La soprano jerezana Maribel Ortega regresa a Jerez, su tierra, para debutar en el esperado papel de 'Aida' de Verdi, los días 25 y 27 de junio en el Teatro Villamarta, con esta producción del Teatro Principal de Palma de Mallorca, la dirección musical de José María Moreno y la escénica de Francisco López. El elenco lo completan María Luisa Corbacho, Enrique Ferrer, José Antonio López, la Orquesta Filarmónica de Málaga y el Coro del Teatro Villamarta. Aquí, una charla con aquella adolescente que descubrió su voz, y hoy 'Aida' la descubre a ella.

-Debuta en el papel de Aida. ¿Cómo llegó a usted?

-Pues fue la directora del Villamarta, Isamay Benavente, quien me lo propuso tras uno de los ensayos del espectáculo 'El beso de la musa' en el coliseo el pasado año. Ella quería que yo fuera Aida y se me puso el vello de punta porque era un papel que yo quería debutar desde hace tiempo. De una forma u otra, Aida lleva en la recámara como diez años. Estoy muy contenta.

-Y ahora que ha llegado, ¿cómo lo está preparando?

-Bueno, yo lo había preparado a nivel musical y vocal, pero cuando llegas a aquí y trabajas con Paco López, afortunadamente para enriquecer el personaje de la ópera desde el punto de vista de la emociones con esa partitura emocional, pues es ahí donde yo tengo mi conflicto interior porque por un lado está mi racionalidad, y luego el personaje con tantos conflictos internos. Y estoy llegando a ese punto en que la partitura emocional es lo primero, para que la interpretación sea así lo más fiel posible. Aquí es donde está el trabajo más difícil, equilibrar la partitura emocional, la musical y la técnica vocal. Este personaje es duro emocionalmente y te lleva al límite. Intento disfrutar de esas emociones de debilidad, tristeza, impotencia, desesperación, cansancio..., para creérmelo y hacerlo verídico.

-¿Qué le aportará 'Aida' a su carrera profesional ahora?

-Pues además de un desarrollo personal y artístico, espero que me dé algún que otro éxito (ríe). Espero que al público le guste mi Aida y pueda hacerla más veces.

-Había actuado en su tierra muchas veces, pero es la primera vez que debuta un papel aquí.

-Sí, ya había hecho Lady Macbeth, Angélica en el espectáculo 'Pasión y Muerte de Suor Angélica', el 'Requiem' de Verdi, las arias de 'El beso de la musa'... Así que esto es para mí como un bautizo. Y curiosamente, 'Aida' fue la segunda ópera que yo hice en el Liceo, en el coro del teatro, y tengo tan buen recuerdo de aquello..., que ahora vivirlo desde otro punto de vista me trae muchos recuerdos. Está siendo todo muy especial, y el trabajo con el equipo es muy bueno.

-Ahora que ha sacado el 'monstruo' de Aida de su interior, ¿se siente liberada o enganchada a ella?

-A medida que voy conociendo la partitura, la música, el carácter del personaje y un poco toda la ópera desde el eje principal que es ella, y viniendo de cantar 'Turandot' que es totalmente diferente, pues piensas que Aida lo tienes que cantar de otra manera. Pero Paco (López) tiene razón a la hora de la partitura emocional, que te ayuda muchísimo, porque ella canta muchas cosas para ella misma por su situación, manejada por su padre, el Estado, los egipcios, un amor imposible... Es todo muy introvertido y en pocos momentos sale la princesa, a diferencia de 'Turandot', donde es todo poder. Espero que Aida sea una compañera leal en mi carrera.

-Es usted de personajes femeninos con mucho carácter.

Bueno, y ahora haré Abigaille en 'Nabucco' en Oviedo, y también es una persona muy salvaje. Pienso que Aida es más que una princesa etíope, veo en esta partitura de Verdi un equilibrio entre tantas emociones que no es plano, es un drama humano.

-¿Cómo ha sido el trabajo con José María Moreno, el director musical?

-Pues ha sido increíble .Es magnífico, una persona que te ayuda y te entiende porque también canta y la comunicación es fluida. Se hace equipo en esta 'Aida'.

-Su entrada en el Coro del Gran Teatre del Liceu de Barcelona en 2001 fue la clave de su carrera.

-Sí, porque yo había estudiado Ciencias Químicas y decidí que si se abría el camino del canto tiraba por ahí, pero si se hubiera cerrado aquella puerta estaría seguramente trabajando en Enología, pero con la espinita clavada del canto.

-Ahora, vestida de Aida, echa la vista atrás y...

-Pues me emociono porque en aquella época estaba asustada por la decisión que había tomado. Veo todos los obstáculos y miedos que he tenido que superar, incluso propios, porque a veces nos saboteamos a nosotros mismos. En 2016 hará 10 años de mi debut como solista. He ido encontrado mi camino y he picado piedra para conseguirlo. 'Aida' es un triunfo para mí.

-Y hacia delante...

-Pues veo muchos caminos, luz, miro en positivo porque la situación es dura. Y ya tengo proyectado hasta dentro de un año papeles de envergadura. No hay nada escrito y la actitud es lo importante.

-Jerez se está convirtiendo en tierra de cantantes de ópera, Ismael Jordi, usted...

-(Risas). Bueno, Ismael es nuestro embajador de la lírica en el mundo.

-¿Y cómo se le da el flamenco?

-Pues eso me dijeron una vez, que si cantara flamenco triunfaría por ahí. Si hago algo es saetas líricas pero en plan privado. Yo he escuchado la lírica en casa desde pequeña porque mi madre, mi tío, mi abuelo pertenecieron a coros. No soy muy de flamenco.

-Y dio la casualidad que la niña tuvo voz y oído.

-¡Qué va! De niña no tenía ni voz, ni oído. Siempre cantaba y me apuntaba a todo aunque me dijeran que no servía. Pero ensayando un musical con mi prima con 15 años, en el papel de José Carreras de West Side Story, pues claro, por ser tenor tuve que impostar la voz. Y estuve entrenándome a escondidas hasta que mi madre me escuchó y vio el cambio que había sufrido mi voz con la edad. Me llevó a la coral en la que ella estaba..., y ahí empezó todo. ¡Todo se transformó gracias a José Carreras! (ríe).