Cultura

La policromía, "una desconocida" en el patrimonio de la ciudad

  • El historiador José Manuel Moreno Arana presenta mañana jueves, en 'El Laberinto', un libro que repasa autores, obras y formas de vida en el XVIII en torno a este arte

La policromía es "una de las grandes desconocidas" del arte a nivel nacional y andaluz. Han sido pocos los investigadores que se han aventurado en rebuscar en el pasado de esta disciplina y contar la historia de sus protagonistas. Los principales estudios que se han hecho sobre este tema se localizan en el País Vasco, pero sólo sobre el arte de dicha tierra. "El predominio de las formas sobre el color, el acabado polícromo de las piezas, tanto esculturas como retablos, pasan en muchas ocasiones desapercibido para los estudiosos". Así lo asegura el licenciado en Historia del Arte José Manuel Moreno Arana, que se ha sumergido de lleno en 'La policromía en Jerez de la Frontera durante el siglo XVIII'. Una obra editada por el Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla y que su autor presentará mañana jueves, 1 de julio, a las 21 horas, en libros 'El Laberinto', junto a la doctora en Historia del Arte Esperanza de los Ríos, directora de esta tesina.

La obra analiza los trabajos realizados en policromía en retablos y esculturas en el siglo XVIII. Así, Moreno aborda el tema en tres partes. Por un lado, habla de los doradores, de su situación en la época, su organización gremial, el aspecto corporativo del oficio, sus relaciones sociales y su economía. "El aspecto social de los artistas relacionado con la sociedad jerezana de su época, un tema de estudio en la Historia del Arte muy poco tratado. Personajes a los que me he acercado sobre todo, a través del Archivo Municipal", comenta Arana. La segunda parte desgrana las características de la policromía en Jerez en esa época y sus distintas fases: el Barroco y el Rococó. Además, se habla también en esta parte de los límites de la policromía y de cómo "se extiende al entorno de los retablos. Un ejemplo sería un desaparecido retablo que estuvo en la iglesia de Santiago, hasta principios del siglo XX. Y todo lo que era el presbiterio estaba cubierto de color. Es decir, todas las artes se fusionan, muy típico en el Barroco. Y otro ejemplo sería la capilla del Sagrario de San Miguel", comenta el autor. Uno de los capítulos destacados de esta sección sería el dedicado a la pintura en Jerez en el siglo XVIII, en el que se cuenta que la policromía llegaba más allá de la madera, los soportes se podían encontrar también en la piedra y en el metal.

El libro concluye con un repaso por los artistas y sus obras, entre los que destacan los jerezanos Antonio de Escuda, Bernardo Valdés, Bartolomé Diego Camacho de Mendoza y Diego Losada. "Son -añade- los grandes desconocidos, muy poco valorados. Hay que destacar que un retablo o una escultura no se pueden concebir sin su color".

Y al hilo del patrimonio de la ciudad, José Manuel alerta de que hay "poco reconocimiento a lo que tenemos. El tema de la Ermita de Guía fue sangrante y pienso que debería haber un mayor seguimiento del estado de nuestros monumentos. Para ello se debería crear un grupo especializado que defendiera nuestro patrimonio siempre, no de manera puntual".

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