Iñaki 'Uoho' Antón. Guitarrista de Extremoduro

"Trabajar con total libertad como hasta ahora es nuestro único objetivo"

  • Con la gira 'Para todos los públicos' Extremoduro pasará por un total de 36 ciudades en todo el país. El grupo presentará este viernes su último disco en Bahía Sur en San Fernando.

Una de las bandas con más recorrido y peso en el panorama español actuará este viernes en San Fernando: Extremoduro presentará en Cádiz Para todos los públicos, su último trabajo de estudio, cuya ironía en el título deja claro que la filosofía de esta banda sigue intacta con el paso de los años. Iñaki Uoho Antón (Bilbao, 1964), guitarrista y compositor, reconoce que la gira está teniendo muy buena acogida, que se encuentran muy a gusto y que, sin duda, está siendo una de las que más satisfechos están de las que han hecho.

-Es verdad que ironizan con eso de Para todos los públicos, pero también es cierto que cada vez son más las generaciones que se suman a sus conciertos.

- Sí, de todas las generaciones sí, pero de todos los públicos no. Nosotros no hacemos música para todos los públicos, está claro. Hacemos música para gente a la que le guste ir un poco más lejos, a la que le guste darle al coco y hacerse preguntas. Sí que hay gente de todas las edades con esas inquietudes y que les puede molar lo que hacemos, pero desde luego nosotros no hacemos música para un público generalista.

-En Extremoduro ha habido un cambio progresivo, que se intuía en Yo, minoría absoluta (2002) y que se confirma con La ley innata (2008). Una mezcla de arreglos, estilos musicales, composición...

-Ha sido un proceso natural, no somos gente que se conforme con hacer siempre lo mismo. Queremos sorprendernos, evolucionar y que cada canción y cada disco que hacemos tenga algo que nos sorprenda y nos motive. Después de caminar tanto miramos para atrás y vemos que estamos recorriendo un camino pero que no estaba programado, sino que es el que va saliendo.

-Después de tantos años y tantos discos debe ser muy complicado elaborar un setlist para sus conciertos. ¿Cómo se las ingenian?

-Eso es más difícil que hacer el disco, macho (risas). Pues, por una parte, sabemos que queremos presentar el disco y que por tanto tiene que tener mucha representación. Luego, a la hora de elegir canciones viejas hicimos una encuesta y comprobamos qué es lo que la gente quiere escuchar y lo hemos tenido en cuenta. También hemos visto que hay canciones que se pueden quemar de tanto tocarlas gira tras gira y hay que darles un descanso, y con todo eso hemos hecho varios setlists. No hacemos el mismo en cada ciudad y procuramos que el concierto pase por varios ambientes, que no sea monocorde, sino que sea un concierto con coherencia y cohesión, que vaya de un sitio a otro. Naturalmente, a pesar de que tocamos más de dos horas y media, no cabe todo, y hay canciones que un día incluimos y otro no. Hay temas que apetecen y que no están, pero que si estuvieran no tocaríamos otros tantos. Esto es así.

-Para muchas bandas es complicado mantener la frescura con los años. Extremoduro es un rara avis en ese aspecto. ¿Cómo funcionan los engranajes del grupo para que no se oxide?

-Lo más importante es no repetirte, no copiarte a ti mismo. Es muy sano dejar espacio entre gira y gira y no tocar más de dos veces por semana. Ir siempre con ganas porque las cosas para hacerlas bien hay que hacerlas con ganas y si hay que dejar pasar tiempo, pues se deja. Pero no todo es el interés o la necesidad, esto tiene su componente artístico y hay que hacer las cosas con muchas ganas.

-En la presentación del disco, Robe Iniesta dijo que tenía un proyecto paralelo al grupo. ¿Ha tenido inquietudes musicales más allá de Extremoduro?

-Haciendo música con Extremoduro me siento satisfecho: Trabajo, me expreso y me divierto. Lo que no me gusta es estar quieto. Mientras Extremoduro no pare de trabajar yo estoy satisfecho. Cuando pare por lo que sea daré rienda suelta a otras cosas, pero desde luego no me quiero quedar sentado en el sofá.

-Con Extremoduro eso de "lo bueno, si breve, dos veces bueno" no se cumple. Es verdad que son buenos, pero no breves. Tienen canciones muy largas, algunas incluso con alma de disco, como La ley innata (2008).

-Son cosas que surgen. A veces ves que una canción o un pasaje musical tiene un camino que no te esperabas y continúas y de ahí pasas a otro y cuando te das cuenta dices: "hostias, estamos metidos en un berenjenal gordo" (risas). Entonces, lo abordas hasta que te vuelvas loco del todo y acabes con ello. Pero luego también hay canciones de tres minutos porque las ves así.

-Cuando una banda empieza su meta es llegar a cuanta más gente mejor. Con los años van surgiendo nuevos objetivos y algunos se cumplen y otros no. ¿Cuál es la próxima meta de Extremoduro?

-Hacemos canciones y nuestro oficio es tocarlas luego en directo. No nos podemos quejar. Trabajar con total libertad como hasta ahora es nuestro único objetivo.

-En este disco han incluido una canción de la gira anterior que empezó llamándose El pájaro azul y terminó siendo El camino de las utopías. ¿A dónde los está llevando ese camino de las utopías?

-De momento a cumplir años, estando orgullosos de nosotros mismos, sin haber dado concesiones y siendo honestos. Lo que parecía una utopía hace veinte años para nosotros ahora es una realidad y es una de las cosas más bonitas que hemos conseguido.

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