Silvia Grijalba. Directora de la Casa de Gerald Brenan

"Vamos a unir lo popular y lo académico, lo universal y lo local, como hizo Brenan"

  • El próximo día 29 se inaugura en Churriana el centro cultural que ocupa la vivienda del gran hispanista con un ciclo dedicado a Julio Caro Baroja. Su responsable adelanta algunas claves.

En la fachada del número 56 de la calle Torremolinos, encalada y luminosa, cuelga un letrero de cerámica con el lema Reina de los Ángeles. Tan pía invocación es un testigo privilegiado de los hechos: aquí vivió Gerald Brenan (Sliema, Malta, 1894 - Alhaurín El Grande, 1987) durante tres décadas, en compañía de su esposa, la poeta estadounidense Gamel Woolsey. Aquí escribió buena parte de sus obras más importantes, y recibió la visita de varios miembros del Círculo de Bloomsbury, de Bertrand Russell a Arthur Waley, por no hablar de Ernest Hemingway, que tuvo en La Cónsula, a un tiro de piedra, uno de los remansos más fiables de su existencia. Hace un año, la casa reabrió sus puertas con una exposición que conmemoraba los 25 años de la Casa de la Cultura de Churriana, pero desde entonces han planeado más sombras que luces sobre el futuro del proyecto. Finalmente, la Casa de Gerald Brenan abrirá sus puertas como equipamiento renovado y singular el próximo día 29 con un seminario dedicado a Julio Caro Baroja, otro vecino insigne de Churriana y amigo de Brenan, en el centenario de su nacimiento, con la participación de Tom Burns Marañón, Ian Gibson, Luis Alberto de Cuenca, Carlos Pranger, Alfredo Amestoy, Carmen Caro, Fernando Sánchez Dragó y Cristóbal Salazar. La responsable de este giro, y la persona que ha trasladado al centro su nueva filosofía, es su directora, la periodista y escritora Silvia Grijalba, que gracias a esta nueva aventura recupera sus vínculos con la Costa del Sol.

Grijalba admite que, a la hora de diseñar una programación cultural, "el nombre de Gerald Brenan facilita las cosas. Cuando lo citas no tienes que recurrir a mucho más para convencer a la gente. Ya tenemos planteada gran parte de la programación hasta diciembre de 2015, y eso se debe, en parte, al propio Brenan. Cuando se lo comenté a Ian Gibson, claro, enseguida me dijo que sí. Con Marañón sucedió igual. Alfredo Amestoy acababa de hacer un documental sobre Brenan, así con él todo fue sobre ruedas. Y cuando le propuse participar a Sánchez Dragó, me contó que Julio Caro Baroja le presentó en su día Gárgoris y Habidis en Madrid, cuando publicó el libro. Así que, conforme buscas, vas viendo que mucha gente tiene conexiones con Brenan". Pero el hispanista requiere además una mirada académica que la Casa no va a descuidar, aunque Grijalba matiza: "Mi intención es mezclarlo todo un poco, lo más pop con lo que pueda parecer más serio. Es verdad que para la inauguración hemos planteado un ciclo más académico, porque también creo que es oportuno y necesario estudiar a fondo la obra de Brenan. Para articular todo esto me ha ayudado Carlos Pranger, que es el gran experto en Brenan en España, y también me ha permitido hacerme una idea más completa de Brenan de la que yo tenía, y eso que conozco bien su obra. Hay una imagen del escritor muy extendida como de hombre mayor, grave, erudito, pero también hay que tener en cuenta que entabló amistad con Paul Bowles, quien vino a verlo a Churriana; e, igualmente, estuvo muy en contacto con la Generación Beat. Lo que me gusta de Brenan es precisamente eso, presenta un perfil académico y a la vez muy pop. Y en la Casa vamos a atender a las dos vertientes, sin tener que distinguir demasiado necesariamente entre una y otra".

