La página ecuestre

Un refugio rescata a treinta equinos abandonados en Málaga

  • Los animales se encontraban abandonados en una finca sin vallar cerca de las vías del AVE. Al parecer, el propietario, víctima de la crisis, no pudo hacer frente a la manutención

La crisis económica está obligando al refugio malagueño CyD Santa María a multiplicar sus esfuerzos para dar auxilio a aquellos caballos, yeguas, asnos o ponis que lo necesiten. Una de las últimas intervenciones se produjo hace unos días en la localidad malagueña de Alora, donde una treintena de animales en delicadas condiciones físicas pastaba rastrojo en una parcela sin delimitar junto a las vías del tren de alta velocidad.

La fase de visualización comenzó unas semanas atrás cuando los técnicos del Servicio de Conservación de la Naturaleza de Coín, Seprona, alertaron a las propietarias del refugio equino de la situación en la que se encontraba este grupo de animales. Las primeras investigaciones se orientaron entonces a localizar al propietario de la parcela y de los animales, un ganadero que reconoció estar atravesando una ajustada racha económica y que la manutención del ganado le suponía una carga imposible de asumir. La actitud del propietario de los animales fue la de colaborar en todo momento con los técnicos y con el refugio, asociación con la que no contactó por desconocer su existencia, según ha explicado a este periódico una de sus propietarias. "Los animales no parecían estar abandonados, pues había agua y eso es una prueba importante, pero es verdad que estaban comiendo lo que había en una parcela sin vallar junto a las vías del tren, lo que suponía un riesgo evidente para los animales".

Una vez acordado con el propietario el traslado de los animales, se planteó el problema de la nueva ubicación. Con la ley en la mano, es responsabilidad de las autoridades municipales el mantenimiento del ganado; es decir, el Ayuntamiento de Alora es quien debía asumir la custodia y el pupilaje de los treinta equinos, lo que ocurre es que pocas localidades cuentan con instalaciones públicas de dimensiones adecuadas para albergar animales de envergadura. Por ello, finalmente se decidió trasladar al grupo de ejemplares hasta las instalaciones privadas de CyD Santa María, aunque hay que decir que el consistorio del municipio malagueño de Alora ha afrontado parte de los gastos de la alimentación y de los exámenes veterinarios de los caballos.

En este importante rescate, a tenor del elevado número de animales que se ha auxiliado, también ha participado el refugio malagueño de burros, pues entre los treinta equinos había un grupo de siete burritos que fue trasladado a este otro albergue.

Tras acordar con el propietario, con el Ayuntamiento de Alora y con los refugios equinos el futuro de los animales, se procedió a reunir y trasladar a los animales a sus nuevos hogares, para lo que se contó con la ayuda de un grupo de voluntarios, del personal de las asociaciones equinas y con el mismo propietario de los caballos, que se implicó en el rescate y en el traslado. "La verdad es que el dueño de los caballos facilitó las labores de rescate y traslado hasta el refugio", han comentado estas mismas fuentes. Para las autoridades, este no era un caso aislado, pues este mismo vecino de Alora fue denunciado en otra ocasión por tener un león en condiciones poco adecuadas. Entonces, su dueño se justificó alegando que lo había rescatado de un circo.

La asociación malagueña CyD Santa María facilitó todos los medios técnicos necesarios para llevar a cabo el traslado de los equinos hasta sus nuevas instalaciones. Un camión y varios remolques fueron necesarios para trasladar a varios caballos, yeguas, potros, burros y varios ponis, que desde hace unos días retozan tranquilos en la finca del refugio malagueño.

Una vez instalados allí, las propietarias del CyD Santa María examinaron uno por uno el estado físico de los ejemplares, que a simple vista no parecían arrastrar ninguna dolencia de consideración. En general, el grupo de auxiliados estaba falto de carne, pero poco más.

A partir de ahora, el refugio de Málaga comenzará un estricto y exigente procedimiento para aprobar y dar luz verde a posibles adopciones. Aunque esto supone un importante alivio y desahogo para las propietarias del refugio, lo cierto es que la salida de cada animal se analiza con escrupuloso recelo, pues no es la primera vez que la asociación tiene que actuar por segunda vez en el rescate de un mismo caballo o yegua. "Hemos tenido casos de adopciones que no nos han convencido y hemos ido a recuperar al caballo. Debemos de estar seguros de que salen de aquí para ganar en calidad de vida; si eso no se garantiza, los animales no salen de casa".

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