Cómics

Lecciones de Historia

  • 'La formidable invasión mongola' presenta una serie de episodios históricos en los que Kago muestra su deseo de experimentación gráfica.

LA FORMIDABLE INVASIÓN MONGOLA. Shintaro Kago. ECC. 192 páginas. 195 euros.

La formidable invasión mongola supone el retorno a nuestro mercado del historietista japonés Shintaro Kago, del que la desaparecida EDT nos había servido sustanciosos delirios como Reproducción por mitosis y otras historias o Cuaderno de masacres. Kago regresa ahora de la mano de ECC, que sigue apostando fuerte por una línea de manga que ya incluye obras de otro maestro de lo grotesco, Junji Ito.

Para el que no lo conozca, aviso de que Kago es un autor muy sabroso, pero no apto para cualquier estómago. Por un lado, el mangaka dibuja como los ángeles y tiene una imaginación desbordante; por otro, su sentido del humor es particularmente perverso y exhibe un gusto continuado por lo escatológico y lo estrafalario. En su obra abundan las vísceras y fluidos, la carne abierta en canal, los órganos cancerosos, las hipertrofias, siempre en un extraordinario equilibrio con la hermosura de sus imágenes y al servicio de argumentos mayormente absurdos, perturbadores y muy divertidos. A esto cabe unir un deseo constante de experimentación gráfica y no poca improvisación, de modo que la lectura de Kago depara sorpresas a cada rato. La formidable invasión mongola presenta una serie de episodios históricos, desde el Medievo hasta la Segunda Guerra Mundial, de una especie de realidad alternativa en la que los mongoles descubren a unos seres gigantes, les cortan las manos y las usan como montura en sus repetidas invasiones. Personalmente, me fascinan estos relatos extremos, aunque confieso que, superado el asombro inicial, echo en falta un mayor trasfondo, un talento narrativo parejo al espectáculo gráfico. En este sentido, y por citar otro autor que lo deja a uno con los ojos como platos, mi favorito sigue siendo Suehiro Maruo, del que todo título publicado me parece poco.

 

Siguiendo con el manga, ya sabrán que ECC está ofreciendo dos estupendas obras del binomio formado por Kazuo Koike y Goseki Kojima: Hanzô, el camino del asesino y El hombre sediento. Ambas son retablos históricos, con samuráis, ninjas y señores feudales en danza. La primera constará de diez tomos (está por salir el séptimo), y la segunda la forman ocho, bastante más finitos que los anteriores. A la fecha, el último número publicado de El hombre sediento es el sexto, de modo que la historia va alcanzando su clímax. A estos dos mangas de los autores de El lobo solitario y su cachorro se une ahora, también en el catálogo de ECC, una nueva virguería de corte histórico: Kei, crónica de una juventud. En este caso, el protagonista es un joven samurái de finales del periodo de Edo (etapa histórica japonesa comprendida entre 1693 y 1868 dC) en busca de su amada. La recuperación del trabajo de dos figuras de la talla de Koike y Kojima, tanto tiempo olvidado en nuestro país, es una noticia extraordinaria, y el que dispongamos de pronto de tres series regulares firmadas por ellos incita a pensar que los aficionados han recibido la propuesta de ECC con los brazos abiertos. Yo, desde luego, no puedo estar más encantado, pues son tebeos soberbios.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios