Nuevas pistas de la necrópolis de Gades, y ahora también de Gadir, resurgen en las obras que Procasa lleva a cabo en el solar de la antigua comandancia de la Guardia Civil.

En concreto se han localizado un total de 10 enterramientos romanos -cinco más de los que se anunciaron hace unas semanas- depositados en la arena dunar que datan entre mediados del siglo I a.C. y mediados del siglo I d.C. De éstos, ocho forman un conjunto y sólo dos aparecen aislados, concretamente, 3 son incineraciones, dos de ellos en urnas cerámica y uno en fosa simple con los huesos cremados lavados. La mayor parte de ellos no contaban con ajuares.

Éstos son los resultados de los trabajos arqueológicos realizados en una de las dos franjas perimetrales de 15 metros de ancho adosada en un sector que hace esquina entre las calles Cooperativa y Cerezo. Una labor necesaria para la ejecución de los muros de pantalla previstos en las obras.

En el otro extremo de la calle Cooperativa se ha localizado un sector correspondiente a época fenicia del siglo VI a.C., en el que aparecen dos incineraciones alineadas con otras dos que se excavaron en 2012. Se trata de una fosa ritual con fragmentos cerámicos de lucernas, platos de pescado y ánforas asociados a restos alimenticios de malacofauna, sobre todo, navajas y cañaíllas.

En cuanto a los enterramientos de incineración estaban depositados en la arena dunar, y fueron quemados in situ, pues se observan los carbones calcinados.

Pero lo más sorprendente ha sido el ajuar asociado a estos enterramientos, integrado por un colgante en forma de medalla de plata y una cuenta de cornalina. También ha aparecido un collar con cuentas de oro y cornalina, una medalla de oro, un arete de plata, una pequeña pieza de plata sin determinar y un escarabeo de esteatita con sello en escritura geroglífica. Parece ser que este conjunto estaba enmarcado por unos muros de adobe realizados con arcilla rojiza.

Finalmente en el extremo de la calle Cerezo con la Avenida de San Severiano ha aparecido una gran fosa de posibles desechos de época romana imperial (de la primera mitad del siglo I d.C.) que podría pertenecer a una factoría industrial relacionada con la pesca o moluscos, ya que han aparecido materiales y restos relacionados con esta actividad, como son los anzuelos, pesas de arrastre de redes, agujas para coser redes etc., asociados a abundantes caparazones de cañaíllas y huesos aún por determinar. A éstos se suman un buen número de fragmentos de cerámica, sigillatas, paredes finas, lucernas, cerámica de cocina, ánforas, vidrio, clavos y monedas.

Esta fosa parece quedar enmarcada por una alineación de ánforas clavadas verticalmente, de las que solamente 3 están completas y 3 fragmentadas por una correa de hormigón.

Es el resultado de los trabajos de la segunda fase de intervención arqueológica que dio comienzo a principios de septiembre, con los que se retomaban los trabajos ya ejecutados en una primera fase, realizados entre finales de junio y octubre de 2012.

Según continúa el informe, gran parte del solar en el que se están proyectando viviendas está muy afectado y alterado por las cimentaciones y fosas antiguas. Así, una vez concluidas las pantallas que están a punto de comenzar a construirse, se rebajará la parte central del solar, excavado en gran medida en 2012. De esta forma, sólo queda pendiente parte de un pozo ritual y se prevé la aparición de pocos restos, en cualquier caso, "algún hallazgo esporádico".

El proyecto de intervención arqueológico fue aprobado por la Dirección General de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía en junio de este año y se realizan en coordinación entre la promotora municipal Procasa, técnicos de la Delegación Provincial de Cultura de la Junta de Andalucía y la empresa ejecutora de las obras Obenasa. Un hallazgo que no ha implicado paralización alguna de las obras constructivas que se desarrollan en este solar, según decía ayer la alcaldesa de la ciudad.