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Un poco de madera y acero. Chabouté. Planeta Cómic. 336 páginas. 22 euros.

Leyendo Un poco de madera y acero me han venido a la cabeza las viejas historietas mudas de Will Eisner, aquellas que compusieron álbumes tan soberbios como New York: The Big City. Con muy pocos elementos literarios y una increíble soltura visual, el maestro Eisner supo captar el alma de la Gran Manzana a base de estampas cotidianas, en un alarde narrativo al alcance de muy pocos. El francés Christophe Chabouté reedita en cierto sentido la experiencia, aunque aquí los protagonistas no son el asfalto y el mobiliario urbano, sino un sencillo banco situado junto a un árbol, en el oasis cotidiano de un parque. Si New York era el retrato de un segundo en la tumultuosa vida ciudadana, mostrado desde infinitos puntos de vista, Un poco de madera y acero retrata el paso del tiempo en un solo lugar por el que circula a diario, y confluye, una miríada de personajes. No hay aquí ruido, sino silencio; no hay prisa, sino pausa; el banco es la imagen del descanso momentáneo en el camino de la vida.

Desde el punto de vista formal, el trabajo de Chabouté es realmente ejemplar. Sin un solo diálogo, con apenas un puñado de textos de apoyo (una pintada ocasional en el respaldo, el lema de una camiseta, el titular de un periódico), el álbum basa toda su fuerza en el poderoso storytelling, en el medido ritmo visual, en los dibujos que se sobran y se bastan para contar mil historias en una.

Los personajes de Chabouté vienen y van por las páginas, todos magistralmente caracterizados (física y psicológicamente), presas de sus propias manías, obsesiones u objetivos. A veces se cruzan unos con otros y hasta interaccionan entre sí, pero sus historias están mayormente relacionadas con el propio asiento que los acoge con generosidad, sin hacer distinciones de género, edad o clase. Que la acción abarque más de trescientas páginas convierte el experimento en una novela gráfica en toda regla, original e imaginativa. Su aparente sencillez (Chabouté prescinde incluso del color) esconde una mirada sofisticada, un trabajo preciso y elegante.

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