Habita así en el ánimo de Grijalba la intención de hacer de la Casa de Brenan un espacio múltiple y poliédrico, inspirado en la misma personalidad del escritor británico: "Brenan atraía en torno a sí a gente muy diversa: Bertrand Russell, Laurence Olivier, Luis Miguel Dominguín, Hemingway... Y queremos mantener ese espíritu, reunir lo extranjero con lo local, lo universal con lo particular, lo popular y lo académico; que puedan sentarse un filósofo y un torero a hablar de lo que quieran. Precisamente, la Costa del Sol es un territorio muy cosmopolita que nos puede facilitar la cuestión: queremos contar tanto con los vecinos de Churriana como con la población británica que vive por aquí. Ya he hablado tanto con la cofradía del barrio como con la asociación de residentes extranjeros, y todos están dispuestos a presentar proyectos". Y continúa: "El otro día vinieron dos ex parlamentarios ingleses que tienen mucha relación con la Costa del Sol a visitar la Casa y me facilitaron ideas y contactos. Esa población británica fue esencial en la explosión cultural del Torremolinos de los años 60 y trabajaremos para que lo vuelva a ser ahora. Pero a la vez queremos contar con la gente de Churriana que conoció a Brenan, con Cristóbal Salazar, que es el cronista oficial del distrito. Algunos de estos vecinos me han comentado que, cuando Brenan estaba aquí, la casa era un sitio siempre abierto en el que no paraba de entrar y salir gente. Pues bien, justo eso queremos que vuelva a ser. Un espacio donde cualquiera, por ejemplo, pueda venir a leer, porque se sienta cómodo y a gusto en este sitio".

Buena parte de las expectativas puestas en la Casa de Gerald Brenan tienen que ver con sus posibilidades descentralizadoras en el mapa cultural malagueño: con una oferta concentrada (y asfixiada) en su mayor parte en el centro de la ciudad, la institución permitirá atender con verdadera proximidad a una población nada desdeñable en cuanto a volumen y extensión y, además, promover el desplazamiento de los consumidores de cultura hacia otras latitudes. La directora aporta su punto de vista: "Hay que descentralizar, por supuesto. No todo tiene que estar en el centro. Churriana está muy cerca de la ciudad, pero por alguna razón muchos malagueños lo ven muy lejos. Además, es un sitio con mucha tradición cultural, Enrique Brinkmann es de aquí, los Caro Baroja están aquí... Eso sí, queremos que venga gente de Málaga, pero también de Córdoba, de Sevilla, de Madrid y de Londres. El aeropuerto está a un paso y queremos aprovecharlo, que pueda venir alguien como Perla Batalla a dar un concierto con músicos de Málaga, por ejemplo. También vamos a trabajar para una población muy amplia: pillamos muy cerca de Churriana, de Guadalmar, de Torremolinos, donde quizá no hay muchas infraestructuras culturales. Hay un hueco en este sentido, y queremos llenarlo".

En cuanto a la programación propiamente dicha, y más allá del primer seminario dedicado a Caro Baroja, Grijalba distingue dos líneas esenciales: "Queremos hacer producciones propias, cosas que no se hayan hecho antes. Cuando dirigí el Festival de spoken word Palabra y Música hacíamos proyectos propios y funcionó muy bien. Vamos a abordar sobre todo la literatura y la música, y mi intención es que en una misma iniciativa colaboren, pongamos, escritores ingleses y músicos españoles. Esto es muy interesante porque, si facilitamos al público experiencias inéditas, luego podemos exportarlas y llevarlas a otros sitios, incluso a nivel internacional, aunque sin olvidar actividades más locales. No es necesario invertir mucho dinero para crear producciones que puedan tener un largo recorrido. Por otra parte, queremos convertir la casa en un centro de investigación, un sitio donde se pueda conocer la obra de Brenan, con ciclos sobre él mismo o sobre personas cercanas como su mujer, Gamel Woosley, que fue una magnífica escritora; por no hablar del Círculo de Bloomsbury, que realmente no es muy conocido en España. Para esto queremos contar con la Universidad de Málaga, aspiramos a que se puedan reconocer con créditos de libre configuración la participación de los alumnos. El legado de Brenan se conserva en su mayor parte en Austin (Texas), y también nos gustaría invitar a quienes investigan allí a que vengan a conocer la casa. Queremos celebrar un ciclo sobre viajeros románticos, que es una idea que tuvo en su día Pío Caro Baroja. También me gustaría organizar un encuentro de corresponsales de prensa en el extranjero, porque la mirada que Gerald Brenan deposita en un país que no es el suyo es digna de analizar desde un punto de vista periodístico". Eso sí, Grijalba apunta que, por el momento, el proyecto no contempla actividades expositivas: "Es verdad que se organizó aquí una exposición de artistas malagueños, pero a partir de ahora todo va a ser nuevo. Las ideas que yo propuse para la Casa y que el Ayuntamiento aceptó son otras".

Con una ambientación rural y evocadora, la Casa de Brenan es ya de todos. Ahora toca merecerla.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios