Jerez, tiempos pasadosHistorias, curiosidades, recuerdos y anécdotas

Rafael García del Salto, un sabio del vino

  • Comendador de la Orden de Carlos III y de la Legión de Honor francesa, viticultor, propietario, y miembro del jurado de las exposiciones de Londres, de 1879, de la Universal de París de 1889; primer secretario en la Universal de Amberes de 1894; vicepresidente del jurado en la Universal de Burdeos, de 1895, y fundador de la casa cosechera, almacenista y exportadora de vinos de su nombre

Hoy tal vez sea un nombre olvidado, pero nosotros queremos recuperarlo para la historia del vino de Jerez y rendirle el homenaje que su memoria merece, como el hombre que más sabía de vinos del siglo XIX y uno de los que más hicieron por dar a conocer en los mercados extranjeros las excelencias de nuestros caldos y la importancia mundial de nuestra industria vitivinícola.

Todavía viven algunos de sus descendientes y una biznieta suya, doña María Mateos García del Salto, nos ha honrado facilitándonos cuantos datos necesitábamos, para traer a esta página semanal de tiempos pasados el resumen de la vida y obra de un jerezano, enamorado de su tierra y de sus vinos, nacido en esta ciudad el año 1851. Perteneciente a una familia ilustre, hizo sus primeros estudios en Madrid, preparándose para ingresar en el Arma de Artillería, cuando contaba tan sólo trece años, para lo que ingresaría en el colegio de Segovia, en 1864. Cuatro años después abandona los estudios militares y marcha a Londres, donde seguiría la carrera de Comercio, en el colegio de Cheltenham, anexa a la Universidad de Oxford.

De vuelta a Jerez, García del Salto, tras un periodo de prácticas en las bodegas de Juan Ahuríe y Sobrinos (Domecq, más tarde), se establece por su cuenta en 1874, adquiriendo prontamente la resonancia y la importancia que como vinatero y exportador le hizo famoso en todos los mercados extranjeros. Pero, convencido de que la unión hace la fuerza, consigue llevar a las exposiciones universales los productos de varios exportadores que, pronto, alcanzarían los principales premios y medallas, especialmente en el certamen de la Exposición Universal de Burdeos de 1895; diciendo de esta última exposición la prensa de entonces que hubiera pasado desapercibida para los jerezanos, de no estar representados por nuestro compatriota García del Salto, que sacó a pulso una vicepresidencia en el jurado superior de vinos, además de ser nombrado delegado del comité de Madrid; poniendo "el pabellón de los vinos españoles de Jerez a una altura que estábamos muy lejos de soñar".

La prensa francesa dedicó amplios espacios informativos a los banquetes, reuniones y degustaciones en los que nuestros vinos fueron protagonistas, gracias a la eficaz dirección de García del Salto, quien explicaría a los franceses todo el proceso de nuestra vendimia, hasta el nacimiento del mosto y la posterior elaboración del vino, hasta el momento de su exportación. A la entrada de la sala donde tuvo lugar el acto se entregó a los invitados un folleto con el catálogo ilustrado de los expositores de Jerez y sus principales productos, ofreciéndose una degustación de los distintos tipos de vinos jerezanos. Decía la prensa francesa que García del Salto había ofrecido una brillante conferencia "de las más instructivas", salpicada de toques humorísticos; hablando de la naturaleza del suelo de Jerez, de las variedades de viñas, su cultivo y medios empleados para combatir las enfermedades de las cepas. "La parte de la conferencia que ha cautivado sobre todo al auditorio - decía uno de los periódicos - es la relativa a los procedimientos de vinificación usados en Jerez, curiosísimos y en nada parecidos a los que se emplean en nuestro país".

Para su disertación que tanto supondría para la expansión del jerez, García del Salto acompañó sus explicaciones con modelos a escala reducida de prensas y aparatos de vinificación, muestras de tierras y análisis cuantitativos de la cal constituyente del suelo jerezano, además de referirse a las distintas calidades de nuestros vinos, demostrando que no se puede vender hasta pasados tres años, "tiempo indispensable para ser verdadero vino".

Formando parte de la comisión de exportadores jerezanos que acompañaron a Rafael García del Salto y Valiente, en dicha exposición celebrada en Burdeos, el año 1895, se encontraron presentes en la ciudad francesa los propietarios de las bodegas de González y de Argudo, quienes ofrecieron un espléndido lunch a sus invitados y autoridades asistentes, dándose a probar, una vez más, los distintos vinos presentados en la muestra por las principales bodegas jerezanas.

El diario 'El Guadalete' publicaría el 10 de abril de 1896 el resultado del análisis de las tierras de producción vitícola de nuestro término, realizado por el ilustre químico francés Mr. Gayon, a instancia del insigne vinatero señor García del Salto, quien le envió muestras de tierra de los pagos de Macharnudo, Balbaína, Solete y Torrox; recomendando el sabio químico, a su vez, las cepas más idóneas para su siembra en dichas tierras.

Por su ingente y patriótica labor, el hombre que más sabía de viñas y de vinos en el Jerez de finales del XIX, Rafael García del Salto y Valiente, recibiría, entre otras, a lo largo de su vida, la siguientes condecoraciones: Cruz de Carlos III, encomienda de número de la Orden Militar de Cristo de Portugal - por la defensa obligada que tuvo que hacer de los vinos de Oporto, supliendo a un jurado enfermo, en la Exposición de París -, Encomienda de Carlos III, Caballero de la Legión de Honor - cuyas insignias en brillantes le fueron regaladas, como muestra de honor y agradecimiento, por los expositores jerezanos en Burdeos -, y Cruz de Isabel la Católica, por sus servicios a la agricultura española, prestando sus conocimientos, referentes al enyesado de nuestros vinos.

Como indudable autoridad internacional en vinos, fue miembro del jurado de la Exposición de Londres, de 1873; miembro del jurado en la exposición Universal de París de 1889; miembro y primer secretario del jurado en la Exposición Universal de Amberes de 1894; y miembro y vicepresidente del jurado en la Exposición Universal de Burdeos de 1895. Hombre dinámico y enamorado de su ciudad natal, a la que entregó buena parte de su vida, en el fomento y propaganda de sus productos, García del Salto puso siempre al servicio de Jerez su enorme inteligencia, su propia fortuna y sus grandes conocimientos sobre la viticultura y el vino. Todo ello, bien que merece que se le de su nombre a una calle del nuevo Jerez.

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