Jerez

"El vino nos hace más felices"

Empezó estudiando enología en la Escuela de Formación Profesional de La Granja y Domecq es su casa durante toda su vida laboral, desde 1974. Con 56 años, ha vivido lo peor y lo mejor de la convulsa historia de la bodega, ahora en manos de los americanos de 'Beam Global'. Tras entrar, cogió la carpeta de químicas; como enólogo y químico, trabajó diez años en el laboratorio. Después, tres años en Requena, llevando la planta de embotellado y elaboración de la ginebra 'Gordons'. A su vuelta a Jerez, se hace cago de los embotellados y brandies. Se considera ahora un 'hombre reconvertido'. A Patricio Bohórquez le entró el gusanillo del vino coincidiendo con la creación, en Jerez, de la Escuela de Enología y Viticultura. Ahí vio su oportunidad como una salida a su formación tras el Bachillerato.

- ¿Por qué el vino?

-¿El vino? Yo siempre digo una frase que demuestra muy bien lo que es la industria enológica frente a cualquier otra: Creo que el vino, consumido moderadamente, hace feliz a las personas, hace que participen en las reuniones, las hace más alegres, más comunicativas... Trabajar en una industria donde se construyan tornillos, aporta muy poco al ser humano. El vino es un vínculo que anima a unir a las personas y a comunicarse. En las siguientes líneas, nos habla de la figura del químico.

- ¿Cuál es la misión de un químico?

-Está menospreciada, muy equivocada en lo que se piensa. El químico lo que ha de hacer es controlar el proceso de elaboración, de crianza y envejecimiento de vinos y brandies en el caso de Jerez, que sea de una forma controlada, que mantenga los estándares definidos por cada bodega, y poco más. Tiene una misión básica que, desde mi punto de vista, en Jerez está muy poco explotada, que es la de I+D+I.

- ¿Cree que el Marco invierte poco en investigación?

- En investigación e innovación. Si te pones a pensar, lo más innovador que se ha hecho en Jerez ha sido el 'rebujito'; si se puede considerar eso como una innovación. A otros efectos, se ha hecho muy poco. A nivel de investigación científica, sí se han hecho algunos temas importantes, como fue el desarrollo de los mostos concentrados de uva para azucarar algunos vinos de Jerez, o el famoso 'caso de las histaminas', llevado a cabo por José Estévez que, siendo una aportación científica al mundo bodeguero, se le echó encima todo el mundo: Consejo Regulador, las bodegas... Es decir que, una vez que se investiga, se malogra todo.

-Le pareció bien lo de Estévez.

-Me pareció bien que, al menos, alguien investigue sobre algo. Creo que cualquier aporte científico a cualquier industria es bueno. Otra cosa es cómo se trató a nivel de medios de comunicación y de la industria bodeguera.

-¿Ha podido eso contribuir a que la crisis sea más severa?

- Creo que, en tiempo de crisis, los que menos hayan desarrollado su industria, son los que peor están para soportarla. En Jerez, lo que se ha hecho -salvo honradas ocasiones que he mencionado-, todo ha sido o copiar a gente de fuera o traer productos de fuera, como cuando las multinacionales se instalaron en Jerez, trayendo licores... Quizás nos hemos preocupado de vender más whisky o ginebra que nuestros propios productos.

-Se ha vuelto a hablar recientemente de la bajada de graduación.

-Creo que es un tema más económico que innovador, es un tema de pagar menos por el alcohol. Pero en época de crisis, por cualquier idea que se aporte...

-¿No lo vería mal?

-No, no. Porque estamos hablando de la bajada de graduación de un grado, que no es significativo. Hombre, se pueden perder quizás lo que son las raíces de un producto pero, al nivel del que se está hablando...

-El químico, el enólogo... ¿tienen iguales trabajos en el laboratorio?

-O todos los enólogos son químicos, básicamente, o todos los químicos que trabajan en la bodega son enólogos. Creo que puede ser la misma figura. A los enólogos se les da mayor importancia en el tema organoléptico, mientras que al químico se le ve siempre con matraces, pipetas y temas de laboratorio. Pero en la industria del jerez, es la misma figura.

- ¿Qué utensilios maneja el químico?

-Si no tienes en cuenta la parte organoléptica, maneja todos lo elementos de laboratorio que puede haber, hacer análisis fisicoquímicos, cromatología de gases, fotometría, análisis de laboratorio para saber que los componentes del vino están dentro del producto...

-¿Es una labor creativa?

-No, si no se hace una labor de investigación. Las labores son mucho más de control.

-¿Qué cualidades debe tener un buen químico?

-En Jerez, que sea un enamorado del vino. Luego, ser disciplinado, metódico, saber analizar, saber interpretar los datos analíticos y poco más.

-Yo le digo Luis Pérez, ¿y usted qué me dice?

-Bueno, fue un gran amigo mío. Trabajé con él al menos durante diez años en Domecq. Una bellísima persona. He mencionado antes el desarrollo de los mostos concentrados de uva, pues fue él mismo quien lo desarrolló y una de las pocas personas con inquietudes de innovar e investigar el jerez.

-El mejor en el laboratorio fue...

-Es difícil. Son muchos: Hay personas muy conocidas: Justo Casas, de González, Beltrán Domecq, Luis Pérez, José María Quirós...

-¿Se bebe mejor vino que antes?

-Sí, porque como se vende menos, está más cuidado, mejor envejecido, mejor criado.

-¿Usted es hombre de oloroso?

-Yo soy hombre de oloroso y amontillado. Son los dos grandes vinos de Jerez.

-¿Por qué?

-El aroma, unos vinos afrutados, el paladar que dejan... No hay producto en el mundo que se le pueda igualar.

- ¿Los jerezanos sabemos lo que tenemos?

-No. Creo que es minoritario el número de jerezanos que entienden y que le gusta el vino.

-Se está perdiendo.

-Es curioso cómo se viaja a a La Rioja, por nombrar un mercado de vinos, y toda la ciudadanía defiende a su vino; no quiere cerveza, no quiere otro vino. Nosotros no tenemos ese amor por el vino de Jerez. Y tenemos vinos que son auténticas maravillas.

-¿Hay alguna varita mágica para arreglar todo esto?

-Se piensa muchas veces, pero está claro que la única política coherente, potenciar los productos de calidad, los productos del Marco y, como dije al principio, innovar e investigar. Probablemente hay que reducir los volúmenes de producción, adecuarse a los mercados y desarrollar otro tipo de productos que no sean whisky.

-¿De qué se siente orgulloso?

-Me he sentido orgulloso de muchas cosas. Una de mis épocas de vida profesional la he desarrollado como responsable de los embotellados de vinos y brandies y ahí hemos desarrollado maquinaria auténticamente innovadora dentro del sector de embotellado y del envasado. Yo he sido partícipe en el desarrollo de esa maquinaria y me siento absolutamente satisfecho.

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