Ayuntamiento

Sánchez pide esfuerzos conjuntos y PP y PSA le instan a que dimita

  • El triunfal análisis de la alcaldesa, pese a admitir al final "carencias", difiere del diagnóstico de la oposición: "Ha perdido el respeto de todos" · Duelo dialéctico de la munícipe y Pelayo por primera vez en este mandato

"Claro que tenemos problemas, por eso hay que hacer esfuerzos conjuntos; estamos absolutamente convencidos de que estamos haciendo un buen trabajo, y sé las carencias que tenemos, no las voy a conocer... si trabajamos 24 horas al día". Pilar Sánchez finiquitó su intervención en el primer Debate sobre el Estado de la Ciudad de la historia del Ayuntamiento de Jerez, tras tres horas y media de sesión monográfica, con un llamamiento al trabajo colectivo, instando a "aparcar los discursos hipócritas", apartando su habitual tono personalista y evitando los grandes titulares populistas de buena parte de su mandato.

En un contexto claramente preelectoral, la síntesis de situación que hicieron PP y PSA momentos antes fue tajante: pidieron al unísono su dimisión. "Ha perdido el respeto de todos, pedimos su dimisión como alcaldesa", enfatizó Rosario Rodríguez, portavoz del PSA. "Jerez se encuentra en su peor momento, es el sentir de la calle; váyase, no sea una losa para Jerez, reconozca que es incapaz de resolver los problemas de la ciudad", abundó Pelayo. El tercero en discordia de la oposición, Joaquín del Valle (IU), fue quien a la postre dio pie al cierre de la regidora jerezana: "Cuando todo el mundo se queja por algo será; no le pido que arroje la toalla pero empiece por reconocer sus errores". "Hoy el aire está un poco contaminado. Pero puede limpiarse", citó Del Valle. Entonces Sánchez dejó el papel de Alicia y salió de detrás del espejo haciendo uso de esa máxima que dice que para hallar soluciones a los problemas primero hay que reconocer que éstos existen. "Nadie es infalible, esta alcaldesa y su gobierno tampoco. Sólo quien trabaja comete errores", reconoció.

El discurso plagado de cifras y datos con el que arrancó la munícipe, impregnado del habitual tonillo triunfalista pero una prueba de lo en serio que se tomó el debate, quedó atenuado por el golpe de efecto final, al que además sumó un agrio careo con Pelayo del que salió airosa. Crispó a la popular y máxima oponente en 2011 -si el partido la designa candidata socialista- y desmontó el argumento pelayista de que no da la cara y baja a la arena dialéctica en los plenos. Bajó. Por primera vez desde que accedió a la Alcaldía. Y no sólo intervino con contundencia sino que, por momentos, logró sacar la peor versión de una Pelayo enfrascada en aspavientos pueriles o en gestos serios de aparente resignación. Ni echando mano de una retahíla de 27 propuestas sin desarrollo -al menos que se haya visto públicamente- la popular convenció a la sala. Trató de pinchar a Sánchez a propósito de su "aislamiento en el PSOE" y con aquello de que a Jerez no llegan ni ministros ni consejeros; luego le buscó las cosquillas con la candidatura y con sus ediles díscolos. "Usted -aludió la popular- ha intentado aquí hacer las paces con sus delegados, echándoles flores cada vez que ha podido; pero su partido no confía en usted y ya no sabe qué hacer para que la propongan como candidata". "Su hoja de ruta es patética, sólo están instalados en el parcheo, hay que ser más serios; déjennos que les ayudemos", pidió Pelayo, con bajas expectativas.

En el duelo verbal, tras exponer su galería de logros, la alcaldesa fue a la yugular: "No sólo hace oposición a este grupo, hace oposición a Jerez, a la ciudadanía, a los que crean empleo...". "Cree que todo vale, se sirve del drama del paro para hacer caja electoral, pero no es alternativa de gobierno, no da soluciones y sólo repite el discurso cansino de siempre", recriminó Sánchez, a lo que agregó: "Me preocupa su falta de iniciativa. A lo mejor tienen un programa oculto aunque no lo sacan por no poner en riesgo votos". A la andalucista Rodríguez, simplemente, le dedicó: "De aquellos polvos, estos lodos", en alusión a los gobiernos de Pacheco. La convergencia vino con IU. "Agradezco el tono señor Del Valle", repitió una y otra vez la alcaldesa, con un claro e inevitable guiño electoral.

Empleo, inversiones, proyectos de ciudad, crisis en el Ayuntamiento, vivienda, educación y bienestar social fueron los grandes ejes del debate, con el lógico protagonismo del primero de ellos. En el epicentro de todo, la crisis generalizada y la situación excepcional, o no, que vive Jerez. La oposición echó mano con insistencia de dos elementos claves de las últimas semanas: la ruptura de la concertación social y la dimisión del CES. Por su parte, Sánchez vendió con holgura los logros de su gobierno en estos años; y, sobre todo, se empeñó en demostrar que lo que vive y padece la ciudad no es muy distinto a lo que se vive y padece en otras ciudades españolas azotadas por el mal de la recesión. Lo cierto y lo fijo, avanzó Pelayo, es que "este será un debate huérfano de propuestas". Y así fue. Al margen de radiografías, altas dosis de demagogia y confrontación política, no hubo votación de nada, ni compromiso de nada. No hubo, por desgracia, gran pacto por nada. Sólo retórica a cara de perro mirando de reojo a 2011. Entre abanicos y camisas de concejales desabrochadas por la ausencia de corbatas, media Corporación se fue de vacaciones convencida de que la cosa no van tan mal como parece; y la otra media, con la idea fija de que Jerez vive "el momento político, social y económico más difícil que se recuerda", como indicó Del Valle. "Queda mucho por hacer y demostrar, un año es infinito", preconizó la alcaldesa.

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