La operación antidroga 'Corralito', ahora prácticamente paralizada en el juzgado, tiene su clara 'cara A del disco' que ha tenido menor repercusión mediática que la B (la imputación de dos agentes de la policía local y el archivo de la causa abierta a un funcionario de la Nacional): la mayoría de los presuntos traficantes detenidos por el Greco es reincidente y acumula un buen número de antecedentes por delitos contra la salud pública, como lo demuestra las operaciones realizadas anteriormente por el grupo de estupefacientes de la comisaría local y del grupo de investigación del 092.

Entre las personas más sobresalientes que fueron detenidas e ingresadas en prisión destaca una de las presunta scabecillas del clan, María, de la calle Z, como es bien conocida por los vecinos honrados de la zona sur, y numerosos miembros de su familia, aunque algunos de ellos fueron sorprendidos sólo con algunas 'papelinas' de cocaína, indicaron fuentes jurídicas. Entre los imputados figuran personas con apellidos como Heredia, Carmona y Montoya, que ya 'han sonado' en otras intervenciones antidroga de los últimos en la zona sur.

Otros de los detenidos apenas cuentan con antecedentes e incluso los había con el historial limpio hasta el momento de su detención. Esa circunstancia no ha sido óbice para que hayan ingresado en prisión. Incluso algunos de estos últimos podría estar tramitando ya legalmente su puesta en libertad provisional para acogerse a un tratamiento de rehabilitación en algún centro terapéutico como los que lleva en Jerez el Culto Evangélico.

Otro de los datos importantes de la operación 'Corralito' es que una vez más ciudadanos colombianos han sido detenidos como presuntos suministradores de cocaína a gran escala. En la comisaría no ha extrañado ello, ya que han sido varias las operaciones importantes de los últimos años en que sujetos de esa nacionalidad se ven envueltos en operaciones antidroga de calado.