La ciudad de la historia por Eugenio J. Vega Geán y Fco. Antonio García Romero

La antigüedad tardía y los restos paleocristianos de Asta Regia

 EN la etapa tardía asistimos a lo que se conoce como una amortización de espacios altoimperiales: una nueva urbs paleocristiana. Las antiguas ciudades romanas de la zona gaditana en la etapa clásica (siglos I a. C.-III d. C.) eran (con alguna excepción) pequeñas: entre 10 y 80 hectáreas (para 20 hectáreas entre 2000 y 4000 habitantes). Son los casos de Gades (80 hectáreas), Asta Regia (45 hectáreas y aproximadamente el doble con la necrópolis), Ocuri (30 hectáreas), Carteia (20 hectáreas), Iptuci (14 hectáreas), Baelo Claudia (13 hectáreas).

La amortización de estos espacios consiste en la construcción de casas sobre antiguos templos paganos y sobre espacios públicos, así como el surgimiento de necrópolis en el interior de la ciudad tardorromana, como en Baelo Claudia o en Carteia: en esta última civitas, en 1983 se descubrieron en el foro, al pie de la escalinata del templo, enterramientos (unas cistas cubiertas de lajas) que fueron fechados en época visigótica o bizantina, a fines del s. VI o comienzos del s. VII y se constató el abandono de las zonas bajas  (desde fines V o primera mitad del VI ocupadas por una nueva necrópolis). Por tanto, se produce una invasión funeraria intra moenia (los enterramientos ad sanctos) y una cristianización de la topografía, es decir una fosilización arqueológica (tres nuevas basílicas cristianas en este antiguo espacio con sus necrópolis anexas).

 En el segundo tercio del VI y principios del VII, nuestra región pertenece a esa franja de tierra de nadie y de confrontación que es el limes bizantino: entre los datos arqueológicos del yacimiento de Carteia citaremos una inscripción cristiana griega, una moneda (un sólido) y cerámica importada del Mediterráneo central, de África y Oriente.

Muy interesante es la cuestión de Gades. Se confirma la continuidad del asentamiento, ahora bien, más mermado (así lo describe Avieno: ruinarum agger [v. l.  ager], en su Ora maritima 272); y también los hallazgo de varias necrópolis (de los siglos IV-VI): cistas de sillares de biocalcarenita (ostionera) e infantiles bajo ánforas (como también se han descubierto en Chipiona con ánforas de tipologías africanas o en  Barbate con una gran necrópolis con ánforas de tipologías sudhispánicas, y en Baelo Claudia). Gades mantendrá una actividad mercantil  integrada en la trama urbana, hasta el VII, y así lo indica el hallazgo de estos tipos de ánforas africanas, sudhispanas y orientales (con tituli picti cristianos).

Al otro lado de la Bahía, en el mismo Hinterland gaditano, asistimos al mantenimiento comercial del asentamiento de El Puerto de Santa María (¿Portus Gaditanus?) en siglos IV-VII, por la existencia de material bizantino en la plaza Isaac Peral, calle Ganado, y calle Luna.

Respecto a Medina Sidonia, tradicionalmente identificada con Asido (la nueva capital de la zona gaditana), en esta etapa se produce un “incastillamiento” (de fortissima la califica Juan de Biclaro, Chron., p. 212, a. 571, 3), una atomización parroquial (es el caso de los Santos Mártires, sobre una antigua villa romana en la zona extramuros) y la existencia de ocupación rural como en el conocido fundus  “La Mesa” (en la comarca de Chiclana: una villa rural del VI). 

En las excavaciones de Manuel Esteve en Mesas de Asta se encontró gran cantidad de cerámicas sigillatae tardorromanas, que conectan cronológicamente con la cerámica de época visigoda, así como monedas de bronce de Constantino (IV) y Constancio Gallo (V). Como en otras civitates, en la ciudad de Asta Regia se produjo un abandono de los espacios con función edilicia y una amortización privada y sagrada de los espacios públicos (con la invasión de calzadas  y viales) que desde el siglo IV afectaría a foros y capitolios. En dichas campañas se encontraron edificaciones romanas del Bajo Imperio reutilizadas en época árabe (a 400 m de La Cantera y en una cota de 60 m s. n. m.). Desde el V-VIII el espacio funerario se relacionaría con basílicas y los esfuerzos constructivos urbanos se centrarían en basílicas y martiriales. Debieron existir tumbas intramuros, lo que también demostraría una cristianización de la topografía urbana: cementerios parroquiales como áreas funerarias emergentes. Durante el Bajo Imperio y la etapa visigoda subsiguiente se vuelve a los enterramientos en la zona de poniente (la antigua necrópolis protohistórica) en los bordes del pomerium (en la mesa amurallada) y en “El Cementerio” (al noreste, en el borde de la Marisma), con aparición de sigillata clara D y Lamboglia 55 (segunda mitad del s. IV). 

Si nos queremos aproximar mínimamente a la desconocida ciudad de Asta Regia en época tardía, encontramos los siguientes hallazgos que debemos contextualizar:

a) Formando parte de una estructura funeraria en un espacio eclesial se halló un cimacio visigodo de mármol blanco (28,5 x 9,5 cm) en 1962 en el olivar del Rosario (cercano a un ara funeraria romana): 

(…) y en la misma linde con el descansadero de la cañada del Albadalejo en el cruce con la carretera que de Jerez de la Frontera conduce a Trebujena del Campo (km 11) (…). 

b) Un capitel de mármol blanco (14 cm de altura, reutilizado en el umbral de una choza), próximo al lugar de hallazgo del cimacio (en la campaña 1949-50), que pertenecía a un parteluz (ambas piezas se conservan en el Museo Arqueológico de Jerez).

Un testimonio interesante es la embarcación descubierta en el invierno de 1958 (zanja de colector de la marisma de Lebrija, Trebujena y Jerez), unos 20 m al norte de “El Muelle” (a 4,20-4,40 m de profundidad sobre arcillas). Medidas del barco: 6 x 3 m aproximadamente (¿de pesca, de cabotaje?; se conserva 1,37 m.). Las dos piezas que tenemos se datan (radiocarbono 14 C) en el s. VI (hacia el 580 con una aproximación de 90 años).

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