El niño Marcos Carribero, que fue operado hace una semana en el Children's Hospital de Boston de una cardiopatía congénita, ha salido de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI)  y se encuentra ya en planta, según comunicó ayer su padre, Juan Carribero, quien explicó que "tras varios días de intentos para sacarle el  tubo del respirador, por fin Marcos empieza a respirar por si solo y sin ayuda de ninguna máquina". El padre del niño de siete años afirmó que "los médicos nos decían que  era normal que le costase trabajo soltar el respirador, por la cantidad de anestesia que le han proporcionado a Marcos para que no tenga dolor ninguno".

Los médicos retiraron el domingo los drenajes que tenía el niño, uno en el corazón y otro en los pulmones y le hicieron la primera cura en la cicatriz que le ha dejado la operación de corazón. "Nos hemos quedado asombrados al ver que la cicatriz de Marcos, que mide sobre 15 centímetros, no tenía ni un punto, la cicatriz está pegada", señala el padre, quien no duda en elogiar los medios de los que dispone el hospital donde el niño ha sido operado y sigue ingresado. "La tecnología de aquí está muy avanzada y las pruebas de analítica tardan 14 minutos en darte los resultados. La UCI donde está Marcos mide 7x8 y está  totalmente mecanizada con todo tipo de máquinas, tanto para controlar la presión de cabeza, si tiene convulsiones, como para controlar la presión de los ventrículos".  Juan Carribero también dedica numerosos elogios al personal del centro sanitario. "El personal de aquí es muy agradable y cariñoso, siempre están atento por si se necesita algo y siempre tenemos un intérprete a nuestro lado".

En cuanto a los datos médicos, Carribero destaca que "la saturación de Marcos está ahora al 90%  y nos dicen que según vaya avanzando la edad irá subiendo. El ventrículo que tenía muerto e inservible desde que nació, ahora funciona tras cerca de ocho años sin circular sangre por él.    Marcos ya no tiene el color azulado, ahora es normal, sus uñas son blancas" .

No obstante, al niño aún le queda pasar por otra operación, y no podrá ser  intervenido hasta que no se reponga de la intervención cardiaca. Se trata de una operación para retirarle la válvula que tiene en la cabeza. "En España también teníamos un problema porque tampoco hay solución para eso. Marcos tiene un drenaje desde la cabeza hasta la vesícula, que le drena el líquido encelo raquídeo y en la última operación que se le hizo sólo había esa alternativa".  Según el padre, en el hospital de Boston están estudiando el caso de Marcos para conseguir otra alternativa, aunque afirma que todavía le tienen que hacer muchas pruebas tanto en la cabeza como en el estómago.

Una vez más Juan Carribero dio las gracias a todo Jerez, Cádiz, a los pueblos de la Sierra y en general, a Andalucía y a España "por darle la vida a nuestro hijo. Muchas gracias de un padre, que como otro cualquiera lo hubiera dado todo por su hijo".