El balcón

Ignacio / Martínez

Un asunto estratégico

EL mejor catálogo mundial de marcas de aceite de oliva puede escapar al control nacional. Todavía estamos a tiempo de evitarlo. Su propietaria, la empresa Deoleo estaba en manos españolas; más de una cuarta parte de su capital era de cajas de ahorro andaluzas, pero su consejo ha dado entrada a un fondo de inversión británico que se dispone a lanzar una opa sobre el conjunto de la compañía. Esto en Cataluña sería una tragedia, pero ocurre aquí sin que se produzca un terremoto político ni un escándalo social. La noticia ha tenido un relativo eco en la prensa regional. Así somos y así estamos.

Es posible que la generalidad de los ciudadanos no sepa que Andalucía es el primer productor mundial de aceite de oliva. Esta campaña, sin ir más lejos, la región producirá el triple de aceite que Italia y Grecia juntas. Pero no tenemos marcas que garanticen que el valor añadido de la producción se quede aquí. Cuatro quintas partes de las exportaciones se venden a granel, para que italianos u otros le pongan Made in Italy en botellas de diseño.

El consejo de administración de Deoleo tomó el jueves decisiones que perjudican los intereses generales de Andalucía. El fondo inglés CVC se puede hacer con el paquete mayoritario. De momento ha cerrado la compra del 21% que tenían dos bancos nacionalizados: Bankia y BMN, del que forma parte Cajagranada. Ahora habrá una ampliación de capital que los socios anteriores están dispuestos a dejar al recién llegado, con lo que alcanzaría al 29% y después una OPA le llevaría a la mayoría absoluta.

Pero ahí están todavía Unicaja con el 10%, y la Kutxa (Cajasur) y La Caixa (Cajasol) con un 5% cada una. Parece que las tres entidades han atendido los requerimientos de la presidenta de la Junta y el ministro de Agricultura para que continúen en el capital y creen un núcleo duro español. La deuda anterior de 500 millones ha pesado para que no se considere la oferta de compra del cuarto socio regional, Dcoop (la antigua Hojiblanca), que tiene otro 10% de la compañía. Pero resulta lamentable que no se entiendan en asunto tan estratégico dos empresas andaluzas de bandera como Unicaja y Dcoop.

En todo caso, los accionistas regionales y nacionales aún pueden jugar un papel importante para que la empresa conserve mayoría española, se radique aquí e incluso cambie su sede social a Andalucía. Y también para que no se relegue a Dcoop, que suma 65.000 olivareros que producen tanto aceite como Italia, o más que Grecia, Túnez y Turquía juntos. Si Deoleo acaba teniendo mayoría extranjera o Dcoop decide marcharse, será malo para Andalucía. Todos los actores deberían tenerlo en cuenta. Para quienes piensan que da lo mismo de dónde son los bancos, las empresas o los periódicos, este asunto es una magnífica lección.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios