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Cultura

El mapa íntimo de la experiencia

  • La Fundación José Manuel Lara edita 'Donde estuve', un libro en el que Fernando Delgado revisa sus vivencias

Fernando Delgado cuenta que el título original de su último poemario era Allí donde estuve, pero la primera palabra desapareció para eliminar una posible asimilación con un libro de viajes. A pesar de este cambio, los 52 poemas de Donde estuve son un recorrido por las experiencias vividas por este escritor, las personas que lo han acompañado y los paisajes donde han transcurrido, desde un punto de vista íntimo. En su viaje revisa todos los temas de su trayectoria poética, que comenzó en 1981, con Proceso de adivinaciones, y ha ido avanzando de forma esporádica, pero sostenida, publicando cinco libros del género en más de tres décadas. Según Ignacio F. Garmendia, editor de este último poemario, Donde estuve puede convertirse en la puerta de entrada para los lectores que todavía no se han adentrado en los versos de Delgado, ya que, a sus ojos, se aleja del carácter casi monográfico de su obra lírica previa.

Este quinto poemario es el primero publicado por la Fundación José Manuel Lara, dentro de la Colección Vandalia. Delgado asegura que su editor ha tenido un importante papel en el desarrollo de la obra: "Con cierta emoción, reconozco que Ignacio F. Garmendia ha hecho las veces de editor cómplice. Alguien con quien vas repasando el libro con gusto y una figura casi desconocida", destaca el autor. Garmendia, por su parte, pone el punto de mira en que Donde estuve es la obra de madurez de este polifacético escritor. "Es un libro de homenaje, donde están sus temas de siempre: la infancia, el amor, el sexo, la muerte y la religiosidad".

Delgado, conocido entre el gran público por su labor como presentador de los telediarios del fin de semana de TVE en los primeros años noventa, dejó el ejercicio activo del periodismo en 2005 para dedicarse íntegramente a la literatura y ya ha publicado un libro de poesía en ese periodo, El pájaro escondido en un museo, en 2010. Sin embargo, con Donde estuve el autor asegura que ha gozado de la reflexión que le concede la jubilación, aunque considera que podría haberlo publicado en cualquier momento. "No creo que la dictadura franquista hubiera tenido ningún problema con estos poemas", apunta el escritor, que también hace referencia a la libertad que le ha concedido la edad: "Cuando haces recuento de tu vida, necesitas decir esas cosas que no has dicho antes".

Donde estuve se estructura en cuatro partes, Geografía íntima, Alas de sombra, Mal de Ojos y No es muda la muerte, apartados que se conectan una y otra vez mediante una de las imágenes más recurrentes en la obra de Delgado, la evocación artística. En esta ocasión, el que fuera impulsor de Radio 3, parece aludir a su trayectoria profesional y se sirve de la música para guiar el camino que se recorre en la obra. Está presente desde los poemas de infancia, como Dentro de un órgano, que hace referencia a una época lejana en la que un Delgado niño acompañaba a su abuela a la iglesia, pero también en Regalo de Verdi, donde narra un viaje de Viena a Salzburgo con el célebre compositor italiano.

La música también aparece cuando el canario recuerda la figura de personas con las que ha compartido vivencias, aunque siempre huye de la anécdota. Es el caso de Las manos que se escuchan, una composición que alude a Paco de Lucía y conecta con otro de los temas recurrentes de Delgado. "El epitafio dice: / aquí yacen las manos / que no descansan nunca / que palpan las raíces / y en ellas buscan notas / que en las ramas de un árbol / encienden la guitarra / para escuchar la noche". Con estos versos, el escritor alude al fallecimiento del maestro algecireño y se acerca a la muerte que, incluso, forma parte del título del tramo final.

Al rememorar este reciente acontecimiento, demuestra que Donde estuve es un libro de su tiempo y que sólo dos de los poemas incluidos han sido recuperados del archivo del autor: Retorno a Bomarzo y Nombrarte en Ostia. Este último hace referencia al asesinato del cineasta italiano Pier Paolo Pasolini y es un ejemplo de culturalismo donde, según el editor, se aprecian las reminiscencias de uno de los maestros del canario, Vicente Aleixandre.

Aunque pertenece a otro periodo creativo del autor, el poema cumple con una de las características más repetidas entre los poemas recopilados en Donde estuve, al hacer referencia a un lugar, ya sea real o metafórico, como parte de esas vivencias que se reparten por el libro. Entre los lugares más recurrentes hay localidades italianas como la mencionada Ostia, Amalfi o Roma, una de las ciudades de las que Delgado afirma estar "enamorado". La otra es Sevilla, urbe a la que no dedica ninguna composición en el poemario, algo que lamenta: "No he tenido la oportunidad, porque es dificilísimo hacerlo sin caer en el tópico". Sí aparece Andalucía, sobre todo la costa de Cádiz. "Hay algunos paisajes que forman parte de mi geografía íntima de forma más importante que Canarias. Como si hubiera vivido la adolescencia y juventud en Sevilla".

En definitiva, la última obra de Fernando Delgado se convierte en un "recuento", como él mismo dice, aunque, en su opinión, la memoria funciona de forma muy distinta cuando se trata de escribir poesía o narrativa. "No te dispones a escribir un poema y sabes de lo que vas a hablar. La poesía te visita, aunque no de una forma mistérica. Si en algún género existe la inspiración es la poesía", sentencia Delgado, que considera que en sus poemarios no tiene que contar historias, como sí hace en sus novelas. "La poesía es menos concreta, pero más pura en cuanto a la emoción y la imaginación se refiere".

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