Cultura

Las coplas "de verdad" de un ídolo de masas

  • Un emocionado José Mercé recibió el martes el trigésimo Compás del Cante de la Fundación Cruzcampo.

El momento más emocionante de la noche fue ese en el que el poeta Antonio Murciano recitó sus Soleares de José Mercé. Murciano (Arcos de la Frontera, Cádiz, 1929) fue reconocido con una mención especial, en tanto que el jerezano es el ganador del trigésimo Compás del Cante de la Fundación Cruzcampo. Murciano recitó de memoria el poema, incluido en su obra Andalucía a compás (2005) que recoge toda su producción de temática jonda. En el acto, Julio Cuesta, presidente de honor de la Fundación Cruzcampo, había glosado la figura del poeta arcense recordando, entre otros hitos, el Premio Adonais por La semilla (1959) o el Premio Nacional de Poesía Flamenca por Perfil del cante (1966). Pero Cuesta recordó que Murciano, Medalla de Oro de la Ciudad de Arcos, hizo también una importante contribución a lo jondo por su labor de productor fonográfico en la RCA, donde firmó, entre otros muchos títulos, Mis bodas de oro con el cante (1972) de Manolo Caracol o la monumental Gran Antología del Cante Flamenco, Premio del Ministerio de Cultura 1979.

Murciano recitó otros poemas flamencos de su cosecha, algunos de los cuales había garabateado en una servilleta, antes de dar paso a Jorge Paradela, flamante presidente de la Fundación Cruzcampo, que sería el encargado de glosar la figura de José Mercé (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1955), el protagonista de la velada.

Recordó Paradela los orígenes de Mercé como niño cantor en la basílica de la Merced de su Jerez natal, de donde tomó su nombre artístico. De los latines pasó el cantaor a los tablaos madrileños, de la mano de su tío Sordera, no sin antes hacer un breve bachillerato jondo en Sevilla. En su turno de agradecimiento del premio, el artista recordó esta etapa poco conocida de su vida para señalar que "entre Jerez y Sevilla siempre hubo una rivalidad flamenca muy sana, muy enriquecedora". El resto es de sobra conocido: su desembarco en los tablaos madrileños, su trabajo con el Trío Madrid y la compañía de Gades y su vocación popular que lo llevó a realizar una serie de grabaciones de enorme éxito que reconoció el jurado como uno de los motivos para concederle este premio. "Por su excelencia en la ejecución y por acercar el flamenco a todo tipo de públicos", reza el acta del fallo.

José Mercé, visiblemente emocionado, confirmó su jerezanía al afirmar que su ciudad natal "es la cuna del cante, por cantidad y calidad", a la vez que defendió "el cante de verdad, el cante hablao". "Porque no hace falta gritar ni hacer tercios de dos kilómetros, sino todo lo contrario, para emocionar", añadió.

El acto, que se llevó a cabo en el Salón Real del Hotel Alfonso XIII de Sevilla, culminó con una actuación de Jesús Méndez. El joven cantaor es una rotunda confirmación de las palabras de Mercé ya que representa lo mejor de la última generación de cantaores jerezanos. Una cantera inagotable. Méndez, uno de los cantaores jóvenes favoritos del homenajeado, cantó bulería por soleá, impresionantes seguiriyas y bulerías. Pero la noche no había acabado ya que Mercé no pudo reprimir las ganas de subir al escenario y regalar a los presentes un puñado de coplas jondas "de verdad". Allí, a dos metros, teníamos al ídolo de masas rebuscándose, igual que cuando empezó siendo un niño, en las letras y las melodías de sus ancestros, que son los nuestros.

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