Jerez

La plantilla de Vicasa asume el cierre de la fábrica y se centra en negociar el ERE

  • El comité confirma que "la fábrica está cerrada y no hay nada más que hacer" · Los trabajadores, abatidos, aplazan la manifestación de mañana en Sevilla tras confirmarse el "fracaso" de la mediación política

Algo más de dos meses después de que la dirección de Vicasa anunciara el cierre "irrevocable" de la fábrica de botellas, la plantilla del centro de producción de Jerez terminó ayer por bajar los brazos y asumió que la decisión adoptada por la multinacional es irrevocable, por lo que ahora se centrará en la negociación del expediente de regulación de empleo (ERE) extintivo para buscar el mejor acuerdo posible.

Los miembros del comité de empresa volvieron de la reunión que mantuvieron en Sevilla con el consejero de Empleo, Antonio Fernández, con los ánimos por los suelos después de conocer que los intentos realizados por el Gobierno central al más alto nivel -en concreto a través del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba- no han dado el resultado que esperaban -evitar el cierre-y que la mediación política está agotada.

El titular andaluz de Empleo confirmó a la representación sindical de los trabajadores que lo único que se ha podido arrancar a la multinacional es el compromiso de mantener su vinculación con Jerez con la creación del 'centro técnico logístico': el taller de servicios para la reparación de moldes y maquinaria del resto de fábricas de Vicasa en España, propuesto para la empresa y en el que, en principio, únicamente se contempla la continuidad de una veintena de obreros de los 114 en plantilla de base.

Los trabajadores recibieron la noticia a lágrima viva en las puertas de la fábrica pasadas las siete de la tarde. Sus interlocutores no se anduvieron con remilgos: "La fábrica está ya cerrada y no hay nada que hacer", dijo un líder sindical, mientras el presidente del comité, Antonio Alba, daba explicaciones a la asamblea sobre la decisión de la multinacional de mantener el cierre y el "fracaso" de las gestiones políticas. "No ha sido posible evitarlo y hoy es un día triste", añadió.

Tras el mazazo de la confirmación del cierre, los trabajadores acordaron aplazar la manifestación prevista para mañana en Sevilla, que tenía por objetivo que los máximos responsables de la Junta de Andalucía se implicaran de lleno en la búsqueda de una solución política al conflicto, si bien mantendrá el jueves la huelga de 24 horas.

Del mismo modo, la asamblea dio su autorización al comité para centrarse ahora en la negociación con Saint-Gobain para amarrar un buen acuerdo en torno al futuro centro de servicios en el que se convertirá la fábrica de botellas -la pretensión inicial del comité es que se mantengan al menos 40 trabajadores- y sobre las condiciones de los traslados a otras fábricas del grupo y las prejubilaciones.

"Hemos hecho todo lo que estaba en nuestra mano para evitar el cierre, pero no ha sido posible", señaló Alba, quien indicó que "ahora se abre una nueva etapa que se circunscribe a la negociación y apelamos a la responsabilidad, pues no nos queda otra que sentarnos para no perjudicar a los trabajadores y que se mantengan en Jerez el máximo posible".

El sentimiento de los miembros del comité y de los trabajadores era ayer muy similar al que experimentaron el pasado 4 de septiembre cuando la dirección de Vicasa les convocó para anunciarles su decisión de proceder al cierre inminente de la histórica fábrica. "Estábamos esperanzados en que se podían hacer cosas a nivel político, pero ayer se apagó la luz al final del túnel y se perdió el hilo de esperanza que nos quedaba", apostilló abatido Antonio Alba.

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