'primero yo, segundo yo y tercero yo', ponerse a salvo si te están apuntando, por lo que no habría dudado en disparar". Por fortuna, la situación no acabó en un tiroteo abierto en el salón de la casa porque "al final, el ladrón decidió echarse a un lado tirando el arma al suelo. Si llega a mantenerse en la puerta, hoy no estaríamos hablando de un ladrón detenido sino de un fallecido", señalaba ayer este policía.

Asimismo, la investigación trata de esclarecer por qué los ladrones decidieron entrar en esta vivienda o si se equivocaron y trataban de allanar otro inmueble cercano. Por una parte, fuentes del caso entienden que se trataba de un intento muy premeditado, en tanto que se les intervinieron un mazo de grandes dimensiones, guantes, pasamontañas y cinta aislante. Este último elemento determinaría que tenían intención de amordazar a una o más personas. Además, en la casa en la que entraron rociaron los rostros de una anciana y de su cuidadora, presuntamente con un bote de gas pimienta.

Sin embargo, los investigadores se sorprenden de que fueran "poco cuidadosos" en otros aspectos. En el vehículo que habrían preparado para su huida, un BMW de color dorado, la Policía encontró los tickets de compra de los pasamontañas y de otros elementos, adquiridos pocos momentos antes en un centro comercial de la ciudad, aunque este periódico no ha logrado saber si habrían sido captados por las cámaras de seguridad del comercio. Fuentes policiales resumen que "todo en este caso resultaba raro desde un principio, porque no entendimos que allanaran la casa de un matrimonio mayor con mazas a plena luz del día".

La investigación corre a cargo de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) del CNP. El detenido fue trasladado en las últimas horas de la noche del lunes a los calabozos de la comisaría. Previamente había sido atendido en el Hospital de Jerez, donde se le practicaron las curas necesarias en su muñeca. "Pudo haber salido peor parado, porque entre 10 agentes de la Policía Local se contuvo a los vecinos, que serían unos 50 ó 60 y le querían linchar. Estuvimos sobrepasados, e incluso le llegaron a dar algún golpe, pero nada comparado con lo que le habrían hecho", señalaba ayer otro efectivo municipal.