Cultura

"No me pongo metas, sólo quiero ser un gran profesional"

  • Ismael Jordi triunfa en el Covent Garden de Londres con 'La Traviata', donde actuará junto a Plácido Domingo.

Llegó y triunfó en su debut el pasado año en la Royal Opera House de Londres con Roberto Conte di Leicester, rol masculino principal de la ópera 'Maria Stuarda' de Donizetti, y ahora lo vuelve a hacer pero en el papel de Alfredo Germont para 'La Traviata'. Una obra, estrenada el pasado lunes, que estará en cartel en este Covent Garden hasta el próximo 4 de julio y con la que el tenor jerezano compartirá escenario además con Plácido Domingo (Giorgio Germont, padre de Alfredo). "Traviata' es uno de los títulos emblemáticos en el mundo de la ópera y cantarla en el Covent Garden es para mí un sueño", dice el artista, que cree que este título es "más peligroso que 'Maria Stuarda', que no es tan conocida, pero 'Traviata' aquí la han cantado todos los más grandes tenores y por ello es una gran responsabilidad". La de Verdi es parte del repertorio habitual de Jordi, que ya la ha cantado en numerosas ocasiones, "así que vengo a Londres con mucha más confianza".

Una noche, la del lunes, en la que el teatro "estaba hasta la bandera y así son todas las funciones, y más en títulos como éste. El público la verdad es que me ha acogido muy bien, que en realidad es lo que cuenta porque es quien te da la nota. Todo el equipo está muy contento, y yo también, para qué voy a engañarte". El Covent Garden es uno de los teatros que forma parte de la 'Champions League' de escenarios de Jordi, donde cantará diez funciones, en dos periodos, e incluso entre medio se tiene que marchar al Liceu de Barcelona también para hacer de Alfredo, aunque con producciones y cantantes diferentes. "Porque Alfredo me está acompañando y me acompañará hasta el ultimo momento que cante ópera. También se vendrá al San Carlos de Nápoles y el año próximo, algo que me hace mucha ilusión, lo llevaré a La Fenice de Venecia, que es donde se estrenó 'La Traviata' (el 6 de marzo de 1853). Es algo para mí muy bonito". Jordi casi que ha perdido la cuenta de las veces que ha interpretado esta ópera, "pero por lo menos 70 u 80 funciones tengo que llevar ya, que se dice muy pronto. Y esto sin acabar lo que me queda aún", de hecho es capaz de bromear entre risas y decir que si algún día tiene un hijo lo llamará Alfredo.

Pero a pesar de haberla interpretado muchas veces, cada 'Traviata' es diferente, "e incluso ninguna función tiene nada que ver con la otra. Cuando llevas un tiempo sin cantarla, pues la retomas y encuentras cosas nuevas. Y en este caso, el director titular de la Opera Real Covent Garden es Antonio Pappano, que es uno de los grandísimos y con quien he trabajado la obra y que me ha hecho crecer en el papel y en todo. Esa es la suerte de cantar en este tipo de teatros, en los que vas a la cantina a tomarte un café y te encuentras con estos enormes personajes, de los que aprendes muchísimo, y 'te aprovechas' de estar aquí. Todos los días se aprende algo nuevo. Y es que hace falta una vida para cantar y otra para estudiar, pero sólo tenemos una".

¿Y cómo es Jordi en esta 'Traviata? "Hombre, pues mucho más maduro actoralmente y en la parte vocal. Curiosamente, hace poco escuché 'La Traviata' con la que debuté en Jerez en el Villamarta, y claro, me escucho ahora y hay una diferencia. Y es que así tiene que ser, porque lo tiene que dar el tiempo".

El tenor jerezano, que ya ha trabajado en otras ocasiones con Plácido Domingo, recuerda que el madrileño "ha sido uno de los grandes Alfredo, pero la está cantando de barítono y en este caso hará de mi padre. Pero imagínate, en el escenario, con uno de los más grandes, pues para mí es algo muy especial y espero estar a la altura".

Y dentro de esta Liga de Campeones, todavía quedan escenarios en los que 'jugar' como el Metropolitan de Nueva York, La Scala de Milán..., "aunque ya he tenido la suerte de que me tocaran en alguna ocasión pero ni era el momento, ni lo que me ofrecían era lo idóneo para debutar en teatros así, a ese nivel, como por ejemplo con Lucia di Lammermoor. Hay que ser medianamente inteligente o frío para decir si está bien o mal. Pero ahora sí, Edgardo en Lucia es uno de mis grandes papeles. Porque el tren pasa una vez, pero pasa una segunda también. Y tengo muy claro que en este mundo no se puede correr ni hacer las cosas de cualquier manera. Cada vez que miro atrás me echo las manos a la cabeza de cómo te cambia la vida. También debo decir que nadie me ha regalado nada, todo me lo he trabajado. Me he esforzado mucho en crecer, siempre me busco los fallos y quizás soy a veces demasiado autocrítico pero esto me ha permitido llegar a estos teatros. No me pongo metas, sino ser sólo un gran profesional".

Con una apretada agenda hasta 2018, después de verano comenzará en el Teatro Real de Madrid los ensayos de 'Roberto Devereux', ópera con la que debuta este año. Y en diciembre vuelve al Liceu con Lucia. "Son dos teatros de primerísimo nivel que se portan muy bien conmigo. ¿Qué más puedo pedir? Y respecto al Villamarta, por ahora no hay nada a la vista, pero está claro que antes o después hacemos algo para que yo vuelva a Jerez".

Una ciudad, su tierra natal, que le hacer regresar a la realidad, mantener la cabeza fría, "y adonde necesito volver cada cierto tiempo. Intento estar bien rodeado de mi gente, mi familia, mis amigos, maestros... Y volver a mis raíces me hace tener los pies en la tierra. Aquí me ponen en mi sitio porque es normal que te subas un poco por las nubes, que te vuelvas loco, pero por suerte estoy muy bien rodeado".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios