La Asociación Católica de Propagandistas en Jerez abrió ayer el nuevo curso contestando a un asunto de actualidad como son las políticas de género y la derivación que está experimentando como una doctrina que se va extendiendo en la educación, la cultura y, en suma, en la sociedad actual. Bajo el título 'Un nuevo colonialismo: la ideología de género. Implicaciones sociales y educativas', la secretaria académica del Instituto de la Familia de la Universidad CEU San Pablo, Carmen Sánchez Maíllo, desarrolló esta ponencia en la que usó "una expresión que viene del Papa Francisco, quién en reiteradas ocasiones se ha referido esta ideología como un Colonialismo Ideológico"; es, en suma, según la conferenciante, "el intento de imposición de ideas ajenas a las distintas sociedades en las que se está promoviendo dicha ideología, fundamentalmente, en Europa, Centro América y América del Sur y en partes de África", apostillando que "dónde el Islam existe como realidad mayoritaria no hay posibilidad de aplicación de estas ideas".

Sánchez Maíllo defiende que "estamos, claramente, ante una ideología que quiere imponerse social, política y jurídicamente. Como cualquier ideología tiene una cosmovisión de cómo hay que entender: al ser humano, su antropología, la familia, la educación, la sociedad, la política y la legislación, para ello hace uso de los medios a su alcance, en este caso vía legislativa y educativa", cuyas consecuencias, a su juicio, son "sociales, pues se pretende un cambio en la mentalidad cultural y social, también tiene pretensiones de educar a los niños y adolescentes según sus principios y postulados propios que parten de entender que las diferencias entre hombre y mujer no corresponden a la naturaleza si no que son construcciones meramente culturales o convencionales".

Pese a comprender que la política ofrezca unas medidas antidiscriminatorias hacía personas concretas para que no haya discriminación, entiende que no vale "la imposición de una ideología vía mandato legislativo y conculcando derechos y libertades propios de un régimen democrático como son libertad de expresión y la libertad educativa de los padres".

Sánchez Maíllo manifiesta que el debate en esta materia no está " en absoluto está cerrado", y cree que seguirá algunos años, pero defiende que "deben respetarse el derecho a la libertad de expresión y la libertad educativa de los padres de educar a sus hijos según sus propias convicciones morales y religiosas, estas son libertades fundamentales en un estado de derecho como el que España pretende ser. Es preciso exigir el respeto a estas libertades básicas del ser humano, pues son esenciales en una sociedad abierta, libre y respetuosa con la pluralidad de sujetos que conforman la sociedad española".