EDUCACIÓN

Notas para definir la novela juvenil

EL inició del V Seminario Permanente de la Fundación Caballero Bonald (que esta vez va sobre la novela juvenil y, por ello, de gran interés para nuestra página y sus seguidores) nos trajo a Jesús Díaz Armas, profesor de la Universidad de La Laguna. Aunque Diario de Jerez hizo su crónica, acertada y oportuna de la magnífica conferencia impartida, queremos recoger aquellas notas con las que definía la novela juvenil, como marco referencial básico para situar las distintas obras y los respectivos subgéneros de los que se hablará en las siguientes sesiones del seminario.

*Novela juvenil es prácticamente lo mismo que literatura juvenil, ya que es el único género con características propias (no se diferencia la poesía juvenil de la poesía general, por ejemplo). Aunque también se podría hablar de ensayo para jóvenes, aquellas novelas con una trama tan débil que se vuelven expositivas, o textos propios como los de Fernando Savater ("Ética para Amador").

*Hablar de literatura juvenil es hablar de lectura juvenil, de los libros escritos para jóvenes y los que no, o sea, de los que se han apropiado los jóvenes. Precisamente este saltarse lo producido para ellos optando por literatura para adultos, ha hecho evolucionar la literatura propiamente juvenil sacándola de las propuestas generalmente moralistas.

*El origen de la literatura juvenil, a diferencia de la infantil que procede de la literatura de tradición oral, hemos de buscarlo en la evolución de la novela popular, de la que conserva características. Aquella de libros por entrega, de contenidos escapistas con ingredientes fantásticos, maravillosos y amorosos.

*La novela juvenil compartiría con la popular el ser paraliteratura, que no necesita de lectores cualificados (y no realiza reflexión sobre lo escrito); sin embargo no podemos hablar siempre de buena literatura canónica, la escrita para adultos, y por otra parte, encontramos obras de gran calidad escrita para jóvenes.

*En los rasgos característicos hemos de contemplar protagonistas con la edad de los lectores (contextos, gustos, deseos… mecanismos empáticos para "enganchar"); durante cierto tiempo se consideró la brevedad de la obra, aunque las extensas novelas de hoy descartan esta característica; utilización de recursos de identificación como el lenguaje, el mundo juvenil, referencias intertextuales de ese mundo, así como referencias a los sentimientos propios de la adolescencia, que a veces se traducen como hostiles al mundo de los adultos.

*Si lo que la limita es la tendencia del autor por el didactismo, una literatura formativa (de forma concreta en la realista y de forma interna en la de aventuras), el reto está en superar ese didactismo y reflejar el pensamiento del joven, respondiendo a sus demandas. Esto se recoge a veces en esos casos en los que la novela joven muestra en vez de cuenta.

José García Oliva. Experto en literatura infantil y juvenil.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios