Gafas de cerca

josé Ignacio / Rufino

Plutonomía vs Zeitgeist

PLUTONOMÍA. Según el nada sospechoso Forbes, en una plutonomía "la inmensa mayor parte de la riqueza es controlada por una minoría que siempre decrece; como tal, el crecimiento económico de la sociedad es dependiente de las fortunas de la minoría adinerada". Con la brillante y en el fondo terrible metáfora "rising tides, lifting yatchs" ("mareas altas, yates que se elevan"… y el resto pelea por no ahogarse, cabe añadir), otro depósito del conocimiento nada sospechoso como Citigroup ya avisaba en 2005 que la plutonomía no significa sólo que, por ejemplo, en EEUU, el 1% de la población posee la misma riqueza que el 90% de menores ingresos, (…) siendo por tanto el 1% de la población quien decide, a través de su capital e inversiones, la política económica nacional. Citigroup dice que la plutonomía no es estadounidense (canadiense, británica o australiana, y próximamente china o rusa), sino que hay una patria de los ricos desproporcionados que no entiende de pasaportes, y cuyo único enemigo es la democracia: el jodido principio de "un hombre, un voto". Esta patria impone a las demás que le van a remolque las pautas de consumo e inversión. Es muy plausible proponer que algo parecido sucede con esa contradicción entre mensajes oficiales (luces al final del túnel, brotes verdes, adiós crisis) y pulso de la calle (precariedad y falta de expectativas), una forma de plutonomía de andar por casa española: incluso en España, al PIB lo mueven más los pocos yates que se elevan majestuosos en plena tempestad que los ciudadanos que son maquinitas de llenar el carrito del súper una vez y media al mes, corriendo permanentemente el riesgo de que una mala ola los ahogue.

Zeitgeist. Paralelamente, se extiende la reacción ante la dictadura de estas nuevas élites que son un rasgo patológico y degenerativo del propio sistema. El movimiento Zeitgeist, por ejemplo, cuyos planteamientos pueden sonar inicialmente a plan quinquenal soviético, nace de gente ilustrada y se extiende por el mundo vía internet (Zeitgeist, la película, 2008) y promueve la planificación máxima y el reparto equitativo de recursos mediante el método científico; la voladura del mercado monetario, del dinero y las deudas, y hasta el alivio del trabajo para la mayoría de la población con el uso eficaz de la tecnología disponible. Quizá la filosofía Zeitgeist suene naif y voluntarista, pero la desigualdad extrema y creciente produce reacciones. Hay gente que piensa. Aunque no todo será pacífico movimiento de contestación: la desesperación acaba por enturbiar el pensamiento y alimentar la violencia.

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