Jerez

Una mujer dirige la batuta en los jardines de La Atalaya

  • La directora ofrece hoy un concierto a beneficio de Upace, dentro del ciclo musical 'Noches de Música Clásica', junto a la orquesta Joaquín Villatoro

Beatriz Aguilera, una joven cordobesa, es la única mujer que ha conseguido el título de dirección de orquesta en el Real Conservatorio de Música de Madrid, en la última década. Esta noche dirigirá la orquesta Joaquín Villatoro dentro del ciclo musical 'Noches de Música Clásica'. El acto, que se celebra en los jardines de La Atalaya, tiene carácter solidario, puesto que su recaudación se destina íntegramente a la Asociación de Parálisis Cerebral (UPACE)

-¿Por qué participa en el ciclo?

-Venir surgió de dos personas: José Manuel Obrero Duque, director del Conservatorio de Música de Jerez, y María Luisa, que han sido los organizadores. Ya estuve aquí el pasado diciembre, fue una experiencia muy gratificante y muy viva. Fue también en los jardines de La Atalaya y ahora me han vuelto a llamar para interpretar otras obras, con solistas. Y repito con la Orquesta Joaquín Villatoro, con gente muy agradable, personas que adoran la música, con mucho entusiasmo por trabajar.

-¿Es cierto que hay pocas mujeres en el mundo de la dirección?

-Hay muy pocas mujeres y las pocas que hay se las intenta tapar. No es sólo la discriminación a nivel laboral sino a nivel social. En la dirección de orquesta es más complicado, es mucho menor, desde principios del siglo XIX lleva el hombre dirigiendo orquestas, mientras que hasta la primera mitad del siglo XX no empieza a dirigir la mujer. En el extranjero, el problema es el mismo. La actitud cuando ven a una mujer dirigiendo es: 'No estoy seguro de que va a dar la talla para hacer este trabajo'. En cuanto a la orquesta no hay problemas, puede haber una diferencia de química al principio pero cuando ven que quieres trabajar no hay problemas.

-Sólo tres personas se titularon en dirección de orquesta en 2008, ¿le resultó difícil la consecución?

-La preparación es infinita, yo he ido con muchos maestros, con diferentes escuelas como la de Franco Ferrara, Swarovsky y otras más. Aprendiendo otros dominios, como el de la respiración, cantar, tocar el violín, percusión, instrumentos de viento. Yo consideraba que todo eso era muy importante. Además de estudiar musicología y traducir los papeles antiguos a los de hoy, conocer la palografía textual, así como estudios literarios y filosóficos.

-Además de componer, escribe ensayos y pinta. Sus padres son pintores, ¿le influyeron?

- Esto me influyó muchísimo. A mí nunca me dijeron 'no te manches, no pintes en las paredes'. Era muy divertido manchar de pintura las paredes. A nivel pedagógico hay determinadas técnicas que ayudan al desarrollo del cerebro y de la inteligencia emocional. De hecho empecé en Sevilla un doctorado sobre Pedagogía en las Artes Plásticas y la Música.

- El concierto de esta noche va en beneficio de Upace. ¿Usted colaboró en alguna asociación similar?

-Sí, estuve en la Fundación para la Promoción del Minusválido (PROMI) cinco años trabajando en talleres de músicoterapia para discapacitados psíquicos y físicos. Egoístamente esto me dio una perspectiva muy positiva enorme. De decir si ellos pueden, tú puedes. Si tienen una disciplina férrea, poner todo su entusiasmo y vitalidad en aprender, superarse, perfeccionarse cada día. Iba tres veces por semana, desinteresadamente. Y luego a partir de ahí empecé a buscar métodos de trabajo para esas personas que tienen dificultades, un método de para fomentar y superarse en el aprendizaje. La idea principal en este tipo de personas es vivir más feliz.

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